Una de las primeras cosas que se aprenden en la Red es que el mundo es muy pequeño. Especialmente en Valencia.
Yo he aprendido, por las malas, que esconderse detrás de un nick no sirve de nada, siempre hay hilos de los que tirar, casualidades imposibles, personas que te conocen muy bien o personas que tienen mucha curiosidad. El anonimato de una nunca está a salvo en la Red.
Además, una conoce a muchas personas. Y las personas tienden a relacionarse con otras, se mueven, van de un sitio a otro, conocen a otras personas...
El anonimato de una nunca está a salvo en la Red.
Y esto aplica, POR SUPUESTO, a las redes de ligar.
Una vez quedé con un chico que decía que le sonaba mi cara y vive justo delante de mi hermano.
He viajado varias veces en metro delante de un chico con quien chateaba a diario.
He quedado con el marido de una de mis peluqueras. Lo supe el día que fue a recogerla y me escondí bajo el papel de plata y la cosa esa del calor.
Me han tirado los trastos uno de mis ex jefes, un chico que conozco desde que era pequeña, dos compañeros de trabajo de dos de mis amigas, un tío que contrató a mi hermano, no le pagó y tuvo que denunciarle, el ex de una ex compañera de trabajo...
A veces pienso que debería recular y aceptar que la Red es realmente otro mundo, y que pasan cosas que no pasarán en lo que otros llaman el mundo real. Porque yo me resisto aún, aunque cada vez menos, a pensar que son dos mundos diferentes.
Igual me estoy equivocando.
Está la teoría esa de los 6 grados de separación, y resulta que todo el mundo está mucho más conectado de lo que parece.
ResponderEliminarPara bien y para mal.
A mí la teoría esa me da mucha risa porque, si fuera verdad, yo estoy a dos grados de Hugh Jackam, Arnold, Drew Barrimore y el Papa.
Eliminar¿Eso significa que conoces a alguien que los conoce? (tiene que ser en persona y tener trato habitual con ellos)
EliminarSi es así, entonces sí que estás a 2 grados. Es lo que hay.