Hoy me han alegrado mucho el día dos cosas bastante chungas que han pasado a otras personas.
Esas personas me jodieron la vida en momentos muy sensibles de mi vida, fueron crueles, no tuvieron ni una pizca de empatía y decidieron castigarme arbitrariamente.
Puedo engañarme diciéndome que me alegro por eso, por lo hijosdelagranputa que fueron conmigo, además de lo rencorosa que soy.
O porque, de una manera visceral e irracional, aunque yo no he tenido nada que ver, es como si sintiera que el cosmos les devuelve su maldad.
Sé que no es así, que seguramente les está explotando la cosa en las manos porque se sentían inmunes y han tentado demasiado a la suerte.
Sé que el karma no tiene nada que ver.
Sé que la ley de la compensación universal no existe, que los malos no siempre reciben de vuelta lo malo que merecen ni los buenos acaban bien.
Pero soy tan simplita que me ha alegrado saber que esas personas van a tener que comer un poquito (o muchito) de la mierda que han ido esparciendo a su paso.