Hace justo un año estaba muy contenta porque cambiaba de trabajo, después de unos años muy difíciles.
Menos mal que estaba muy contenta.
No ha salido bien.
Tenía un compañero-jefe (uno) y hemos sido incompatibles. Y, claro, así es difícil y ya no trabajo allí.
De esta experiencia he aprendido varias cosas que, si soy medianamente lista, recordaré en el futuro, y que comparto por si pueden servir a alguien:
- Del amor al odio hay menos de un paso.
- Es muy difícil pensar que no eres una mierda cuando todos los días te dicen que eres una mierda.
- Es muy fácil dejar de pensar que eres una mierda cuando dejan de decírtelo.
- Es normal no saber qué hacer cuando te encuentras en una situación desagradable nueva, no te machaques mientras aprendes cómo enfrentarte a ella.
- Huir no es de cobardes, es de supervivientes.
- Muchas veces, la primera impresión no vale para nada.
- Nunca, nunca, NUNCA, hay que fiarse de alguien que dice a los demás que tienen que ser mejores personas.
- Para tomar decisiones hay que estar dispuesto a cambiar, y a aceptar que lo que te espera puede que no sea perfecto.
- Por mucha adaptación al medio de la que seas capaz, cuando eres un elemento nuevo el medio también tiene que adaptarse, aunque sea mínimamente. Si no, no hay nada que hacer.
Bonus track: Olvida rápido, que se queda la piel mucho mejor.
Me voy a guardar la frase "Huir no es de cobardes, es de supervivientes" para mi mail de despedida por si me llaman de alguna bolsa y huyo de mi curro en el que llevo 9 años y medio y en el que la lista de los pros se va quedando sin elementos.
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