lunes, 22 de agosto de 2016

Tres semanas

Tres semanas. 

Tres semanas de vacaciones de casi todo: del trabajo, de los amigos, de las compras, de las redes sociales (casi), de las noticias, del despertador, del blog... 

Tres semanas de llevar bikini el 80% del tiempo, de estar a remojo, de jugar con niños, de llevar el pelo mojado recogido en una coleta, de oler a aceite reparador de los estragos del sol, de pasear perros ajenos como si fueran propios, de jugar al parchís, de dejarme llevar por el sueño en cualquier momento, de trasnochar porque sí.

Tres semanas de playa, de piscina, de pokémones, de horchata con fartons, de sandía, de colacaos fríos, de paellas maternas, de ventilador, de agua fría y sopa de sobre. 

Tres semanas de cargar felizmente con una muda, un abanico, el bikini, las gafas de bucear y las gafas de sol, sin saber dónde voy a acabar el día.

Tres semanas de pensar en el ahora nomás, de pensar fugazmente en que no tengo que pensar en nada, ni hacer nada que no quiera hacer. 

Tres semanas felices.

Dame tres semanas de vacaciones cada 21 días y moveré el mundo.

Hola.