jueves, 20 de abril de 2017

Cosas que nunca vas a saber II

Querido pintor:

Entiendo que no entiendas por qué las mujeres desaparecen de tu vista después de la segunda cita. Entiendo que te preguntes por qué, si eres un buen tío, ambicioso, guapo, atento y con negocio propio, las mujeres no quieren volver a verte.

No sé por qué otras chicas no quieren seguir viéndote, pero sí sé por qué no quiero yo.

No quiero a un hombre que me diga que es fácil de domesticar, yo no soy domadora. No quiero a un hombre que siga viviendo con sus padres a los 40 porque es más cómodo, mi casa ya se ha cerrado como spa vacacional. No quiero a un hombre que crea que tiene que pagarme la cena y la copa porque las cosas tienen que ser así.

Pero, sobre todo, no quiero a alguien que me tome por tonta y me diga lo que cree que quiero oír y lo contrario cuando se da cuenta de que se ha equivocado.

Espero que encuentres lo que buscas, si aún existe.

lunes, 17 de abril de 2017

Gordismo victorioso

Últimamente leo a menudo historias del tipo "gorda insegura que no se come un torrao liga con un adonis, se lo cepilla, p'afuera telarañas y ¡hasta luego, maricarmen!, los complejos gordísticos se van por el sumidero." Qué fácil, ¿no?

Me sorprende ver que para muchas mujeres parece que sus problemas de autoestima se solucionan follándose a un buenorro. Sobre todo si pueden fardar de buenorro, y especialmente ante amigas más guapas y delgadas, como si fuera una especie de competición, en plan "eh, mira, tú estarás más buena pero al buenorro me lo he follado yo"

Y me sorprende aún más leer a otras muchas mujeres, gordas o no, jaleándolas, con cierta envidia, incluso, como si fuera un triunfo comunitario. "Eh, mirad, una gorda se ha follado a un buenorrísimo. Si ella ha podido, ¡todas podemos!".

Que, a ver, llámame loca, pero a mí me recuerda esto sospechosamente a lo que hemos criticado toda la vida que hacían los hombres de jactarse con los amigotes cuando se chispaban un pibón, ¿no? 

¿No poníamos a parir a los tíos cuando se pavoneaban de haberse follado a la buenorra de la discoteca, porque se fijaban sólo en el físico, reducían a la mujer a un objeto, y ni se preocupaban de su opinión sobre la Escuela de Frankfurt?

¿Por qué hay tantas gordas contentas de que otra gorda se cepille a un hombre atractivo? 

¿Por qué siempre me hago tantas preguntas que no tienen respuesta?

lunes, 10 de abril de 2017

Sin gafas

Me gusta quitarme las gafas cuando ando de noche por la ciudad. Parece que es Navidad durante todo el año.

Las luces, esas que no sé muy bien de dónde vienen, son más brillantes. Y las sombras, esas que no tengo muy claro qué son, también.

Jingumae

Sin gafas todo es nuevo. Desdibujado y borroso, pero nuevo.

The city Green girl walking
Y da un poco de miedo. Es difícil calcular las distancias, es difícil adivinar una sonrisa o una cara amenazante. Es un miedo hasta excitante. ¿Conozco a esa persona que parece que se acerca? ¿Será ese mi autobús? ¿Está abierta la persiana de la tienda que llevo buscando una hora? Todo es una sorpresa.

Andar de noche sin gafas es como jugar por primera vez al Call of duty. Pasan cosas a tu alrededor y no tienes claro qué es nada. Estás alerta, en tensión, pero segura, porque sólo es un juego, y puedes parar, volver a ponerte las gafas, y seguir andando.

The nigut 168 lights
Me gusta quitarme las gafas por la noche, verlo todo brillante, tener miedo un rato y volver a ponerme las gafas para sentirme segura de nuevo.

Todas las imágenes, y hay más, son de aquí.