domingo, 7 de junio de 2015

La pitada

Este fin de semana he estado en el Benicàssim Blues Festival.

El sábado por la noche, después d, YO QUE SÉ, seis o siete horas de conciertos, se reunieron en el escenario principal todas las bandas que había tocado durante la tarde y se montó una melé de órdago. Maravillosa. Un fin de fiesta estupendo: cinco blues woman cantando, dos pianistas, un batería, tres o cuatro guitarras, varios saxos, contrabajos, XÉ, LA REPANOCHA.

Al acabar el concierto se anunció la presencia en el escenario de la Concejala de Turismo para entregar un obsequio en una bolsita a las cantantes. Tenía toda la pinta de un pack de esos turísticos, con alguna guía o libro de la ciudad, alguna placa o algo, no sé no lo abrieron en escena.

La cuestión es que en cuanto la Concejala de Turismo asomó la patita por el escenario, PATAPOUUUUUM, una intensa y gritos de ¡fuera, fuera!

Una búsqueda rápida me dice que Benicàssim (Castellón) tenía un gobierno del PP en cómoda mayoría hasta las elecciones del 24 de mayo. Todavía no está cerrado el nuevo, y algo me dice que será difícil, porque van a tener que pactar chorrocientos partidos entre sí.

Bueno, la cuestión es la pitada.

Queda feo. Estaba allí, mirando a aquellas cantantes recoger el obsequio del Ayuntamiento, co-patrocinador del festival y, la verdad, queda feo. Deslucido. Muy deslucido. 

Un señor que estaba a nuestro lado se quejó amargamente. Según el, qué poca vergüenza pitar al ayuntamiento en un evento en el que había puesto dinero. Sin la colaboración del ayuntamiento no se hubiera celebrado así que pitarle era de ser muy poco agradecido. Y que así nos va, que somos unos desagradecidos.

Unos pocos vecinos se enzarzaron en una discusión: que si sí, que si no...

Y yo me quedé pensando:
  • El Ayuntamiento pone pasta, sí, pero es que es la pasta de todos. Otra cosa es si es más o menos razonable destinar los fondos públicos a unas cosas o a otras, pero, vaya, que no es que sea filantropía, se hace con un fin: atraer visitantes al pueblo, darle visibilidad, captar la atención de los medios y de ese sector de público...
  • Los ciudadanos tenemos muy pocas oportunidades de expresar nuestro malestar con los gobernantes. Una vez en las urnas cada cuatro años no sólo es poco, es ridículo. ¿Por qué no decirles cuando tenemos ocasión que no nos gustan, o que nos gustaría que cambiaran? 
  • ¿Es una falta de respeto? ¿Por qué? 
Creo que yo hubiera pitado en el Camp Nou.

5 comentarios:

  1. Partiendo de la base de que los pitos van con el cargo, en este caso que comentas lo encuentro un poco falta de respeto hacia las cantantes, que ni pinchan ni cortan en todo el asunto, a menos que se las criticara a ellas también por su pobre desempeño, aunque imagino que no sería el caso.

    De todas formas unos cuantos pitos nunca han matado a nadie. Mejor que te piten y se desfoguen así que haciendo otras cosas más "efectivas". No veo a qué tanto escándalo.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  2. Eso de salir el politiquillo al final de un evento para que lo aclamen, se va a ir acabando....

    ResponderEliminar
  3. Cuando iba a manifestarme en día de huelga a la puerta de la empresa, los sindicatos repartían pitos para que no se nos fuera la boca con insultos, que podían denunciarnos...

    Así que le pitabas al encargado-esquirol-pelota de turno, y con eso se entendía todo. Pero todo todito.

    Un pito no hace daño y no puedes "pasarte" como con una palabrota bestia o con un lanzamiento de objetos (a elegir: tomates, huevos, zapatos...)


    Besotes

    ResponderEliminar
  4. Yo no, Gordi, que luego los fachas te investigan para acabar complicándote la vida y yo soy muy cobarde.

    ResponderEliminar