Te recuerdo de lejos, como se recuerda la cara de la primera profesora, o de la bibliotecaria que ya se jubiló.
Se me ha olvidado cuánto más alto que yo eres, si tienes los pies grandes, el tono de tu voz cuando estás contento, si tienes muchos o pocos pelos en las piernas, si prefieres la Mahou normal o la especial, el olor de tu perfume, en qué lado está la cicatriz en tu espalda, tu sabor, o en qué oreja llevas el pendienESPERA ¿llevas uno o dos pendientes?
He olvidado muchas cosas de ti.
Sin embargo, hoy he visto una sombra que se dirigía hacia mí desde el otro lado de la calle y no me ha hecho falta ponerme las gafas para saber que eras tú.
A veces yo con un olor repentino y fugaz, le reconozco.
ResponderEliminarSe desvanecen los recuerdos que no se alimentan.
ResponderEliminar(aunque hay recuerdos que se alimentan -casi- de forma inconsciente)