martes, 23 de junio de 2015

El curriculum

A estas alturas de la vida, pasada ya la tierna adolescencia, una ya debería tener claro que quiere ser de mayor. La gente normal lo sabe, ¿no? Pues no. Yo no.

O sí.

Después de pasar varias horas trabajando en un curriculum para un puesto de trabajo que me interesa muchísimo va y resulta que me doy cuenta de dónde está el problema: no sé lo que quiero hacer porque quiero hacerlo todo. No es sólo que sé qué no quiero hacer, no, qué va, es que de lo demás, quiero hacerlo todo.

Me pongo a revisar mi curriculum, y a poner y quitar cosas interesantes o no para el puesto, y tengo todo el rato en la cabeza lo perfecto que es para mí, la de cosas que podría aportar en ese puesto de trabajo, lo bien que lo haría... es como si la oferta de trabajo la hubieran hecho pensando en mí, en mi experiencia, en todo lo que sé y lo que aún puedo aprender.

Hace rato que he dejado atrás la duda de si me presento o no, de si corro el riesgo de equivocarme o no, de las consecuencias, de cuánto me afectará el rechazo, de considerar si debo optar o no a otro puesto de trabajo, teniendo uno. Que será lo que será, pero es uno. Sí, ya no dudo. Voy a presentarme.

Y cierro el word, varias veces, demasiado consciente de mis infinitas carencias, de mi falta de contactos, de la soledad de la candidatura anónima, casi tirando la toalla, con esa convicción profunda de que nunca lo conseguiré...

Y entonces abro el word otra vez, y releo ese resumen frío de lo que ha sido mi vida laboral, de todas esas personas a las que he conocido y de las que he aprendido tantas cosas, y me doy cuenta de que quizás mi temor está injustificado porque, en el fondo, siempre he tenido el trabajo que he querido. Igual luego ha sido lo que esperaba pero, en realidad, siempre he conseguido el trabajo que quería. Qué cosas. Quién lo diría...

Y entonces cierro el word otra vez, con la carta de presentación ya terminada y el curriculum revisado un millón de veces, con ese viejo proverbio chino (o no) flotando en mi cabeza:

"Ten cuidado con lo que deseas, vaya a ser que lo consigas".


8 comentarios:

  1. Pero "el que no arriesga no gana" y "todos los cambios son para mejor".

    ResponderEliminar
  2. Pues aún después de un millón de revisiones, en el momento en el que vayas a entregar el documento, te darás cuenta de que hay una falta de ortografía de esas flagrantes en medio de todo (ya ni te cuento manchas o huellas, porque con esto de la modernidad digital ,el papel no se lleva)
    Mejor llevarte una hostia por intentarlo, que por no hacerlo.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  3. Hola recién aterrizada por aquí... me gusta lo que leo y por eso me quedo... :)
    Un post genial, y es que miramos mil veces, repasamos una y otra vez y otra y al final siempre hay algo que querríamos haber puesto de otro modo o algún error...
    Que veas ese puesto de trabajo hecho para ti ya es una señal de que debes presentarte... mucha suerte!!
    Besines...

    ResponderEliminar
  4. Hola. tienes que arriesgarte y enviarlo... lo que tenga que ser será además si te ves en ese puesto seguro que lo conseguirás... siempre digo que querer es poder. Acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho la variedad de temas que tratas. En este momento he creado un blog dedicado a los jóvenes y al uso que hacen de las nuevas tecnologías. Te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.

    ResponderEliminar
  5. Iba a decir lo mismo que JatzMe, que da igual cuantas veces revises en curriculum, siempre se cuela algo! jajaja. Es una suerte tener tan claro lo que se quiere. Ojalá te vaya muy bien

    ResponderEliminar
  6. Pues ojalá te lo den. Sabes hacer muchas cosas y además, te interesas por las que no sabes hacer, que es algo sensacional.

    Así tendrás un curro nuevo del que quejarte XDDD

    ResponderEliminar
  7. Yo tuve esas mismas inseguridades hace un año y medio. ¿echo la solicitud o no la echo? ¿y si me rechazan? ¿y si, aún peor, NO me rechazan? ay ay ay/culo en que no cabe ni el bigote'una gamba.

    Y al final como dice aquél ... "es mejor hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse". Así que respiré hondo ... y le di al enter.

    Y me lo dieron. Y cuando empecé me la tiré llorando y diciendo que la había cagado (es lo que nos pasa a las resistentes al cambio). Pero esa sensación solo duró una semana ... después empecé a pasármelo bien. Y ahora miro a la persona que me sustituye en mi anterior puesto haciendo horarios interminables y criando calvas (que no malvas) y ... un jijiji interior me invade.

    Palante neni. Si la vida lo ha puesto en tu camino ... por algo será.

    ResponderEliminar
  8. Uy, yo ando en una extraña fase curricular estos días también. Con dos ofertas que me han llegado a las manos, de más pasta que ahora pero a cuál más lejos de mi isla. Y yo qué sé. No sé si quiero cambiar.
    Oye, suerte!

    ResponderEliminar