Estoy cambiando. A la carrera.
No es una crisis de la mediana edad. No es un futurible. No es un deseo y ya está, como que me toque la lotería, qué va.
Estoy cambiando y no es ninguna tontería, eh, que la cosa tiene su aquel. Es un querer que no sé hacia dónde va, sólo sé dónde no quiero volver a estar. Es como si hubiera quitado un atasco en algún sitio que ha dejado sitio, mucho sitio, para que todo se reordene, y para que me quede sitio para maniobrar, tranquilamente.
Que sí, que se puede, oiga. Contrariamente a lo que se dice por ahí, las personas podemos cambiar. Sobre todo si ponemos empeño y consciencia. Y voluntad. Y disciplina.Y una resistencia al fracaso y a la frustración tirando a grandotas. El proceso en sí no es supermolón ni supersatisfactorio ni mierdas de eso pero se puede. Una se muerde la lengua, cuenta hasta diez, respira hondo y se puede.
No tengo muy claro cuál va a ser el resultado, pero estoy viendo el proceso y a veces da miedo. Porque se puede cambiar, sí, por mucho que se diga que la gente no cambia. La gente, no sé, es demasiado vago, las personas, sí.
A veces me pregunto si los demás se dan cuenta del cambio, y casi siempre me respondo que no. Tengo la peregrina idea de que cuando vemos [somos vistos] de una manera durante un tiempo, es muy difícil que los demás se den cuenta de los cambios, a menos que los señalemos. Y eso no tiene gracia, claro. Señalarlos, digo.
El caso es que me da igual. Mi cambio es mío y melofo como quiero.
Y, es curioso, cuando veo como desde fuera cómo reacciono, apenas me reconozco. Soy yo, es mi cara, mi pelazo, pero es otra yo, no sé si me entienden.
Ahora la intriga es si el cambio va a hacer que alguna persona que me quiere deje de hacerlo y cómo voy a gestionar eso. Peliagudo, ¿no?
Igual es al revés y resulta que con el cambio te empieza a querer gente molona y mejor y que te querrá por lo que vas a ser cuando cambies todo lo que quieres. Y eso mola.
ResponderEliminarTodos cambiamos, aunque normalmente sin propósito, simplemente como reacción a lo que vivimos, creo yo.
ResponderEliminarCambiar de manera deliberada me parece más difícil, pero parece que lo tienes claro.
Ánimo, aunque, btw, a mí me gusta la Gordipé que conozco.
Parece que esos cambios, entre otras cosas supongo que más importantes, te alejan algo del blog. O será casualidad...
ResponderEliminarLos cambios siempre lo perciben los demás pero siempre queda la esencia de nuestro interior que por mucho que queramos, eso si que no se puede cambiar ,y a esa si que sólo alcanzan unos cuantos
ResponderEliminarLos cambios siempre lo perciben los demás pero siempre queda la esencia de nuestro interior que por mucho que queramos, eso si que no se puede cambiar ,y a esa si que sólo alcanzan unos cuantos
ResponderEliminarPues claro que cambiamos. Nadie es igual que hace 20 años, por ejemplo. Evolucionamos y ya no volvemos a ser los mismos.
ResponderEliminarYo no creo que se te deje de querer por cambiar, a menos que sea porque ahora irás escupiendo a la gente a la cara :P
Un besazo, flor
Hola, vengo a hacer de Pollyanna. Si alguien te deja de querer porque no le molan unos cambios que a ti sí te gustan, pues qué se le va a hacer. También puede ser que te quiera otra gente que no te quería antes y que sea gente, como dice Naar, mucho más molona y más mejor y más alta y más guapa y más rubia.
ResponderEliminarYo te quiero mucho, y me parece muy valiente hacer lo que estás haciendo.
Yo no sé exactamente todo en lo que estás cambiando, pero sí sé algunas cosas y también tesquieros todavida. Y más.
EliminarY encima con lo del pilates te estás quedando hecha una sífilis, yo te veo maravillosa :D
Yo soy morena pero muy alta y me parece admirable tu propósito. Y es estoy muy de acuerdo con MG. Menos con lo de la gente rubia.
ResponderEliminarMuaks
La vida rubia la vida mejor XDDD
EliminarCreo que más que cambiar es evolucionar, abandonar aquello que ya no sirve, perfilar las metas y cambiar las estrategias erróneas. Y sí, me temo que hay pérdidas por el camino...
ResponderEliminarUn beso