Últimamente leo a menudo historias del tipo "gorda insegura que no se come un torrao liga con un adonis, se lo cepilla, p'afuera telarañas y ¡hasta luego, maricarmen!, los complejos gordísticos se van por el sumidero." Qué fácil, ¿no?
Me sorprende ver que para muchas mujeres parece que sus problemas de autoestima se solucionan follándose a un buenorro. Sobre todo si pueden fardar de buenorro, y especialmente ante amigas más guapas y delgadas, como si fuera una especie de competición, en plan "eh, mira, tú estarás más buena pero al buenorro me lo he follado yo".
Y me sorprende aún más leer a otras muchas mujeres, gordas o no, jaleándolas, con cierta envidia, incluso, como si fuera un triunfo comunitario. "Eh, mirad, una gorda se ha follado a un buenorrísimo. Si ella ha podido, ¡todas podemos!".
Que, a ver, llámame loca, pero a mí me recuerda esto sospechosamente a lo que hemos criticado toda la vida que hacían los hombres de jactarse con los amigotes cuando se chispaban un pibón, ¿no?
¿No poníamos a parir a los tíos cuando se pavoneaban de haberse follado a la buenorra de la discoteca, porque se fijaban sólo en el físico, reducían a la mujer a un objeto, y ni se preocupaban de su opinión sobre la Escuela de Frankfurt?
¿Por qué hay tantas gordas contentas de que otra gorda se cepille a un hombre atractivo?
¿Por qué siempre me hago tantas preguntas que no tienen respuesta?
Tantas preguntas como Carrie, de Sexo en Nueva York jajaja
ResponderEliminar¿Sabes que nunca he visto un capítulo entero?
EliminarLo raro sería no hacerse tantas preguntas. Yo también me lo he preguntado muchas veces, y casi siempre acabo llegando a la conclusión de que la lucha por la igualdad está evolucionando a que nos comportemos de esa forma que tanto criticábamos hace unos años. Pero qué bien te lo has preguntado tú! ¿Tus respuestas?
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarYo es que nunca he entendido bien el jactarse de una conquista sexual, amorosa o de cualquier índole. ¿que lo has hecho y estás contenta? Bien por ti, pero no veo la necesidad de restregarlo por la cara de nadie, seas gorda o no. Haz lo que quieras, pero hazlo por ti, no por lucirte ante nadie... digo yo, vamos.
ResponderEliminarun beso!
¡Estoy contigo en esto!
EliminarPues no sé. A mí me parece que tener la necesidad de fardar de un "triunfo" como ese no deja de ser un indicador de que la autoestima sigue sumergida por ahí, periscopio en ristre.
ResponderEliminarPero bueno, que lo digo sin saber, que ni soy psicólogo ni nada de eso.
Pues yo creo que lo has explicado muy bien.
EliminarHola,
ResponderEliminarSoy una regordeta de toda la vida. Mi chico es un auténtico adonis esculpido en mármol. Me he tenido que oír cosas como "en tu vida habrías imaginado que ibas a follarte un tío como ese" y, sabéis qué? cuando oigo estas cosas solo se me ocurre decir "tú qué sabrás los tíos que me he follado yo, imbécil".
A veces no es cuestión de autoestima o de fardar, es de poner las cosas en su sitio.
:)