miércoles, 25 de junio de 2014

Súperdelgada

Yo soy de esas gordas que cuando adelgazan trescientos gramos se sienten súperligeras y dicen a todo el mundo que están súperdelgadas Y SE LO CREEN. Tengo ese súperpoder, el de engañarme hasta la médula.

Y lo peor es que funciona, shit up, little parrot.

Y ahora es el caso.

Lo mejor es que ni siquiera estoy a dieta, qué va. Estoy esclavizada por una especie de gastroenteritis galopante que me atormenta desde hace semanas, provocada por los nervios y los antibióticos porque como no me privo de nada de nada, se me ha instalado un virus nosequé que no se me va ni con antibióticos.

La versión oficial es que tengo las defensas bajas, tomo demasiada medicación y mi flora intestinal ya está de vacaciones.

La versión oficiosa es que vivo con la sensación de que tengo hambre todo el tiempo pero no puedo comer nada porque shit up, Gordipé.

Esto tendría una parte buena si el resto del mundo advirtiera que me estoy quedando en los huesos. Gordos, pero huesos. Pero no, claro. Sólo yo noto que ya no me aprietan cosas que antes sí, o que vuelvo a ponerme ese jarsey que no llevaba desde hace dos veranos.

Como nadie se da cuenta no tiene parte buena. Nadie me dice que estoy delgadísima. Ni mi madre. Y, no nos engañemos, lo de adelgazar para sentirse mejor y toda esa mierda de la salud está muy bien pero es que yo no me siento mejor.

Qué va.

Me siento como si estuvieran ensayando el uarapan mexican song todo el día en mi barriga.Y, queridos, en mi barriga caben muchos uarapans.

martes, 24 de junio de 2014

Ahí

Me he dado cuenta de que me pasa una cosa muy chunga.

A veces quiero escribir algo que me perturba mucho pero decido que no voy a hacerlo por alguna razón: por demasiado intenso, demasiado triste, demasiado porno, demasiado victimista, demasiado comprometido O VETE A SABER QUÉ MIERDA. Y eso que quiero escribir se me queda ahí, atascao, como impidiendo que fluyan otras cosas, interrumpiendo el sinuoso correr de los pensamientos a los deditos.

Y no me deja escribir más cosas. Ese algo se instala en mi cabeza y me bloquea. Del todo. Se convierte en pensamiento único y mantiene conversaciones en bucle consigo mismo. Una y otra vez. UNA Y OTRA VEZ. Es como una gamba...

He descubierto una solución a medias: escribir lo que quiero y dejarlo como borrador en un correo. Es "a medias" porque me quedo como una reina en ese momento pero tengo miles de borradores y, además, sé que está ahí. Que no lo he enviado porque no me he atrevido y nunca lo enviaré porque se ha pasado el momento. Y seguirá ahí.

A veces pienso en borrarlo todo, deshacerme de toda esa morralla controlada y represiva, que me recuerda lo que quería haber dicho y callé pero no lo hago. Sigue ahí

Y me parece paradójico ese autocontrol, que alguien que habla tanto y dice tantas cosas como yo se calle tan a menudo lo que más le importa. Y que se quedé ahí, sin decir.

lunes, 23 de junio de 2014

El cepillo de dientes

Una de las cosas más traumáticas cuando una relación romántica termina es el cambio de rutinas. Cuando tienes pareja haces cosas con la otra persona, tomáis decisiones juntos, compartís cosas, y cuando dejas de tener a esa persona a tu lado, todo eso desaparece. Y es jodido.

Parece que toda tu vida se da la vuelta y tienes que volver a poner todo en su sitio, pero sin esa persona que un día fue importante para ti. Y justo en un momento en el que eres especialmente vulnerable, porque estás pasando por un duelo.

Un duelo. Una pérdida, que dicen.

Yo ahora estoy muy triste a ratos y entonces me pregunto ¿pérdida, pérdida de qué?

Al parecer estoy pasando por una pérdida porque ha terminado una relación que mantenía desde toda mi vida adulta pero, curiosamente, nada ha cambiado en mi vida. No he tenido que dejar de hacer nada. No he tenido que hacer nada nuevo. No ha cambiado ninguna de mis rutinas. No tengo que acostumbrarme a nada. Sólo he tirado un cepillo de dientes. Ya está.

Cuando lo pienso a veces me da pena. ¿Qué se puede decir de una relación de más de veinte años que se reduce a un cepillo de dientes? Pues que es triste. Sobre todo porque él ni siquiera ha tenido que lidiar con eso. Ni siquiera sé si está lidiando con algo, pero con eso, no.

Pero, no nos engañemos, también hay cosas buenas. 

Ahora tengo espacio para todos los cepillos de dientes que quiera. Ya tengo dos. Y subiendo.

lunes, 16 de junio de 2014

Me has decepcionado

Creo que lo más importante que he aprendido con los años es a que me importe menos cinco mil bledos decepcionar a que según qué personas.

No es una pose de esas tipo



 Qué va.

Es más un ", precisamente , me la pelas. Me importa una puta mierda lo que pienses de mí, o si esperabas algo que no te he dado, o lo que sea. Precisamente me importas una mierda".

Me resulta curioso que algunas personas necesiten decir "me has decepcionado", igual con la triste intención de hacerte saber que esperaban algo de ti y que como no has respondido de la manera adecuada, es decir, como ellos esperaban, eres un fracaso. Y me resulta curioso porque, casi siempre, por no decir siempre, esas personas no se dan cuenta de que si no han recibido lo que esperaban es porque no te has esforzado lo más mínimo por responder como tocaba. Y que si no te has esforzado es porque ya no son importantes para ti. 

Cuando en una conversación se repite mucho lo de "me has decepcionado, no esperaba esto de ti", significa que esa persona ya no significa lo suficiente para mí como para que me importe saber por qué o qué debería haber hecho para no causar esa decepción. 

"Me has decepcionado" es una expresión muy fea, HAMYJOS. Si tienen que decirla, todo ha terminado. Si tienen que escucharla no hay vuelta atrás.

miércoles, 11 de junio de 2014

#noviodeverdad 4: Fuego, camina conmigo

"Mi actitud es tal que, si me empujas hacia algo que piensas que es una debilidad, entonces daré vuelta esa debilidad percibida y la convertiré en una fortaleza".

"Pásalo bien siempre que puedas y disfruta de la vida. Que son dos días".

"A todo el mundo le gusta una persona amable".

"marinero y viajero divertido, siempre buscando amigos que le guste disfrutar :)".

"whatsapp 607*0*0*1".

"Hola? Hi?"

"busco amistad y salir a la playa o tomar algo"

"SOLO LOS MOMENTOS DE HUMOR SON BIOGRAFIABLES. MC -NUESTROS SUEÑOS SON HECHOS QUE AUN NO VEMOS.-EL TIEMPO Y EL ESPACIO NO EXISTEN (...)".

"Viajera incansable y amante de la cocina. Sin música no sabría vivir. ¡Ni sin libros! Hablo por los codos en 4 idiomas".

"Disfruta y exprime la vida en cada minuto".

"La vida no se mide por las veces que respiras, si no por los momentos que te dejan sin aliento".



Y luego miras la foto y resulta que EN LAS TRES salen dos personas. WTF!!!

Amigos, bienvenidos al fantabuloso mundo de buscar novio en Tinder.

lunes, 9 de junio de 2014

Cosas

¿Se puede tener un blocks personal y no publicar porque todo parece a la autora con demasiado intensismo y languidez y le da perezón contar la milonga porque suena a lo mejor de Humor amarillo y una se siente absolutamente imbécil?

SE PUEDE

¿Es una gelipollez como una casa?


¿Se puede hacer algo para acabar con tanta tontería e intentar volver a la normalidad?

IGUAL SÍ, PERO NO SÉ

A ver, que si no lo cuento, reviento.

El caso es que he desaparecido definitivamente (sí, otra vez) a Aquiles. Estoy muy triste a ratos, cuando me acuerdo. Y para no acordarme he hecho todo lo que cualquier mujer de mediana edad, madura y sensata, tiene que hacer cuando está hasta el mismísimo toto del fracaso del amor de su vida y quiere desaparecerlo:

  • He tirado los cepillos de dientes. Quería tirar sólo el suyo pero como tenía los ojos anegados en llanto desconsolado y no llevaba las gafas cogí el que pensaba que era el suyo y lo tiré. Así, dramáticamente, de eso que lo tiras con tanta fuerza que pega con el canto del cubo y cae fuera y tienes que recogerlo y repetir. Al día siguiente, ya con las gafas puestas, advertí el error, tiré el que era de verdad el suyo y me lavé los dientes con uno de esos pequeñitos de hotel que llevo en el bolso. Ahora veo el vaso sin el cepillo y me acuerdo igual pero, mira...
  • Le he bloqueado en todas partes: el teléfono, el Facebook, el Tuiter,... En lo que usa y en lo que no usa, por si acaso. Esta decisión, que como todos sabemos es supermadura, está provocando algunos malentendidos con los colegas, que se sorprenden un poco porque no entienden por qué. No pasa nada. Si dan mucho más por culo les bloquearé también. Es muy efectivo y le estoy cogiendo el gusto.
  • Me he deshecho de todo el alcohol. La primera noche, con los ojos anegados en llanto desconsolado y unos hipidos de Rachel que lo flipas me abracé a una botella de Martini y me la terminé. No fue de mucha ayuda, ni esa noche ni el día siguiente. La segunda coche me abracé a una botella de vodka. Más de lo mismo. La tercera noche llamé a mi hermano pequeño y se llevó toda la cerveza y el gin. MUCHO MEJOR.
  • He guardado las almohadas. Ahora echo de menos a él y a las almohadas pero tengo la peregrina idea de que si no puedo soportarlo mucho tiempo podré recuperarlas y volver a dormir rodeada de cosas. Si vuelvo a dormir...
Me siento sola. Muy sola. Terriblemente sola. Más sola de lo que me he sentido en la vida. Pero sé por experiencia, por varias experiencias, que de esto no se muere nadie, que no pasa nada y que es cuestión de tiempo. Sé que pasará. Otra vez.

Uf, ya está, ya lo he contado. Y me he quedao más a gusto que un arbusto.

Volvamos pues a la normalidad.

¿Ustedes, qué tal?

martes, 3 de junio de 2014

Borbones, go home

La monarquía es un anacronismo que debería desaparecer porque no tiene ningún sentido. 

Hay cosas que son opinables y cosas que no. A uno le parecen mejor las decisiones sobre gestión que decide un partido de izquierdas y a otro las de un partido de derechas. A uno le parece bien que se privaticen los servicios públicos porque piensa que la gestión va a ser mejor y otro defiende que el Estado debe garantizar unos mínimos para todo el mundo. Bueno, vale.

Incluso puede a algunos les caiga bien la familia real y les haga gracia que vayan a sitios, miren cosas y salgan en el Hola! Pues vale.

Pero lo de la monarquía no es opinable: debe desaparecer.

Porque, en un sistema llamado democrático, en el siglo XXI, estamos hablando de que la jefatura del Estado la HEREDA una persona que porque su familia la había tenido antes POR GRACIA DE DIOS. Es decir, representa al país una persona (una familia) que no tiene que ser la más adecuada, ni la más preparada, ni la mejor, ni siquiera la que más lo quiere. No. Nos representa un señor porque hace 300 años un antepasado suyo fue coronado rey. ¡HACE 300 AÑOS!

Hablar de lo que cuesta la monarquía es pura demagogia: un representante elegido probablemente costaría lo mismo. O más, no sé. Tampoco vale mantener la idea de que el rey fue "una figura clave de la transición". Si es así, ya está, lo fue el rey, su hijo no hizo nada, no vale como sucesor. No se ha ganado nada. Y no hablemos lo de que son unos "estupendos profesionales" para representar el país: aunque también suene a demagogia, estamos descubriendo que la familia real española no es precisamente un dechado de virtudes, en ningún aspecto. Y debería serlo. Sin fisuras.

La monarquía debe desaparecer. Y, ya que no parece posible que sea de manera natural, al menos debería tener vergüenza torera y dejar que sus súbditos decidan si quieren que se mantengan en el poder, como cualquier otro. Porque tienen poder, no nos engañemos.

Y eso es lo que hemos pedido hoy miles de personas en las plazas de todo el país. Que nos dejen decidir quién va a representarnos. Que igual nos equivocamos, pero será nuestro error, no lo heredaremos obligatoriamente.

Cienes y cienes de personas se manifiestan en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia el 2 de junio de 2014 para pedir la mano de su hijPARA PEDIR UN REFERÉNDUM SOBRE LA MONARQUÍA

¡Salud y República!


lunes, 2 de junio de 2014

PERO

Bueno, pues me apetece escribir, PERO.