lunes, 16 de marzo de 2015

Escribiendo

Hace unos días el Niño Desgraciaíto escribió un post estupendo en el que hablaba sobre escribir bien. 

Yo pienso mucho en eso. Supongo que tiene que ver que me gano la vida escribiendo cosas. O que a menudo me toca revisar lo que escriben otros. O que tengo que escribir lo que otros quieren decir y me preocupa decirlo bien. No sé, pienso mucho en eso.

Y es que es muy personal. 

Para mí escribe bien quien utiliza la palabra precisa en el orden exacto, utilizando los recursos a su alcance para conseguir transmitir exactamente lo que quiere, en un contexto determinado. 

Parece fácil, ¿verdad? Pues no lo es. 

Por ejemplo, yo no entiendo un informe lleno de colorinchis para enfatizar determinadas palabras, un recurso que, a lo mejor, es efectivo en un cuento para niños. Tampoco concibo un estudio sin enlaces ni referencias internas si va a enviarse por correo, algo completamente prescindible si se va a leer en papel. Y hay gente para quien estos criterios no tienen la menor importancia.

Pienso mucho en esto, ya digo. Especialmente estos últimos años, en los que escribir se ha convertido no sólo en mi trabajo, sino también en una de las actividades a las que dedico más tiempo. 

Me pregunto a menudo qué piensan los demás, porque ahora siempre escribo para que lo lean otros. Pero me lo pregunto de verdad, no a modo de falsa modestia para que me digan que lo hago muy bien y esas cosas. Sé que soy resultona y a veces puedo tener cierta gracia. Me lo pregunto porque me llegan opiniones tan diferentes que no sé qué pensar, o cómo podría mejorar, porque yo no puedo ser objetiva.

Es como cuando me corto mucho mucho el pelo y unas personas me dicen que les encanta y otras que les horroriza y yo, como me veo todos los días y tengo mi propia imagen de mí misma me veo siempre igual. Que no sé si me gusto o no o va a días. Aquí tampoco puedo ser objetiva.

Todo esto viene a cuento porque, hace unos días alguien me dijo que no se me entiende cuando escribo y cambió mi texto. Me molestó mucho porque, según mi criterio, dejaba de decir exactamente lo que yo quería y pensé que cuando lo leyeran las personas que me conocen me tomarían por tonta. Yo lo hubiera hecho pero, claro, es poco probable que alguien más se haya dado cuenta. Y esto también me molesta un poco, creo.

Luego leí el post y volví a preguntarme si lo que para mí es escribir bien o el estilo que me parece aceptable para otros es un horror insufrible y a ver qué voy a hacer yo para seguir viviendo.

Y en esto ando pensando, fíjate...

11 comentarios:

  1. Pues fíjate que con otros a los que leo encuentro cosas en las que podrían mejorar, contigo no me pasa. Me gusta mucho cómo escribes. Siempre. Aunque no me guste el tema sobre el que escribes o no esté de acuerdo.

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    1. Oiga, pues muchas gracias. A ti también es un gusto leerte, aunque te prodigas poco.

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  2. ¡Hola, Gordi! Ahora vengo del blog de El niño desgraciaíto. Salvo lo obvio de lo que ha escrito, y por ello certero, coincido con él en lo que se refiere al texto que ha colgado de "El tiempo de los regalos". Pero creo que no puede existir debate. Entramos (como en todo) en el pantanoso terreno de los gustos personales y, al fin y al cabo y siendo pragmáticos, todo se reduce a lo que nos gusta, lo que nos desagrada, y lo que nos causa indiferencia. Entre esas tres, la objetividad de verdad, es dificilísima, por no decir inexistente.

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    1. Hombre, yo creo que sí hay debate. Y está claro que los gustos son personales pero hay cuestiones objetivas, hay códigos, normas. Creo que sí hay debate.

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  3. Me alegra que un texto mío haya motivado este post tuyo. Tú vas más allá que yo y es muy interesante lo que cuentas.

    Yo no me he parado mucho a pensar qué es lo que les parece a la gente del trabajo lo que escribo y cómo lo escribo y debería hacerlo.

    Está claro que, como dice cabrónidas, hay una parte personal. Y eso es mucho más importante en los documentos del trabajo que en el blog, que a fin de cuentas no nos paga las facturas.

    Yo creo que pararse a pensar antes de escribir y saber qué es lo que quieres transmitir es básico, pero a lo mejor eso lo pienso yo y nadie más.

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    1. No estás solo. Yo también lo pienso. Gracias por la inspiración :)

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  4. Coñe, qué pregunta tan compleja.
    Escribir bien es ser preciso a la vez que elegante. Aunque la precisión ya debería ser elegante en todos los casos, así que decir "precisión y elegancia" no deja de ser un pleonasmo. Pero bueno, aquí entra el concepto de "elegancia", y es bien sabido (como puede comprobarse por los vestuarios de las bodas) que cada cual tiene el suyo y suelen ser muy dispares.
    La precisión no será la misma si escribes una sentencia judicial o un poema, porque también la finalidad es muy distinta.

    Si quieres saber si escribes bien, mejor no hagas una pregunta abierta en el blog. Busca a quien te parezca que escriba bien de morirse y pregúntales a ellos directamente, insistiendo en que sean completamente sinceros, que sus vidas no corren riesgo por la respuesta que den, ni vas a tomar algún tipo de represalias o a regalar jamones a posteriori. Y luego, si hubiera que llorar se llora, pero te habrán dado la opinión más válida que se te pueda dar acerca de este asunto.

    O no.

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    1. No estoy nada de acuerdo contigo. La precisión no tiene por qué ser elegante. Es precisión. Y puede ser terriblemente vulgar.
      No he preguntado a los demás si escribo bien o no, me lo pregunto a mí misma, me pregunto si me explico bien, si consigo transmitir lo que quiero, eso es para mí lo importante.

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    2. Bueno, sobre tus intenciones al escribir el post, es muy posible que me haya confundido este párrafo:
      Me pregunto a menudo qué piensan los demás, porque ahora siempre escribo para que lo lean otros. Pero me lo pregunto de verdad, no a modo de falsa modestia para que me digan que lo hago muy bien y esas cosas. Sé que soy resultona y a veces puedo tener cierta gracia. Me lo pregunto porque me llegan opiniones tan diferentes que no sé qué pensar, o cómo podría mejorar, porque yo no puedo ser objetiva.
      He interpretado que es una pregunta que tú te haces, pero que extiendes a tus lectores buscando algo de objetividad. Ya ves que para que un escrito sea bien entendido no solo hace falta un buen explicador sino también un buen entendedor.

      Sobre lo de la precisión y la elegancia, discrepo de tu discrepancia, aunque la entiendo. Estoy tentado a pensar en la elegancia al modo de la naturaleza: es siempre precisa. Y en la medida en que el arte imita la naturaleza, también le sucede lo mismo. Una gota de agua es elegante en su eficiencia, en la precisión con la que desempeña su función. Es como es porque cumple precisamente las leyes naturales, y eso la hace a la vez elegante.
      Como decía, quizás el problema es cómo se entiendan los conceptos "precisión" y "elegancia". Etimológicamente, "elegancia" significa sacar lo mejor, elegir o seleccionar lo óptimo. En ese caso, no va muy desencaminado de lo preciso.
      Seguro que me he explicado como el culo xD

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  5. Creo que uno es consciente (o debe serlo) de cómo hace las cosas. Creo que los que estamos acostumbrados a escribir, por trabajo o por ocio, sabemos si escribimos mejor o peor. O yo al menos soy muy consciente de que hago mejor los correos de trabajo que cualquier otra cosa que escriba. Es así de triste.

    Tú escribes bien y eso lo sabes sin necesidad de que venga nadie a decírtelo, lo explicas bien, se te entiende y además queda bonito. Creo que no se puede pedir más. Vamos, yo estaría encantada conmigo misma si coincidiesen las tres cosas.

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