Yo podría ser la némesis virulenta de los artistas: el último año siempre es el peor. No, en serio, 2015 ha sido la peste infecta. Todo lo que podía ir a peor en mi vida y en la vida de muchas personas a las que quiero, ha ido a peor. He conseguido incumplir todos los propósitos para este año de mierda. No he hecho nada de lo que pensaba que quería hacer. Claro que ha tenido cosas buenas, incluso muy buenas, me atrevería a decir, PERO.
Sí, amiguis, 2015 ha sido un año asqueroso. Y para que quede bien claro lo termino en la cama, con una bronquitis salvaje, abrazada a un ventolín, mi nuevo muy mejor amigo. ¿Qué más se puede pedir?
Oh, bueno, espera, no tentemos al karma...
En fin, como decía, me alegro de que se acabe 2015. Es una gelipollez, lo sé, mañana las cosas siguen siendo una mierda (o no) y lo del año no tiene nada que ver. LO SÉ. Pero en algún sitio de mi celebro queda siempre una poca de esperanza que piensa "quizás el año que viene algo mejore" y el año que viene es mañana y... vete a saber...
Toooootal que, a pesar de todo, les deseo un año nuevo estupendo o, al menos, mejor que el que está a punto de acabar.
Cuídense. Y quieran mucho.