Hasta hace dos veranos no me picaban los mosquitos. Ni los mosquitos, ni nada bichífalo.
Todo empezó el día que uno de mis mejores amigos estuvo al borde de la muerte. Pasé el día en urgencias, intentando imaginar qué decir si nos decían a su mujer y a mí que había muerto y casi no notaba que me picaba la pierna. Cuando todo acabó, y nos sentamos aliviadas en la sala me arrasó tol fuego que había estado esperando durante todo el día, y tuvieron que pincharme Urbasón.
El resto del verano fue un infierno de picaduras de cosas que dejaban unas ronchas imposibles e inaguantables.
- Oiga, doctor, que a ver si voy a tener alergia o algo, que esto no es normal.
- Pues es gordo, sí, pero no creo que sea alergia. Es una reacción más fuerte de lo normal.
El año pasado tuve varias crisis, provocadas por bichos para los que yo era un cadáver exquisito. Varios urbasones, tubos de crema de corticoides, toneladas de hielo y botes de repelente amazónico después, los médicos seguían diciendo que no era nada, que es que de repente estaba buena para la bichería.
- Mire, que es que el año pasado ya me pasó esto, como puede ver en el historial, y a ver si va a ser alergia o algo.
- Nooooo... es una reacción fuertecita...
Su puta madre.
Así que un día, después de varias visitas a urgencias, conseguí que el médico de cabecera me diera cita para el semidiós que yo creía que iba a decirme qué tenía: el alergólogo.
Pero, no.
- Mire, que de verdad que me quedo bastante jodida y ...
- Que nooooo... que no es alergia. ¿Lo va a saber usted mejor que yo? Hala, pa casa.
SU PUTA MADRE.
Así que, aquí estamos.
Huelo a una mezcla de limones salvaje del caribe con unguento apestoso presuntamente curativo todo el día.
Y sigo llena de picaduras y ronchazas susceptibles de ser tratadas con Urbasón, todos los putos días.
¿Qué por qué cuento toda esta mierda?
Porque hoy he encontrado al verdadero dios en forma de médico cubano de urgencias que, con voz melosa me ha recetado antihistamínico, y una crema que, de verdad, funciona, que me ha quitado las ganas de meterme un chute de lejía para morir cuanto antes.
Y porque me ha dicho que, no matter what lo que haya salido en los análisis del especialista, él apostaba su calva a que tengo alergia al bicho que me pica.
ALERGIA.
AMO A ESE SEÑOR.
Si te sirve de algo, a mi me ha pasado eso sólo dos veranos no seguidos. Algo te sensibiliza especialmente un tiempo sobre las picaduras. No llegué a preguntar al médico y no te puedo decir más. Pantalón y manga larga....
ResponderEliminarYo me he pasado todo el invierno con dolor de garganta y de pecho, fiebre y picor de ojos. "Faringitis crónica", me dijeron dos otorrinos. "Faringitis crónica", dijo la alergóloga. "Eso me da que va a ser una alergia rara a un árbol", me dijo el humilde médico de familia de mi barrio, recetándome antihistamínicos que, finalmente, detuvieron el sufrimiento.
ResponderEliminarSiempre hay un médico maravilloso que finalmente acierta el diagnóstico. Yo pasé de dermatólgo en dermatólogo con una supuesta alergia que resultó ser una enfermedad rara. HAMO a mi dermatólgo.
ResponderEliminarNo sé qué les pasa a algunos médicos, que como insinúes que lo que te sucede es por tal cosa, entonces automáticamente tachan de la lista de posibles causas esa tal cosa y ya no reculan ni aunque la evidencia les explote en toda la jeta.
ResponderEliminarNo sé. ¿Arrogancia profesional, será eso?
Hay que ir al médico muda y además, tampoco vas a acertar...
ResponderEliminarPues este señor, al que amo con todo mi ser, ME HA CURADO.
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