martes, 27 de enero de 2015

Cosas de las redes sociales

En Tuiter he aprendido que opinar de cualquier cosa manejando argumentos sacados de periódicos on line y tertulianos cuñados te hace parecer un gelipollas nueve de cada diez veces. Y que hay mucho talento sin descubrir, mucho enfermo mental sin diagnosticar y más mundos de los que puedo contar con los dedos de las manos.

En Facebook he aprendido a pensar dos, tres y hasta ochenta veces a decir lo que quiero decir si no quiero malentendidos, a detectar a las personas que me quieren por lo que creen que puedo darles, y a no dar lo que no quiero. 

En Instagram me he dado cuenta de que lo que para uno es importante para otro puede ser una chorrada, que a las gordas les gustan más las fotos de lo que podría imaginar, y que hay cosas que no son opinables, aunque sea objetivamente feas.

En la blogocosa he aprendido que las personas vienen y van, pero las palabras se quedan, y que el amor se deshace tan rápido como la vida útil de un post.

En los chats he aprendido muchas cosas que no puedo contar, que tengo menos paciencia de la que pensaba y que las relaciones a distancia no son para mí.

En Linkedin he aprendido que tengo un perfil difícil, el derecho, concretamente, y que hay egos que no caben en la Internet.

En Ello no he entendido nada.

En Google + he aprendido a ignorar rápidamente lo que no me gusta, sin resquemores, sin mirar atrás.

En Whatsapp he aprendido a decir no y a no responder.


Las redes sociales, ese perder el tiempo de nuestros días.

4 comentarios:

  1. en las redes sociales te encontré.

    ResponderEliminar
  2. Gordi, me niego rotundamente a creer que no habías aprendido todo eso antes de que internet y la tecnología móvil llegaran al ciudadano medio y currante.

    ResponderEliminar
  3. Solicito formalmente otro post con las cosas buenas

    ResponderEliminar