domingo, 27 de agosto de 2017

Día 36: Friends, la crítica definitiva

Sinopsis

Friends es una serie de televisión sobre las tonterías que pasan durante diez temporadas a seis jóvenes que viven en Nueva York, en su búsqueda de la pareja ideal y, sobre todo, la boda ideal. Se gastan mil y una putadas unos a otros, se mienten, se engañan, se ponen a parir pero, eh, como se quieren tanto se lo perdonan todo siempre.

Los seis jóvenes son:
Chandler: es el graciosito del grupo. Mezquino, machista y superficial, pero graciosito, todo se le perdona.
Joey: es tonto, queda muy claro a lo largo de la serie. Sus intereses son comer grasaza y follar con todos los pibones que quiera y no volver a llamarlas nunca más, que parece ser el Valhalla para los hombres. Un modelo a seguir, vaya.
Monica: maniática, histérica, obsesiva,... una Virgo de libro. Aparte de sus amigos no la soporta ni su madre. Literalmente.
Phoebe: es difícil describir el personaje de PhoebES IMBÉCIL. Histriónica, superficial, mentirosa, soberbia y snob hasta la médula, aunque vaya de hippy. Altamente empalable. Lo único que se salva de Phoebe es Smelly cat.
Rachel: está buena y lo sabe, así que todo lo demás da igual.
Ross: es el buen chico que cree que hace lo que debe y todo le sale mal. Y a la que se despendola un poco va dejando hijos y divorcios por ahí.

Para mí, de lo mejorcito ha sido descubrir a actores invitados que no sabía que habían estado en Friends: Bruce Willis, Brad Pitt, Charlie Sheen...

Viéndola entera ahora me he dado cuenta de que no había visto casi ningún capítulo cuando la emitieron: al parecer, al principio estaba en clase y luego trabajando. Y menos mal.

Porque no me han gustado nada los mensajes que se me han quedado de la serie ahora, y sé que no me hubiera dado cuenta con veintipocos: el objetivo de las chicas es casarse y tener hijos. No matter what, es lo único que les importa y les preocupa al ir haciéndose mayores. No ser mejores personas, o mejorar en sus carreras, o dejar de mentir y engañar a sus presuntos mejores amigos, no, casarse y tener hijos.

Sin embargo, Friends es muy divertida.

Es divertido ver a esas personas ser mezquinas unas con las otras, ver cómo se mienten y se traicionan una y otra vez, y que siempre acaba todo bien.

Llámame loca, pero igual da un poco de esperanza.

sábado, 26 de agosto de 2017

Día 35: Preguntas sin respuesta

Yo, que casi siempre tengo respuestas para casi todo, no he sabido responder a la pregunta de mi sobrino que, entre lágrimas desconsoladas, me ha preguntado por qué sus papás no se quieren lo suficiente para seguir viviendo juntos.

Cinco años después de haberse separado.

Creemos que los niños pequeños se curan rápidamente, que se adaptan a todo, que las cosas se les olvidan rápido, que sufren menos si se saben queridos y toda esa mierda.

A menudo me pregunto si lo que pasa es que no saben expresar cómo se sienten o hacer las preguntas para las que necesitan respuestas, que saben cuándo es mejor callar y que se adaptan por puro instinto de supervivencia. 

De la suya, y de la nuestra.



martes, 22 de agosto de 2017

Día 34: Servicio público

Hoy he tenido la suerte de encontrarme con una señora muy amable en un servicio público. 

Ha sido muy atenta, me ha escuchado, ha respondido a todas mis preguntas, me ha ofrecido alternativas, me ha llamado por mi nombre varias veces... Me ha dedicado el tiempo que necesitaba, que igual ha sido más del habitual, vete a saber, pero esta señora, Carmen, me ha atendido estupendamente.

En definitiva, hoy he en encontrado a una funcionaria pública eficiente que ha respondido perfectamente a lo que podría esperarse del servicio público, en el más amplio sentido de las dos palabras: servicio y público. Estaba en un puesto de información y ha hecho lo que tenía que hacer: informarme.

Antes de irme he escuchado a una familia ponerla a parir a gritos porque llevaban media hora esperando. Mientras la de seguridad les "invitaba" a tranquilizarse en la calle, en el hall resonaba la queja tu sueldo sale de mis impuestos.

Y me ha dolido.

Discuto mucho contra la gente que pone a parir el funcionariado todo el tiempo, por todo, sin filtros. La cuestión es que conozco en profundidad muchos (pero, MUCHOS) servicios de administraciones de todo pelaje y condición, y sé que hay muchas personas muy válidas que hacen muy bien su trabajo, que a menudo tienen que luchar contra los elementos, los ineptos y la burocracia.

¿Hay personas que trabajan en la función pública empalables? Sí, claro. Como en todas partes. ¿Debemos tratar a todos como si fueran el enemigo? Pues creo que no, pero lo fácil es quedarse con la respuesta de ese funcionario imbécil que responde mal o esa sucnormal que no explica bien las cosas porque ni siquiera se ha parado a entenderlas. A mí a veces me pasa.

Pero estoy convencida de que es el sistema lo que no funciona, y que seguirá sin funcionar e irá a peor hasta que alguien decida coger el toro por los cuernos. 

También estoy convencida de que yo no voy a ver esa revolución.

Y, sí, sobre todo, estoy convencida de que si seguimos tratando a los funcionarios como si fueran escoria, enemigos que deberían estar a nuestro servicio porque su sueldo sale de mis impuestos somos parte del problema.

sábado, 19 de agosto de 2017

Día 33: Incongruencias

No mezclo en la botella nueva de champú el culito de la anterior si son diferentes porque, vete a saber igual tienen dos componentes incompatibles y me explota la cabeza. Tampoco mezclo limpiadores, jabón de la ropa, aguas diferentes, lavavajillas... no mezclo nada.

Si he puesto algo del mar en un plato uso otro plato para las cosas que no son del mar y si estoy sola uso un tenedor para el tomate y otro para el otro plato. Y si me tomo una cerveza o un refresco quiero otro vaso para el agua.

Si voy a ponerme un vaso de leche y no hay bastante me tomo medio vaso de leche, o dos medios vasos de leche, no añado más si no es exactamente igual.

Sin embargo, soy capaz de comerme sin reparos una lata que caducó en febrero de 2013.

viernes, 18 de agosto de 2017

Día 32: Te recuerdo de lejos

Te recuerdo de lejos, como se recuerda la cara de la primera profesora, o de la bibliotecaria que ya se jubiló.

Se me ha olvidado cuánto más alto que yo eres, si tienes los pies grandes, el tono de tu voz cuando estás contento, si tienes muchos o pocos pelos en las piernas, si prefieres la Mahou normal o la especial, el olor de tu perfume, en qué lado está la cicatriz en tu espalda, tu sabor, o en qué oreja llevas el pendienESPERA ¿llevas uno o dos pendientes?

He olvidado muchas cosas de ti.

Sin embargo, hoy he visto una sombra que se dirigía hacia mí desde el otro lado de la calle y no me ha hecho falta ponerme las gafas para saber que eras tú.