domingo, 29 de octubre de 2017

El #prucés

Estoy siguiendo el prucés con más interés que Perdidos, pero con guionistas descartados de otras series por basurillas y efectos especiales de traca de bautizo. 

Cada paso que dan los dirigentes, de uno y otro lao, me parece más inverosímil que el anterior, y no puedo evitar esa sensación en el estómago de que me están engañanado, todos, que me están tomando el pelo con el suspense, y que el final está pactado de antemano.

No entiendo nada y no paro de hacerme preguntas que soy incapaz de contestar.

¿Por qué el gobierno de España no arregla un referéndum como Thor manda? ¿Por qué el gobierno catalán va a las bravas si no tiene ningún apoyo internacional? Sabiendo que son dos posturas irreconciliables, porque la independencia es incompatible con ser una autonomía española, ¿por qué no se han sentado como personas normales a ver qué hacen y cómo solucionar los problemas? ¿Qué sentido tiene querer independizarse, en la Europa actual? ¿Qué sentido tiene impedir que se independicen, mientras se les insulta a grito pelao? ¿Qué hace a alguien independentista, en la Cataluña de hoy? ¿Serán verdad todas esas teorías de que lo del prucés es una cortina de humo para esconder lo de Mas, Pujol y compañía? 

Estoy sobrecogida. Boquiabierta. Espeluznada. Bocabadada.

Supongo que, aunque lo he tenido muy cerca y llevo toda la vida hablando de ello, nunca he entendido los sentimientos nacionalistas, que alguien se sienta orgulloso o superior por haber nacido en un sitio, y no otro, si es fruto del azar y de circunstancias que nada tienen que ver con uno. 

No consigo entender, y mira que lo intento, por qué hay millones de personas que apoyan a uno y otro gobierno en esta pantomima que parece orquestada por una panda de monos borrachos. En serio, intento ponerme en la piel de quienes defienden ambos bandos pero sólo escucho blablabla pasta blablabla presupuestos blablaba empresas blablabla PIB...

Y, lo peor, tengo la dolorosa sensación de que uno y otro gobierno están jugando con los sentimientos de millones de marionetas con banderas rojas y amarillas, con más o menos rayas. Que les está resultando muy fácil jugar a Juego de Tronos con todas esas personas .

Y me da miedo.


sábado, 21 de octubre de 2017

Compartiendo


Que la Internec y las redes sociales me fascinan no es un secreto.

Me pregunto constantemente por qué lo hacemos, lo de la intimidad y la extimidad, cómo hubiera sido mi vida sin estas experiencias, cómo sería yo sin estas experiencias, si las cosas serían mejor o peor, qué me aporta o me quita...

Pero supongo que eso es porque siempre me lo cuestiono todo e intento ver las cosas desde todos los ángulos que soy capaz de imaginar.

Lo único que no me cuestiono es que gracias a todo esto aprendí que no soy un bicho raro, que no he inventado nada, y que todo lo que se a puede ocurrir a mí seguro que ya se le ha ocurrido a alguien antes.

Y eso siempre ha hecho que me quede más tranquila.

Quizás por eso sigo compartiendo.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Cosas que he aprendido

Hace justo un año estaba muy contenta porque cambiaba de trabajo, después de unos años muy difíciles.

Menos mal que estaba muy contenta. 

No ha salido bien.

Tenía un compañero-jefe (uno) y hemos sido incompatibles. Y, claro, así es difícil y ya no trabajo allí.

De esta experiencia he aprendido varias cosas que, si soy medianamente lista, recordaré en el futuro, y que comparto por si pueden servir a alguien:
  • Del amor al odio hay menos de un paso.
  • Es muy difícil pensar que no eres una mierda cuando todos los días te dicen que eres una mierda.
  • Es muy fácil dejar de pensar que eres una mierda cuando dejan de decírtelo.
  • Es normal no saber qué hacer cuando te encuentras en una situación desagradable nueva, no te machaques mientras aprendes cómo enfrentarte a ella.
  • Huir no es de cobardes, es de supervivientes.
  • Muchas veces, la primera impresión no vale para nada.
  • Nunca, nunca, NUNCA, hay que fiarse de alguien que dice a los demás que tienen que ser mejores personas.
  • Para tomar decisiones hay que estar dispuesto a cambiar, y a aceptar que lo que te espera puede que no sea perfecto.
  • Por mucha adaptación al medio de la que seas capaz, cuando eres un elemento nuevo el medio también tiene que adaptarse, aunque sea mínimamente. Si no, no hay nada que hacer.
Bonus track: Olvida rápido, que se queda la piel mucho mejor.

martes, 3 de octubre de 2017

Taras

Yo ya lo llevo escrito en la piel.

Y lo escribo en el blog.

Y lo grito, a veces.

No es verdad que decirlo te hace invencible. Sólo te hace ser consciente de que no lo eres.


¿Tú, qué taras tienes?