miércoles, 16 de agosto de 2023

Verdad a medias

El 24 de julio me acosté con el firme propósito de recuperar la actividad en el blog durante el mes de agosto. 

Tenía por delante no sé cuántos días de vacaciones casi de verdad, las primeras desde hace 6 años.

"Tengo unas vacaciones y sé cómo usarlas", iba diciendo por ahí, con una sonrisa de oreja a oreja.

Ilusa de mí, no contaba con la convivencia con un adolescente. Sobrino pasa agosto en mi casa y, aunque me alegro muchísimo de verle, de verdad, no contaba con el egoísmo infinito, la desgana y, sí, por qué no decirlo, la estupidez de un adolescente de casi 14 años.

He sido paciente, empática, cariñosa, firme unas veces, laxa por agotamiento otras. He intentado razonar, negociar, compartir... ¡si hasta he intentado darle pena!

Le he explicado claramente, de manera que pudiera entender, que se llama "convivencia" porque se vive con otra/s persona/s y que, para que haya una buena convivencia es imprescindible tener en cuenta a la/s otra/s persona/s para que la vida de todos/as sea más sencilla y agradable.

Por mis cojones treinta y tres.

La adolescencia nos ha atacado con toda su fuerza, se ha aprovechado de mi inexperiencia y me ha dao de hostias con la mano abierta como si no hubiera un mañana.

No estoy acostumbrada a convivir con un adolescente y está siendo dificilísimo y me está dejando pal arrastre.

¿Me estoy pasando de dura? ¿Estoy siendo demasiado floja? ¿Cómo debería decirle las cosas para que me preste un poco de atención sin pegarle un grito y quitarle el móvil de las manos? 

Insoportable.

Ropa sucia por todas partes. Tazas con restos de colacao por todas partes. Cojines por el suelo. Conversaciones con los colegas hasta las 5 de la mañana, con la posterior incapacidad para despertarse antes del mediodía y cumplir planes. Gritos jugando a la Play. Quejas por no jugar a la Play. 

Y, lo que es peor, un total de TODOS los planes de este mes de agosto jodidos porque el jodíoniño ha recordado coger las llaves un total de CERO VECES. Ni recuerdo la de veces que volver a casa a medias porque al jodíoniño se le ha ocurrido que era hora de volver a mi casa sin avisar.

El resultado es que llevo enfadada todas las vacaciones de mierda, recordemos, las primeras casi de verdad en 6 años.

Y, ya puestos a inaugurar pantanos, es la primera vez que estoy hasta el mismísimo coño de sobrino. Hasta hace unos días podía decirle que era mi persona favorita todo el rato y era cierto. 

Ahora es una verdad a medias. 


1 comentario:

  1. jajajaajajaja... ay, así es. Pero te diré que mejora mucho en 3 o 4 años. Los 14 y los 15 son la peste.

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