martes, 21 de septiembre de 2021

El sofoco

Hoy he perdido unas gafas de prebicia.

Las llevaba colgadas del escote, se habrán caído y no las he encontrado. Eran mis gafas favoritas, con las que mejor veía.

He andado y desandado varias veces el trayecto cortito en el que podían haberse caído, pero no estaban, alguien ha debido cogerlas, no hay otra explicación.

Y cuando me he sentado a tomar un café antes de entrar a la reunión me he echao a llorar. Pero con sofoco y todo. Que ha venido la cocinera del bar a consolarme y todo, la pobre, y en vez del café me ha puesto una infusión y se ha sentado a mi lado. La señora habrá pensado que era algo gravísimo y se ha sentado a mi lado unos minutos, y cuando ha visto que se me iba pasando ha vuelto a su trabajo. De vez en cuando se asomaba a ver si estaba mejor, y cuando me he ido me ha dicho un Cuídate, cariño, que me ha sabido a gloria.

Hija, qué vergüenza, cómo te has puesto por unas gafas que, además, te costaron seis o siete euros en una farmacia, no es pa tanto.

Y, no, lo de las gafas no es para tanto. No ha sido nada. 

Bueno, nada más que una llama en una caja de petardos. Era cuestión de tiempo que explotaran todos a la vez y se adviniera EL DRAMA.

¿Qué sorpresas nos depararán los próximos mecheros?  

Stay tuned.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

La semana que viene

La semana que viene es el Santo Grial, el balón de oro, el premio gordo de la lotería, el Pulitzer, la medalla de los niños de San Vicente, el bote de la porra, los 15 en la quiniela, el Oscar, la medalla de oro y el ninot indultat. 

La semana que viene es la promesa de brisa en la cara una mañana de primavera, el olor a pan recién hecho al despertarte, un gatito acurrucado en el regazo una noche de tormenta, un chocolate caliente en invierno y una horchata en verano, el mar tranquilo, un bebé agarrando tu dedo mientras duerme, tararear tu canción favorita en el escaparate de la tienda.

La semana que viene es risa, sosiego, siesta, tiempo, aventura, música.

Esta semana no, que estoy muy liada pero la semana que viene quedamos, nos vemos, peguem una xarraeta, comemos juntas, hacemos algo, tomamos un café, nos ponemos al día, que hace tiempo que no nos vemos.

Y la semana que viene empieza, pasa, llega al fin de semana y estás demasiado cansada para cualquier cosas que no sea llorar acurrucada en el sofá.

Y empieza otra semana que viene.