Hoy he leído un post de esos de sanar el pasado y, de repente, se me ha contraído el estómago y me han flaqueado las piernas.
Me he acordado de ti y resulta que aún te echo de menos. O algo así.
Pero lo peor ha sido cuando me he dado cuenta de que estoy buscando lo que me gustaba de ti y contigo en los hombres.
Y que, por entretenida que sea la búsqueda, así nunca voy a dejar de sentirme decepcionada y frustrada.
Me he dado tanta pena, me he sentido tan miserable, tan tonta, tan pequeña, tan imbécil, tan infantil, tan vacía, tan incapaz, tan perdida, que he tenido que ir a merendar a Santa Catalina, que también lo echaba de menos.
Ay. Besos apretaos.
ResponderEliminarÚltimamente me lo mentan mucho y estoy enloqueciendo un poco.
EliminarRecuérdame que te lleve a merendar a Santa Catalina, que está al lao de los helados molones.
Yo creo que fuimos a desayunar un día un chocolate con churros, que es un sitio como en plan antiguo, muy de señoras...¿es ese?
EliminarEs ese, ya me extrañaba :)
EliminarPues a mí me pasó algo parecido, y pasé de buscar lo mismo a buscar lo opuesto. Fue peor el remedio que la enfermedad. ¿La conclusión? Pues que hay cosas de Él que me gustaban y que son importantes para mí, pero eso no significa que le busque a Él en otros ni que compare.
ResponderEliminarNi miserable, ni tonta, ni pequeña, ni imbécil, ni infantil, ni vacía, ni incapaz, ni perdida. Humana. Nos pasa un poco a todos, yo creo. Pero ya se irá arreglando la cosa, mujer, ya verás. Poco a poco.
ResponderEliminar