jueves, 18 de junio de 2015

El abate Sieyès

Cuando pienso en los años de Facultad recuerdo algunos momentos muy concretos, casi siempre los mismos. Algunos dirían que no tengo más porque pasé unos años a medio camino entre la nebulosa de los carajillos y sustancias de las que podríamos denominar. Yo no sé lo que diría.

Uno de esos momento es el primer examen que hice como universitaria.

No sé los demás pero yo pasé los primeros tres o cuatro meses como en una nube, como si estar en la Universidad pudiera equipararse a haber llegado a la luna. No tengo claro por qué pero, aunque tuve muy buenas notas, en el instituto nunca pensé que llegaría a terminar, siempre tuve en la cabeza que era idiota y que no sería tan lista como para llegar a una carrera universitaria, que en mi mundo ignorante y juvenil era para muy listos. 

El caso es que allá que me fui, a la universidad, con mis notazas en letras, al Olimpo de la listez. 

Y, o yo era más lista de lo que pensaba, o aquello no era tan para listos como yo pensaba, porque me aburría mogollón y me parecía todo superfácil. Claro, iba de sobrada que lo flipas.

En esto llegamos a la temporada de exámenes y, yo me lo sabía todo muy bien. Estaba muy segura y eso. Hasta dos horas antes del primer examen, que se me había olvidado todo. Mierda.

Se me debió poner cara de sepionet porque un compañero de clase me acompañó al bar "para entretenerme" y, no sé cómo ni porqué, acabamos ciegos como pelotas a base de carajillos.

Casi llegamos tarde al examen y nos sentamos al final de aquella aula interminable, llena de cabezas con pelos. Estaban borrosas y se movían sin moverse.

Silencio.

Reparto de folios.

Escriban: primera y única pregunta del primer examen como universitaria: el papel del abate Sieyès en la Revolución francesa.

HORROR.

Lo único que recordaba del abate Sieyès es que su tema lo había subrayado en rojo, que había nacido en 1748, que suma 2 (1+7+4+8=20, 2+0=2, una regla mnemotécnica como cualquier otra para saber más o menos en qué momento histórico ubicar a cada personaje, y que la había palmado a los 88 años. Y, según la pregunta, que había sido abate y que había tenido algún papel en la revolución francesa.

¿Y AHORA QUÉ HAGO, QUE NO ME SÉ QUIÉN ES ESTE SEÑOR?

Supongo que pensé que no iba a dejar pasar la oportunidad de escribir mucho rato en el primer examen universitario así que empecé a escribir sobre la revolución francesa, que me la sabía muy bien.

Y un notable.

Tras aquel primer resultado empecé a sospechar que aquello iba a ser mucho más fácil de lo que pensaba.

Y no me equivoqué ni un poquito, pero eso es otra historia.


Misia, este te lo dedico, que lo has inspirado tú. ¡Gracias!




2 comentarios:

  1. ¡Hala, post dedicado! mil gracias, jejeje.

    Aunque no tengo muy claro que conmigo hubieras aprobado :P

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  2. En mi primer año de universidad, suspendí tanto que creo que sólo aprobé dos. En el segundo, no aprobé ninguna. Luego me cambié de carrera y empecé a aprobar de sobra. Fue en ese primer año de mi segunda carrera cuando me di cuenta de esa actitud de "soy la milk" con la que llegamos todos allí, viendo a mis nuevos compis. Yo los miraba con superioridad pensando "yo ya he pasado por esto, vais a morder el polvo".
    Eso sí, yo nunca fui contentilla a un examen. Pero entonces era una niña bueno y creo que ni bebía.

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