viernes, 31 de octubre de 2014

Mira tu nombre tatuado

Pregunta en Tuiter, me dijo una amiga una vez, que siempre hay alguien que sabe la respuesta.

Y yo he dicho:

Y aquí van algunas de las sugerencias y algunos por qués NO. Antes de empezar a pelaros y conseguir que me odiéis, sabed que a algunos os quiero y que agradezco vuestro interés. ¡Gracias por participar!
‏@Newland23
TETAS COMO CARRETAS
pero mi frase favorita es "todo cambia, nada permanece". En un tatuaje tiene un potencial brutal
Lo de las tetas... estooooo… NO. Que soy una señora heterosexual convertible de mediana edad, hombreyá, un poco de respeto. Además, es mentira.

En lo del cambio... bueeeeeeeno, tienes razón. Me gusta. Me recuerda a Jorge Drexler, pero me gusta.
@belelle 
"He decidido tatuarme aquí una frase". 
Hombre, original es. Y susceptible de salir en los recopilatorios de “Los 100 peores tatuajes del mundo”, también. 
@Bich75
PERO 
No me toques las palmas que me conozco 
hot patootie bless my soul
Pero NADA. No. Y no, nada de palmas.

Y, Bich, no me veo con algo en inglés. Y, desde luego, no me veo con algo que me recuerde a una muslo asado de Meat Loaf. Aunque Touch me, I wanna be dirty... NO ME DEJES ESTO.
@Alfred_ego
"la gente es gilipollas" ‏
Demasiado beligerante. Yo soy como más comemida, menos agresiva y eso. Que no te quito la razón, pero igual no me pega mucho, ¿no? ¿O sí?
@Cuervajo 
ya que lo hemos aclarado, propongo: Cthulhu, cómeme pronto.
Cthulhu no existe, querido. Yo quiero que me coma alguien de verdat, no tengo ni edad ni ganas de esperar imposibles.
@amatriain 
Yo pondría unos puntos suspensivos. "Espero sugerencias...". Salvo que vaya a ir en un sitio pequeño y andes justa de espacio.
Creo que no me he explicado bien...
@_Quimi_ 
yo digo Mariano Mejillón y #BichoBola dice #VotaBichoBola con la almohadilla y todo.
Querido, ¿te has tomado la medicación hoy? ¿Y el gato? Me preocupáis.
‏@Mahiraless 
te han dicho ya: antes muerta que sencilla?
No. ¿Me pega? ¿Qué pasará cuando me muera? ¿Tendrán que enterrarme vestida de Falete o algo?
@Therealmoriarty
"Si lees esto estás demasiado cerca. Aparta, ¡bicho!" y si es muy largo: "Tetas son amores".
Tenéis una poca de fijación con las tetas, tengo que deciros. Y no entiendo por qué.
@TCTR 
Ná te pío, ná te debo.
Ya te lo he dicho en Tuiter: las coplas tienen mucho peligro porque soy muy fan. No me tientes.
@Deyector
una de las frases más grandes de la historia del cine: "Tanto gilipollas y tan pocas balas" (o "So many assholes, so few bullets ")
¿Qué os pasa con los gelipollas?  
@jaherllo 
si caca bien, todo bien
Nada de caca. No es secsi. 
@LaRizos
yo voto por OLA K ASE
Ejem. Espero que esto sea SUPERCOÑA.
@Gae___
"Rendirse no es una opción pero cansarse es un derecho" 
Gae, cansarse siempre es una opción, a veces es la primera. Como te decía, tendría que entrecomillarlo y acabar con un XD. Y no lo veo. Y ninguna frase con "pero".
@areino
DELENDA EST CARTHAGO
A @Newland23 seguro que le encantaría. Y a mí lo del latín también, no lo descarto, pero ¿Carthago? No creo, cari.
@EvaLuna
Keep Calm and Shut the Fuck Up. Leído a diario seguro que inspira mucho!
Eva, lo del inglés. Y ¿alguien se acordará de lo del "keep calm..."?
@Lorzagirl
I don't f*ck*ng care.
Lorz, me gusta lo de las estrellitas pero lo del inglés.
@Eingelito
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo... (así hasta el primer punto)
Demasiado largo. Demasiado antiguo. Demasiado de "tengo un tresillo de skay en el salón y tapetes de ganchillo sobre la mesa camilla". ¿No?


Aún no he encontrado lo que quiero, pero sí me habéis ayudado a tomar varias decisiones:
- Palabras prohibidas: "caca", "pero" y "gelipollas".
- Ni pictiogramas, ni kanjis ni nada en otro idioma, con la excepción del latín. El latín me mola.
- Tengo que suicidarme porque vaya tela las cosas que me pondrían encima. Cabróners.
- No voy a tatuarme una frase.


¿Alguna sugerencia más?

miércoles, 29 de octubre de 2014

Compensando

... y henchida (¿henchida?, ¿hinchada?, ¿rellena? Qué redicha soy, coñe) por la indignación esta sobre las noticias de corrupción, ahí estaba yo vociferando la urgencia de empezar a colgar a peña de los cojones y pegar fuego un ratito después, que ya estaba bien.

Y va y alguien me dice (vociferando, también) ¿Y si fulanit es inocente, qué? ¿Y si resulta que yo sé, seguro, que es inocente, que mienten, y le están haciendo la vida imposible porque no sé qué, QUÉ? 

Pues eso, que puede que le hayan jodido la vida de manera gratuita, han dañado su reputación y siempre estará su honradez en entredicho. Y que tardará años, AÑOS, en poder defender su honor cuando consiga que su asunto llegue ante un juez, porque igual que nos quejamos de que se están juzgando ahora casos de corrupción de hace lustros, pasarán ídemes antes de que su demanda o querella o lo que sea llegue ante un juez. Y, mientras tanto, los medios, los tuiteros, las mamás del cole en sus grupos de Whatsapp, le pondrán a parir, todo el tiempo que quieran, hasta que encuentren a otro incauto a quien joder y venda más.

Porque resulta, que igual que estadísticamente debe (no de ser obligatorio, sino de "ché, sí, que seguro que hay"), debe haber, decía, políticos corruptos, porque son un porrón, estadísticamente, también, habrá algunos que hayan salido por ahí nombraos y no lo sean. Corruptos, digo. También puede que, a veces, los medios sean una puta mierda no porque ya no sean del periodismo de verdat, sino porque mientan o tergiversen con la puritita intención de joder al personal, sin más. Igual que entre tus amigos, por estadística pura, hay gáyers, defraudadores a hacienda, infieles y morosos, aunque tú no lo sepas.

Y puede, un suponer, puede, que nos hayamos acostumbrado tanto a leer sobre corrupción y mierdas de esas que lo hayamos interiorizado, nos hayamos inmunizado, y sigamos leyendo las noticias sin el menor atisbo de espíritu crítico, dando por hecho lo que nos dicen cuando refuerzan nuestra opinión. Porque eso es lo que hacen, se limitan a darnos lo que esperamos, lo que pedimos: mierda.

Hoy me ha dado mucho asco infinito y ganas de morir todo, pero he aprendido algunas cosas y, oye, eso lo compensa. 


martes, 28 de octubre de 2014

El último hombre honrado

Mi abuela siempre contaba que, un día que fue a llevar a mi abuelo la comida, dos compañeros del puerto se la llevaron a un aparte e intentaron convencerla de que hablara con su marido, porque era el único que se negaba a aceptar los sobornos que pagaban los barcos por pasar cosillas de contrabando y dejaba fatal a los demás. 

Cuando llegó a casa por la tarde, mi abuela, mujer práctica donde las haya, le recordó que tenían tres hijos pequeños, que les vendría muy bien una lata de café, de azúcar, de leche o unas tabletas de chocolate para los niños, que no pasaba nada porque todo el mundo lo hacía, que nadie iba a enterarse y que no fuera tonto, que de bueno que era, era tonto.

Mi abuelo le respondió que le daba igual, que a él ya le pagaban por su trabajo, que no pasaban ni hambre, ni frío ni necesidad, que él era un hombre honrado, que no quería morirse con el reconcome de que alguna vez se quedó con algo que no era suyo, y que no.

Al parecer, mi abuela pilló un cabreo de tres pares de cojones y supongo que mi abuelo volvió a follar quererse con su mujer porque consiguió un trabajo mejor en el que ganaba más y no había tentaciones.

Pienso mucho últimamente en mi abuelo, que sonreía mientras mi abuela nos contaba esta historia, orgulloso porque sus nietos sabían que, además de bueno, había sido honrado. Y pienso en cómo se hubiera sentido ese hombre, más de derechas que el mismo dios pero demócrata hasta la médula, si hubiera llegado a ver lo que estamos viviendo ahora.

Pienso en cuán perversa debe ser una persona para convertirse en un ladrón de la cosa pública, que es la de todos. También pienso en qué tipo de tara mental debe tener alguien para que le importe tres pares de narices hacer cosas que van a hacer que pase a la historia como un ladrón, un corrupto, puritita escoria.

Porque, aunque muchos lo hagan, aunque exista la posibilidad de que nadie se entere, aunque parezca que la honradez está sobrevalorada, una persona que se enriquece a costa del bienestar de los demás, que intriga para llevarse más pasta de la que ya le pagan por el trabajo que hace voluntariamente, que pervierte el servicio público al que se ha comprometido por enriquecimiento personal, es escoria.

Y merece que le caiga un rayo fulminante que haga que desaparezca del mapa y de la memoria.

La muerte entre terribles dolores es poco.

martes, 21 de octubre de 2014

De terapia

Tengo una pesadilla recurrente. Recurrente tipo casi todos los días tengo la sensación de que sueño con eso.

Intentando descifrar el significado de este sueño he leído un porrón de artículos de pseudociencia y de interpretación de los sueños en la Internet porque, sinceramente, me preocupa un poco. Me despierto muy angustiada, con una cosa en movimiento en mi estómago que no, no son gases ni ganas de hacer caca. Y las malas lenguas que me despiertan con un golpecito para ver si me callo si estoy bien dicen que a veces me revuelvo quejosa. Porque tengo la pesadilla, joder.

La cuestión es que todos los pseudoartículos coinciden en el significado. Tiendo a pensar que es porque se han copiado unos de otros claro, pero todos coinciden. Y no es agradable porque no es algo que me guste saber. Bueno, sí, quiero saberlo, pero no me gusta soñarlo. Y estoy preocupada porque creo que va a peor.

El caso es que, inmersa en un momento familiar y personal algo complicado, preocupada por la pesadilla recurrente que me da miedo tener, y con un nivel de decepción vital propio de esta la mediana edad, he decidido empezar de nuevo una terapia. Soy muy fan de ir a terapia y tengo grandes esperanzas puestas en este proceso, que tantas veces me ha ayudado a salir de la mierda.

Para los que no lo sepan, una terapia es un sitio donde va una a decir sus cosas y le obligan a reflexionar sobre esas cosas para encontrar el punto en el que se encontrará mejor. A mí me ha funcionado. Así que después de varias experiencias con gran éxito de público y crítica basadas en el autoconocimiento y esas mierdas pero en otros momentos de la vida, he puesto glandes esperanzas en este nuevo proceso.

He elegido cuidadosamente a una terapeuta que está especializada en otra cosa pero me da un buen rollo de morir, porque se echó unas risas grandes cuando le dije "Espero que en este ocasión sea una terapia mesudalapollista, que me da que es lo que necesito aprender ahora mismo porque, oye, para reflexionar sobre cosas ya tengo un blocks y tengo amigos".

Que no es que esté diciendo que escribir en un blocks sea equiparable a ir a terapia, PERO.

Espero que ella lo haya entendido así o estoy jodida.

jueves, 16 de octubre de 2014

Autofotos

Ha sido leer este artículo y venirme a la cabeza varias amigas y un amigo que tengo silenciadas en Facebook y que sé, porque ellos me lo han dicho, que su vida sexual está entre muerta y en coma terminal.

Curiosamente, este titular de mierda  ha reforzado un pensamiento que tenía sobre esto hace tiempo, nada científico y basado, simplemente, en la observación de mi entorno: para mí, este rollo de las autofotos compulsivas es una llamada de atención, un "mírame, estoy aquí, te muestro lo que más me gusta de mí, para que veas que soy follable". No sé dónde poner el límite entre "son muchas" o "son demasiadas"; no sé si hay un "demasiadas"; tampoco sé si lo tenía en la cabeza de manera inconsciente por la situación conocida de esas personas concretas o es que es así, que realmente significa eso, que están faltos de sexo y lo dicen, y lo piden, aunque no lo sepan.

No me parece mal, OJOCUIDAO, querer más y mejor sexo es estupendo, pero me da qué pensar porque no hay casi nada más triste que una retahíla de autofotos poniendo morritos, con una ristra de comentarios de Guaaaapaaaaaa, con un millón de Me gusta del marido y de otras amigas con otro millón de selfies.

martes, 14 de octubre de 2014

Dramas familares

Los peores dramas son los familiares, sobre todo si implican a personas a las que quieres. 

Y son los peores porque a veces hay que tomar una decisión que hiere a todo el mundo, pero que resulta ser la menos mala. Es dura, triste, difícil y, a menudo, irreversible, porque ya se sabe con los rencores y esas mierdas, pero es la menos mala.

Porque las otras, las alternativas a la menos mala, son rociar con napalm la casa, pegarle fuego con todos dentro, cambiarse de nombre, tintarse el pelo en un váter de carretera, ponerse una bandana roja y huir a Tombuctú. Y, al parecer, Tombuctú (o Timbuktu) está a tomar por culo y debe hacer un calor del cáguense en dos tiempos.



Joder, qué asco infinito da a veces lo de la familia y esas mierdas, con lo del drama total, ¿no?

miércoles, 8 de octubre de 2014

Espiando

Con el paso del tiempo, el gigatrón de razones que tenía para no querer ser descubierta por las personas de mi vida carnal se han quedado en dos, como los mandamientos:

  • Si se abriera el blog, o la cuenta de Tuiter, a mi entorno, siento que perdería un espacio para desahogarme, para contar cosas de las que no hablo de normal, por las razones que sea y blablabla. 
  • Me da vergüenza el nick.
La primera supongo que es fácilmente comprensible. No pasa nada, pero no me apetece, me gusta tener este pedacito de yo para mí, para nosotros.

La segunda quizás no lo es tanto. Pero es. Y las veces que alguien de mi via carnal ha descubierto el álter ego de Gordipé me he bloqueado y no he sabido qué hacer. Bueno, sí, me ha dado el catacróquer, lo he borrado todo, he hecho la clocreta, el moonwalker, el pino puente y lo que se me ha ocurrido hasta que me he tranquilizado, he apagado el móvil un ratito y he vuelto a lo mío.

En todas estas ocasiones, mi vida ha pasado ante mis ojos como un carrusel de Benny Hill, y me imaginaba desnuda ante el mundo, que se carcajeaba de mí, se sorprendía de mis cosas y me señalaba, acusador, todo a la vez, sin orden ni concierto. Como si fuera culpable de algo, como si tuviera que esconderme, como si estuviera haciendo algo malo.

Hace relativamente poco tiempo que me he dado cuenta de que no pasa nada. Gordipé soy yo y yo soy Gordipé. Sigo prefiriendo que no se escampe la cosa, y aún me avergüenzo no sé muy bien de qué, pero ya me he acostumbrado a que me llamen Gordipé y me gusta. Me da vergüenza que me lo diga según quién, pero me gusta. 

Y creo que aún me da vergüenza porque sigo sintiéndome desnuda y vulnerable, como si alguien que no tiene permiso me estuviera espiando por una rendija, porque igual Gordipé es más yo que yo misma. No sé, es raro. 

En todo esto pensaba cuando, por casualidad (o valiéndome de mis dotes de deducción, observación e hijaputez) he sido yo la que espiaba por una rendija, al descubrir a alguien. Alguien que supongo que querría permanecer en el economato, por cómo se comporta, por las cosas que dice, por cómo las dice, por su historia, que igual se sentiría avergonzada si se sintiera descubierta. O descubierta por mí, concletamente.

Tentada he estado de trollear un poco, sintiéndome superior y segura, confiando en mi muralla, mi escudo y mi armadura. Pero no lo he hecho. Y no porque no me apeteciera, ni porque piense que es injusto que haga que se sienta como yo no quiero volver a sentirme. No, no hay bondad en la contención. No lo he hecho porque si uno juega con fuego siempre acaba quemándose. Y yo ya tengo más quemaduras de tercer grado de las que puedo gestionar.

Aún así, aún habiendo resistido la tentación, me sigo sintiendo un poquito superior, como si pudiera mirar desde arriba y controlarlo todo, sólo porque sé quién es. Yo sé quién es y ella no. 

Joder, qué simpleza, ¿no?

lunes, 6 de octubre de 2014

El Bien. Y el Mal.

No soy especialmente lista, pero tengo la sensación de que los conceptos del bien y el mal son individuales, personales e intransferibles. Lo que a uno le parece bien, a otro le parece una aberración, y viceversa.

A menudo, más allá de la grandilocuencia parafilosófica del Bien y el Mal, la diferencia en la percepción tiene que ver con la costumbre y el impacto personal. Algo que se ha hecho siempre, que es una tradición, que reconozco como aceptable porque mi entorno lo acepta, aplaude y perpetúa, no puede estar mal. Y algo puede que esté menos mal si no me afecta en absoluto y que, a medida que se me va a acercando, va pareciéndose peligrosamente al mal... y así, ya me comprenden.

Con esta concepción de lo que está bien y lo que está mal, definida por lo que llamamos pomposamente "nuestra cultura" pero en realidad es "a lo que estamos acostumbrados", y delimitada por en qué medida me afecta directamente, tamizamos y procesamos lo que pasa en el mundo. Así nos va.

Y la cuestión es que esto, en sí mismo, no es ni bueno ni malo, es que no puede ser de otra manera, porque no podemos ser otras personas, somos nosotros. Cada uno es un yo, con su propio concepto del Bien y el Mal. Y, no nos engañemos, tratamos de imponerlos siempre que podemos, porque es lo bueno o lo malo, claro.

Lo raro es que no nos hayamos cargado ya la especie humana.

jueves, 2 de octubre de 2014

El nuevo gordismo (II)

Estos días rula por la Red este vídeo:



Empieza diciendo que un estudio dice que uno de los mayores temores de los hombres al quedar con chicas que conocen a través de Tinder es que esté gorda. Y luego hace un experimento sociológico que lo demuestra,

MIS COJONES TREINTA Y TRES.

Es probable que algunos de los hombres del vídeo se mosqueen porque la chica está gorda pero, no sé por qué, me da el tufo que se sienten mal porque han sido estafados. Chica, llámame exagerada, pero si esperas encontrarte con una diosa de las pasarelas porque las fotos son de diosa de las pasarelas y te encuentras con Liberad a Willy, pues jode. Claro que sí, a mí también me jodería. De hecho, me ha jodido cuando me ha pasado.

Si me hubieran enfocado la cara en alguna de las citas que he tenido no quiero ni pensar el vídeo... Normal, si me engañas, pues es normal que me mosquee. No tiene nada que ver que estés gordo. Es que me has engañado. Si pones una foto de hace diez años, de cuando hacías surf y parecías un vigilante de la playa y ahora pesas 110 kilos, estás calvo y no has visto la plata desde 2002, pues me jode. Yo he sido honesta y tú me has engañado. 

Porque da la casualidad de que cuando un tío te pregunta cómo eres y le dices que estás gorda, le enseñas una foto de hace unos días, y decide quedar contigo, la cosa fluye, para bien o para mal, pero no se revuelve en la silla sintiéndose un imbécil porque le has engañado. No es susceptible de salir en ningún vídeo y no le haces pasar un mal rato.

Pues parece que soy la única que piensa así porque leo los comentarios a estas gelipolleces y me entran ganas de invadir Polonia a golpe de Wagner.




miércoles, 1 de octubre de 2014

Catorce cosas

Hay muchas razones por las que deberías participar en las Catorce cosas, pero sólo vamos a contarte unas cuantas:
  • Faltan cuatro tres meses para que acabe 2014. 
  • Ya tenemos nombre para este año: Catorce cosas.
  • La edición de las cosas de 2013 fue muy divertida.
  • En las Trece cosas tuvimos la suerte de contar con 22 blogueros y blogueras, tuiteros y tuiteras y otras personas. 
  • Puedes participar con vídeos, post, imágenes, historias, montajes, tuits, discursos de Alberto Fabra... LO QUE QUIERAS.
  • Serás Promotor Especial Superguay Buenrollista de Honor Bombón Dos Sicilias. 
  • Sólo hay un requisito sine qua non: tienes que ser buenrollista*. No valen amarguras ni dolores. BUEN RO LLIS MO.
  • Es muy fácil: tú nos envías un correo con lo que quieres publicar en Catorce cosas y nosotros lo publicamos.
  • Ofrecemos servicio gratuito de corrección de textos. Nadie sabrá si eres lers.
  • Hacer cosas junto a otras personas, mola. Mira, si no, follJUGAR AL PARCHÍS.
  • Conocerás gente. Bueno, gente no, blogueros y blogueras y tuiteros y tuiteras, que es parecido.
  • Puedes dar rienda suelta a tu imaginación, no temas, seguro que hay alguien peor que tú. O con peor gusto.
  • Te querremos más. Si cabe.
  • Todavía faltan cuatro tres meses para que acabe 2014. Sí, aún. TIENES TIEMPO.



*Y saber qué significa sine qua non.