miércoles, 7 de enero de 2015

Los regalos de reyes

Hace unos días, durante las vacaciones de Navidad, salí un día con una amigas para un aperitivo y apoyarnos mutuamente en la compra de regalos navideños. A lo tonto a lo tonto, el aperitivo se convirtió en comida, luego en birras, luego en picar algo y, a la que nos dimos cuenta, estábamos de fiesta hasta las chorrocientas.

Y olvidé una bolsa en el coche que me trajo a casa. 

LA BOLSA CON LOS REGALOS DE REYES DE LOS NIÑOS.

Como ya tenía resuelto el tema de los regalos me relajé. Completamente. 

Contra todo pronóstico, casi dos semanas antes del día de reyes lo tenía todo solucionado y no tenía que volver a pensar en ello. Todos los regalos estaban empaquetados y perfectamente identificados. Estaba orgullosa de mí misma, muy orgullosa.

Estos últimos días, mientras paseaba por el centro, veía a las personas corretear nerviosas de un lado a otro, buscando cosas en las tiendas, y yo sonreía, maliciosa, creída, crecida, pensando "¡JA! pobres gelipollas, uno compra los regalos de reyes CON TIEMPO". Y esa sensación de triunfo infinito al hablar con mi madre y decirle "No te preocupes, mamá, los regalos ya están empaquetados. Ya los llevo yo el día de reyes".

Ayer por la mañana me levanté, salí a desayunar con mi hermano, hice unas tareas del hogar, me arreglé para ir a comer a casa de mis padres con los regalos de reyes de mis sobrin¡¡¡LOS PUTOS REGALOS DE MIS SOBRINOS!!!

De repente, mi vida pasó ante mí como una película a cámara lenta, y el pause se detuvo, exactamente, en el momento en el que la bolsa de Imaginarium gigante se quedaba en el maletero del coche. Mira que rebobiné veces: la puta bolsa siempre se quedaba en el maletero del coche, nunca llegó a mi casa.

Una llamada telefónica sirvió para confirmar lo que ya sabía: sí, la bolsa está en el maletero. No, nosotros tampoco nos hemos dado cuenta hasta ahora. Sí, volvemos a Valencia EL DOMINGO.

Maravilloso: los regalos de reyes de mi familia a los niños en una bolsa en el maletero de un coche a 400 km. de distancia.

El horror. 

El acabóse.

POBRES NIÑOS.

LOS NIÑOS.

Nunca podré agradecer suficiente al karma que la Fnac e Imaginarium tengan una tienda abierta todos los días del año en la estación del AVE.

3 comentarios:

  1. Me alegro, Gordi. Pero no es el karma: es el convenio de la estación del AVE, de la Fnac e Imaginarium.

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  2. Siempre hay soluciones.... Encontraste una en forma de FNAC

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  3. Ñiiiii, qué rabia. Yo me di un susto parecido, pero menor (porque no era para niños, era para mi madre). Mi padre y yo nos fuimos de caza-regalos y le compramos una capita de lana preciosa. Llega la noche del 5, voy a envolverla... y la bolsa de la capa no está. Nada. Mi padre y yo llegamos a la conclusión de que habíamos perdido la bolsa en algún sitio camino a casa. Ya era muy tarde para comprarla de nuevo... un desastre. Me pasé toda la noche soñando con la dichosa capa y mi madre sin regalo.

    Al día siguiente, me despierta mi padre diciendo que la capa ha aparecido. Que la había cogido MI MADRE, que la había confundido con un jersey que era regalo para mi hermano (mismo color, misma tienda, misma bolsa).

    Todo bien al final, pero menudo disgusto de noche de reyes.

    Por cierto, ¿tus sobris van a tener doble regalo de reyes con retraso?

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