Estoy tan cansada,
que ni sufro, ni siento, ni padezco,
que si me pinchan no sangro ni una gota.
ni pido, ni discuto, ni obedezco.
Tan cansada, tan cansada,
que el verano ha girado dos veces
y si vuelve para comerme los pies
gira otra vez, como los peces.
Tan cansada, tan cansada,
que vacío cada día los bolsillos
los lleno luego de nada,
y recojo ganas de otros en los pasillos.
Tan cansada, tan cansada,
que cuando duermo, muero,
y muero y vivo otra vez sin vivir,
y vuelvo a despertar, aunque no quiero.
Estoy tan cansada que he perdido las gafas y no me importa no ver.
Un conocido, que a la sazón llamaré Molina, suele agasajarnos con lo que nosotros llamamos (lógicamente) "molinadas".
ResponderEliminarUna molinada es una frase errónea que paradójicamente expresa una verdad universal (o no tanto). Es como los premios IgNobel, que primero te hacen reír y luego te dejan pensando. Molina es autor, entre otras, del las insignes "luces psicotrópicas too guapas", refiriéndose a las luces psicodélicas, o la "ese rollo de la tormenta amarilla del las pelis porno", refiriéndose a... Bueno, esta la dejaré a la imaginación de cada uno.
El caso es que leyendo tu post me ha venido a la cabeza una "molinada" que podría aplicarse. Cito: "Si estás cansada de hacer siempre lo mismo, prueba a hacerlo indiferente"...
Por alguna razón, las cosas cambian cuando dejan de importarnos. Así que te deseo suerte en tus próximos cambios, no siempre son para mejor, pero son inevitables y por tanto, buenos.
Ahí te dejo o reflexión. Puedes comprar mi libro a la salida en el hall del teatro.
Pues te ha quedado bien bonita la desgana.
ResponderEliminarMuaks
A veces pasa. A mi también me pasa... un abrazo!
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