Querida Gordipé:
Hoy ha sido mi primer día de vacaciones y me alegra decirte que lo he aprovechado convenientemente: he pasado tanto tiempo en la piscina que se me han arrugado hasta las orejas, he disfrutado de una paella de atún que habría hecho llorar al mismo dios, he ganado las dos primeras partidas del campeonato de parchís 2014 y he dormido tres horas de siesta.
TRES HORAS DE SIESTA.
Cuando me he despertado estaba tan desorientada que he estado a punto de mear con la tapa del váter bajada y ha habido muchas risas y jalalala.
Al caer la tarde hemos ido a un mercadito espantoso de esos que ponen en las zonas de playa y me he enamorado locamenti del frutero, un aborigen fornido y con marcado acento valenciano, cuando me ha dicho ¿de cuálos te pongo, teta?, al pedir tomates.
No me ha importado. Teta. Tomates.
Se me han endurecido los pezones. No sé si ha sido por el aire del mar, el bikini aún mojado, el calentón o todo junto, pero se me han endurecido.
Y así, empitonada, iba a pedirle allí mismo que me tomara entre sus brazos y me follara salvajemente en la parte de atrás de la fragoneta cuando una señora ha frustrado cualquier intento de cortejo y/o/u apareamiento: al parecer, tenía prisa por llegar a casa y cambiarse el bikini, que de llevarlo todo el día mojao le tenía que estar dejando la entrepierna como una pizza margarita. Y el frutero se ha alejado de mi alcance, caballeroso, él, fuera a ser que se lo enseñaran. Creo.
El resto te lo contaré otro día,
Tuya, siempre,
Yo
Esto si que es una buena historia de amor de verano.
ResponderEliminarLa veo hipervitaminada a esta chica para el resto del verano. A ver si hay suerte.
Cachis, prometía la cosa polvo cateto y semipúblico, y se ha quedado en la imagen de una pasa mojada.
ResponderEliminarPena que esos mercadillos ambulantes sólo son una vez a la semana... Aunque siempre puedes enterarte de cuándo es en los pueblos de alrededor. Aquí es los martes, por ejemplo ;)
ResponderEliminarSupongo que irás más veces a ver al frutero, ¿no?
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