miércoles, 9 de marzo de 2016

Prueba superada

Sólo me ha costado un año y tres meses cumplir la mitad de los propósitos de 2015. Y ya me estoy satisfecha. Soy lenta, sí pero, qué quieren, una hace lo que puede.

Que igual es que miraba muy alto. Al dedo, a la luna, a la nada... Sí, definitivamente, miraba muy alto. Y una, que siempre ha sido poco ambiciosa, se abrumó con tanto que hacer y se dejó llevar por el que sé yo y el chi lo sa, y ahí andaba atascada, entre la frustración, el desengaño y el no saber. Hasta que ha ido sabiendo.

Y es que ha sido muy difícil cumplir algunos. Otros, no, otros sigue siendo un placer. Y otros... mira, ya ni me los planteo como propósitos, sólo son cosas que escribí una vez, que no le debo a nadie y ya se me han olvidado. Qué fácil era...

Lo mejor de todo es que aún no ha terminado marzo y ya he cumplido el único propósito que me hice cuando empezó este 2016, este año raro de rima sosa: cumplir alguno de los que me hice el año anterior.

Y me siento muy orgullosa de mí. Porque a veces las cosas pequeñas acaban siendo muy grandes.

¿Trampa? Pues sí, pero es que si uno no se consuela es porque no quiere.

3 comentarios:

  1. Yo también estoy orgullosa de ti :)

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  2. Una evolución excelente.
    ¡Qué bien que escribas!

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  3. Estoy contenta y orgullosa de que hayas cumplido objetivos, aunque si no lo hubieras hecho también lo estaría. ;)
    Ah, y que vuelvas por aquí es fantástico y maravilloso. :)

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