jueves, 29 de marzo de 2012

D I E T A

Hace unos días que estoy a pseudo dieta. Otra vez. MUERTE Y DESTRUCCIÓN.

Pero no hay mal que por bien no venga porque ya estoy delgadísima. He pasado de estar como un tonel a estar gorda casi sin esfuerzo. Hay que ver lo que pueden llegar a notarse 300 gramos...

El caso es que se conoce que la gordedad es una preocupación muy extendida así que, inspirada por un repentino ataque de servicio público, he decidido compartir con los lectores de este humilde espacio el secreto para lucir una figura lozana y renacentista que quepa en la ropa del verano pasado: MIS RECETAS DE COCINA DE MENOSGORDEZ.


Como esta entrada me ha quedado algo corta voy a ir a avanzando los ingredientes básicos que no pueden faltar en la cocina de los futuros fanes del recetario. No son todos los que están pero sí están todos los que son:


- Cosas que huelen a playa: unas veces son lonchas de pez, otras trozos de pez... de vez en cuando son como pulseras power balance o como camas de viscoelástica de la Barbie... según, vaya. Al parecer, cuanto más claritas son menos engordecen. Lo rosa, CACA.

- Cosas redondas color rosa: aquí es al contrario, lo rosa es bien. Las llaman hamburguesas de pavopollo PERO NO LO SON.
- Leche sin lactosa desnatada: es el aguachirri esa en tetrabricks.
- Peras: es.
- Pimientos: hay rojos y verdes.
- Tomates: son esas cosas rojas con pepitas dentro que se ponen en las ensaladas.
- Zanahorias: tienen forma de vibrador y son del Valencia C.F.

Soy consciente de que la ginebra, la cerveza el vino blanco y el Colacao igual no son ingredientes muy ortodoxos del recetario de menosgordez pero son imprescindibles para mantener la cordura en este valle de lágrimas. Y SE QUEDAN.

Permanenzan atentos a sus pantallas porque en cuanto decida con qué oración encomiendo a los dioses mi alma gordilínea me pongo con el recetario.

He dicho.


(Tenía tanta hambre que me he comido algunas palabras mientras escribía. Aquí van, ahora sin chupar: ya, con, futuros, Al, que, para, los)

martes, 27 de marzo de 2012

Tristeza

Tengo una tristeza profunda. De esas que convierten el cuerpo en un laberinto vacío en el que el aire se pierde en cada recodo y falta la respiración. De esas que se instalan en el esternón y cobran peaje a cada bocanada de oxígeno que pasa, haciendo de la respiración una tortura para el alma.

Es una tristeza grande, omnipresente, absorbente, que deja en evidencia lo débil que soy, lo frágil que puedo llegar a ser. Contagiosa, se expande, inmisericorde, y lo atrapa todo a su paso, lo envuelve en un hilo finísimo, lo inmoviliza y se lo come sin piedad. Y se hace cada vez más fuerte y más grande.

Es una tristeza radioactiva y muy lista, que hace que mi espíritu se manifieste a mi alrededor, brillante, y lo marchite todo inmediatamente, cerrando las puertas a todo lo demás. Es una tristeza solitaria, huraña, profunda.

Mi tristeza no para de llorar, con una falta de etiqueta sorprendente. Y no sé qué debo hacer, si dejar que campe a sus anchas hasta que se le acabe el fuelle para recuperar mi sitio o encerrarla bajo siete llaves y siete cerrojos y hacer como que no pasa nada.

Tengo una tristeza profunda y no sé qué hacer con ella.

jueves, 22 de marzo de 2012

Cosas que explican cosas

- Apalabrados ya me aburre.
- El FBI ha cerrado Megaupload.
- El turno de noche de Facebook está muerto.
- Estoy más tiesa que la mojama.
- Estoy pasando por una crisis twittera.
- Los blogses que sigo han muerto o actualizan con menos frecuencia.
- No estoy de humor.
- No estoy de humor para andar con tonterías sociales.
- Sigo sin tele.

Ergo...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Poesía eres tú

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.


Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

Garcilaso de la Vega, ¿?-1536

Nunca he sido mucho de poesía y la poca que me ha gustado leer es clásica, soy muy cuadriculada, yo, pero el primer poema de amor que le dedican a una no se olvida.

Luchando contra el miedo al ridículo, a ser tachado de cursi o meapilas,aquel muchacho sacó un libro de Garcilaso de la biblioteca, copió los versos que había oído decir que me gustaban tanto, y los escribió en la primera página de mi libreta. Firmó, dibujó un corazón y escribió TE QUIERO.

No importa lo poco que duró ese amor, lo fugaz de aquella relación adolescente, si hubo sufrimiento o no. Recuerdo cómo me hizo sentir aquel poema, cuánto valoré que él se hubiera tomado la molestia de buscarlo, de escribirlo, de hacer que fuera feliz. Creo que en aquel momento fui consciente de la importancia de las palabras y lo feliz que iban a hacerme casi todas.

Todos los días, la Rizos nos regala unas palabras en forma de haiku. Y hace que me sienta bien, que recuerde por un momento lo bien que me hacen sentir las palabras. Casi todas.

En el Día Mundial de la Poesía, gracias, Rizosa.

martes, 20 de marzo de 2012

Música para mis sentidos

Aquiles tiene los dedos finos y fuertes. Están acostumbrados a presionar, a recorrer el espacio, a mantener el tempo, ora tranquillo, ora prestisimo. Les gusta el movimiento. Son duros a veces, suaves otras, pero les gusta el movimiento.

Acostumbrados a los sonidos, a sus dedos les han crecido orejas. Oyen el mundo de una manera especial. Y tienen memoria, también. Tienen registrada cada nota, cada sonido que han provocado. Repiten a la perfección movimientos que una vez fueron y que volverán a ser. Recuerdan todos los lugares donde han estado. Aquí es un Fa. Aquí, un Sol sostenido menor. Aquí va un Do. Seguro.

Aunque sus dedos pueden leer cualquier partitura prefiere dejarse llevar por las notas que tiene siempre en su cabeza y que dirigen su vida. Se deja llevar y yo con él.

A veces para en seco porque no consigue el matiz adecuado. Demasiado piano, dice. Y vuelve a empezar, sin olvidar lo que ya ha sido porque nunca se deja de aprender cuando algo no suena. Y sigue hasta que lo consigue. El sonido perfecto. La música perfecta.

A menudo escucho piezas que identifico con él y me descubro recordándole absorto en su mundo de corcheas, con el pelo enmarañado porque se acaba de levantar, sentado con la mirada perdida, pensando en alguna melodía que le mantiene distraído. En esos momentos, sé que su sonrisa y sus manos en mi cintura no están pensando en mí, sino en esa melodía. En esos momentos mataría por ser un pentagrama.

Aquiles es músico.


(Publicado el 27 de febrero de 2010)