Mi bisabuelo se casó cuatro veces y tuvo unos ocho hijos con esas cuatro mujeres.
Algunos de estos hijos emigraron a otras ciudades y el contacto entre sus descendientes ha sido desigual a lo largo de los años. Algunos de los primos fueron perdiendo el contacto con los años y los de las últimas generaciones ni siquiera sabíamos que los demás existían.
El empeño de la mayor de todos, una octogenaria prima de mi padre, ha hecho que este fin de semana nos reunamos en la ciudad de origen. La mujer no quería morirse sin ver a toda la prole de aquel hombre singular, y lo ha conseguido. Al parecer, siempre ha conseguido lo que se ha propuesto en la vida.
Así que este fin de semana he conocido a treinta y tantas personas de la familia de mi padre, sus primos hermanos y algunos de sus hijos. Ha sido muy divertido.
Nunca había tomado en serio cuando todo el mundo decía que soy igual que mi padre pero este fin de semana lo he entendido: no soy capaz de ver aún este parecido pero me he visto reflejada en algunas caras de la familia, en varias de sus primas, que me llevan sólo unos diez años de edad. Incluso algunas de las rezagadas me identificaron antes de saber de quién era hija, con un "¡es que eres igual que tu padre!" rotundo. Ha sido un poco creepy.
Me ha hecho pensar mucho en todo el rollo este de la familia, de la extensa. Y en el poder de la herencia genética, que quizás sí nos marca más de lo que pensamos.
He visto el gran parecido físico y, a veces, también de carácter, de mi padre y algunos de sus primos y primos y primas. ¿Es posible que personas que no se han relacionado habitualmente a lo largo de su vida, que no comparten todos los genes, que no sabían ni que existían, tengan un parecido tan abrumador? En algunos casos me ha dado hasta un poco de miedo.
Pero lo más curioso es que se ha creado un vínculo inmediato, como de una necesidad de recuperar el tiempo perdido, de expresar ese cariño raro que se debería compartir con quienes automáticamente con quién se comparten genes. Ha habido mucho cariño este fin de semana por ahí suelto y lo he notado todo.
Me he sentido querida por ser quién soy, sólo por eso, por ser hija de quién soy, por formar parte de una grupo. Y, por primera vez en mi vida, eso no me ha molestado. Ha sido muy raro todo pero también ha sido reconfortante.
Ha sido un fin de semana estupendo.
Qué bonito!
ResponderEliminarMe alegro de que ese encuentro haya sido tan especial y tan reconfortante.
Respecto al tema de los genes, sí es muy curioso; sobre todo cuando físicamente te pareces a alguien de una parte de la familia, pero, a nivel de ideas, comportamiento, etc, eres clavadita a la parte contraria, con la que apenas has tenido contacto.
Besotes!
Gracias :)
EliminarHa sido muy chulo.