Estoy un poquito hasta el coño del reto de #Proyectohuevos.
Es cansao. No por escribir, qué va, escribir es un camino de rosas cuajado de amapolas de chocolate que huele a esencia de lavanda. Joder, es la obligación. Es haberme impuesto una obligación que no necesitaba.
Y es aburrido, a veces. se me había olvidado eso de tener que escribir sin tema, teniendo que escurrir el celebro para sacar un post. Menos mal que cuento con la inestimable colaboración de la #becaria MG, que si no...
Además, como decíamos ayer, está siendo muy difícil crear una rutina de la nada, sobre todo porque como no tengo otras rutinas, esto es un poco el coño de la Bernarda.
Quedan 30 post. Aunque no va a darme tiempo a ganar la apuesta por la que nació #ProyectoHuevos, voy a continuar y terminar con elegancia.
Porque de eso se trataba, de intentar que se olvidara que soy imbécil por aceptar la apuesta demostrando que puedo perder con elegancia.
De eso, o de retomar el hábito de escribir en el blog, vete a saber.
Puedes plantearte no escribir por obligación y pegarlo a rutinas inexcusables, que las hay (irse a dormir, levantarse, comer, ducharse... qué sé yo)
ResponderEliminarYo me he dado cuenta de que muchas buenas ideas se me han ocurrido cuando estoy en la ducha o justo a punto de dormir. Es decir, cuando no tengo dónde anotar nada.
Pues yo amo tu blog desde que escribiste hace añosss que eras una rata.
ResponderEliminarFeliz con tu reto.
Yo hoy estoy leyendo muchos del tirón.
ResponderEliminarY estoy feliz