martes, 28 de julio de 2015

Soltar lastre

¿Sabes eso que dicen que tienes un problema, o una circunstancia, o lo que sea, "que te pesa", como si llevaras una mochila muy pesada colgada a la espalda siempre, todo el tiempo, tirando hacia abajo y tensando los músculos de esa manera cruel que te duelen incluso aunque intentes relajarte? ¿A que lo sabes?

Porque cuando tienes un problema, un algo inconcluso de lo que te quieres olvidar, pero no consigues quitártelo de encima, es como si realmente llevaras un peso terrible sobre los hombros. Es así de gráfico: un peso sobre los hombros.

A veces no hace falta que sea gravísimo, basta con que sea algo que te molesta, algo en lo que quieres dejar de pensar, pero no se dan las circunstancias apropiadas. Y ahí está ese peso, jodiéndote, impidiendo que relajes los hombros y te olvides, despertándote a veces por las noches, haciéndose presente en el momento más inadecuado, recordándote lo débil e imbécil que eres por no dejarlo caer, por acarrear ese lastre que parece que tiene vida propia y se hace cada vez más grande. 

A mí me pasa. Y noto como el paso del tiempo alimenta a la bestia y me jode la vida, hasta que consigo decir basta.

Y entonces, un día, las estrellas se alinean y sientes la fuerza y el empuje suficiente para soltar lastre, verbalizar lo que no quieres, sin dar explicaciones. Ni siquiera te preguntas por qué has esperado tanto tiempo, eso ya vendrá después, ahora sólo te importa que lo has dejado atrás.

Es como si, de repente, dejaras caer la mochila, y relajaras la espalda para sentirte mejor y caminar más ligera.

Sí, eso, exactamente eso: más ligera. 

Es curioso como a veces una metáfora es tan descriptiva, tan perfecta.

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