martes, 27 de mayo de 2014

Mujer con faja


Resulta que Interviu lleva esta semana en portada a Raquel Mosquera. Nada nuevo bajo el sol: se le ha puesto a parir, como a casi todas las famosas que han aparecido desnudas y se han retocado las fotos, claramente (que no me parece mal, OJOCUIDAO).

¿Nada nuevo bajo el sol? 

¿¿¿¡¡¡Perdona!!!???

Sí hay.

SÍ HAY.

No es la primera, claro, y supongo que tampoco será la última, que la mujer desnuda de Interviu no tiene un tipazo de Miss Venezuela, pero Raquel Mosquera sí es una rara avis. No parece una diosa. No parece un modelo a imitar. En teoría, no es la típica mujer que los hombres desean o a la que las mujeres quieren parecerse. Porque está gorda. Aunque, yo no diría que está gorda gorda pero claramente no entra en los cánones. Ni en un pantalón de Mango tampoco.

Supongo que por eso he leído cosas de todos los colores, sobre todo poniéndole a parir porque está gorda y se han retocado las fotos. Al loro: porque está gorda y se han retocado las fotos que, como todos sabemos, es algo que no se ha hecho nunca en una portada de revista.

Y no lo entiendo. No entiendo a qué santo vienen las críticas. A mí me parece que en la foto está estupenda, que tiene unas tetas preciosas, que el color de pelo es ideal, que los zapatos molan mil Y QUE QUIERO UNA FAJA COMO ESA.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Amante



No te muevas. 

Déjame que te mire, así, como estás, con la sábana arrugada sobre tu espalda, el pelo revuelto y los ojos aún cerrados, intentado esquivar la luz que entra por la ventana.

Deja que acaricie tus piernas por debajo de la sábana y note cómo se te eriza el vello. Y los pezones...

Deja que note cómo se endurecen tus pezones, que se han despertado casi antes que tú. Nunca sé si tengo las manos demasiado frías o es que tu piel se alegra de verme. 

Ven. Acércate. Pégate a mí, como si tuvieras frío y necesitaras entrar en calor. Deja que piense que me buscas incluso dormida. Deja que piense que siempre vas a encontrarme.


lunes, 19 de mayo de 2014

El adoptado

A mi hermano mayor le llamamos el adoptado porque es diferente. No es que sea diferente a nosotros, al resto de la familia, es que es diferente a cualquier otra persona que conozco. Con la excepción de sus novias, que si no fueran iguales no le soportarían, claro.

Mis padres tienen más o menos claro que es su hijo porque todo el mundo dice que somos todos iguales, pero también dicen que hay perros iguales a sus dueños Y FÍJATE.

Al parecer, es el mejor en su trabajo. EL MEJOR. Dirige equipos de 20, 60, 100 personas con mano dura, es muy exigente, pero nunca sube el tono de voz, es didáctico, comprensivo, tolerante y cariñoso y todo el mundo le adora. Sabe todo lo que hay que saber y más sobre cosas alucinantes relacionadas con su trabajo pero para lo demás es prácticamente un analfabeto funcional.

Mi hermano mayor nunca se ha leído un libro que no tenga que ver con su trabajo. No tiene ni idea de qué ha pasado en el mundo antes de que él tuviera consciencia de las cosas y casi parece que no le importa. Para él el mundo es lo que conoce, lo que ve y lo que siente. A veces da miedo lo simple que parece que es.

Es un tipo peculiar, seguramente si no fuera mi hermano y le conociera casi como a mí misma nunca me habría relacionado con él más de lo estrictamente necesario, porque es capaz de sacar de quicio al santo job con su rollo de vive, déjame vivir, y compra la cerveza que me gusta.

Es la persona más egoísta que conozco y, sin embargo, es también la más generosa. Lo suyo es tuyo, sin reservas y casi hasta las últimas consecuencias, así que no se para a pensar que lo tuyo quizás no sea suyo, o quizás no quieres que sea suyo para siempre.

Vamos, que le quiero con locura, pero recordadme que guarde bajo llave mis camisetas de Spiderman porque ya me ha sustraído tres, el jodido adoptado generoso de los cojones.

viernes, 16 de mayo de 2014

Una chica gorda

Yo he tenido esta conversación, casi palabra por palabra, varias veces.

Ninguna acabó así de bien.



Me ha dolido. Pero he sacado algo bueno: no me había puesto en el lugar de la otra persona, no me había parado pensar que no es justo que alguien pague por los pecados pasados de la especie humana masculina singular.

Y nunca volveré a tener esta conversación:

Vanessa: Oh , maldición. Eso es tan decepcionante, Louie.

Louie, ¿sabes qué es lo peor que se puede decir a una chica gorda? "Tú no estás gorda." Quiero decir, vamos, amigo. Es una mierda. Realmente es una mierda. No tienes ni idea. Y lo peor es que ni siquiera debería hacer esto, decirle a alguien lo mierda que es, porque es demasiado para la gente. Quiero decir, tú puedes hablar por el micrófono y decir que no puedes conseguir una cita , usted tiene sobrepeso . Es adorable . Pero si lo digo yo, alertarán a la línea de suicidio por mí.


Quiero decir... ¿puedo decirlo? Estoy gorda. Es una mierda ser una chica gorda. ¿La gente puede dejar que lo diga ? Es una mierda. Realmente apesta. pero voy a seguir diciéndolo por tu culpa.


Mira, realmente me gustas, eres realmente un buen tipo, creo. Lo siento mucho. Te voy a escoger. En nombre de todas las chicas gordas, te hago representante de todos los chicos. ¿Por qué nos odiáis tanto? ¿Qué pasa con la base de la felicidad humana, con sentirse atractiva, con sentirse amada, con tener chicos persiguiéndonos, que no es para nosotras? Nope, no es para nosotras. 


¿Cómo es que eso es justo? ¿Y por qué se supone que debo aceptarlo ? 

Louie: Vanessa, tú eres muy, muy hermosa - 

Vanessa: Si yo fuera un muy, muy hermosa, habrías dicho que sí cuando te invité a salir. Quiero decir... vamos, Louie, sé honesto. ¿Sabes qué es gracioso? Coqueteo con los chicos todo el tiempo. Y me refiero a los muy guapos, a los más guapos. Ellos coquetean de vuelta , no hay problema . Porque saben que su estatus no será cuestionado. Pero los tipos como tú nunca coquetean conmigo, porque tienen miedo de que tal vez debería estar con una chica como yo.
 
Y ¿por qué no? Si estuvieras mirándonos desde ahí ¿sabes qué verías? Que encajamos perfectamente. En realidad, somos una gran pareja juntos. Y, sin embargo, nunca saldrías con una chica como yo. ¿Alguna vez has salido con una chica que pesara más que tú? ¿Lo has hecho?


Louie: Sí, lo he hecho.


Vanessa: No, no, no, no he dicho si has follado con una chica gorda, Louie. Estoy seguro de que eso sí lo has hecho, todos los tíos lo han hecho. Cuando te conocí, si yo hubiera dicho: "Oye, ¿quieres ir al baño y follarte a una lata de melocotones?" lo habrías hecho. No, lo que estoy diciendo, ¿alguna vez has salido con una chica gorda. ¿Alguna vez has besado a una chica gorda? ¿Alguna vez has cortejado a una chica gorda? ¿Alguna vez has cogido de la mano a una chica gorda? ¿Alguna vez has caminado por la calle a la luz del día, de la mano, con una chica gorda como yo?


Adelante. Cógeme de la mano. ¿Qué crees que va a pasar? ¿Crees que tu pito se va a caer si vas de la mano con una chica gorda? ¿Sabes qué es lo más triste? Es todo lo que quiero. Puedo follar con cualquier. Cualquier mujer que esté dispuesta puede hacerlo. Yo no quiero eso. Ni siquiera necesito un novio o un marido.
Todo lo que quiero es ir de la mano con un buen tipo, y caminar y habla.




El texto es de aquí. La traducción es mía, sorry.

jueves, 15 de mayo de 2014

Mi mejor amigo

No tenemos nada en común. No nos gustan las mismas cosas. Nuestras vidas no se parecen en absoluto. Nunca coincidimos cuando opinamos sobre algo. Nunca estamos de acuerdo. Nunca nos han gustado los parejos del otro (con una excepción), aunque siempre los hemos respetado.

Él también es virgo pero igual es de otra galaxia. Es muy callado, de apariencia tranquila, muy sencillo, muy normal, su color favorito es el azul y su comida preferida es el arroz caldoso. ARROZ. ARROZ CALDOSO. 

Le llamo amorsito todas las veces y se muere de vergüenza cuando, acto seguido, flirteo con los camareros. Se supermuere de vergüenza cuando entramos en un sitio, estamos a punto de sentarnos y me doy la vuelta y digo que nos vamos porque no me gusta la música. Pero me sigue. Me riñe toda la tarde, pero me sigue.

Me deja elegir dónde vamos a comer, o a cenar, porque sabe que soy piquismiquis, pero la música del coche la elige él. Y siempre elige la que me gusta.

Me ignora en el caralibro porque dice que soy muy seria, pero me lee todo y llama en cuanto sabe, sabe, que necesito hablar con él. Y su sentido arácnido es infalible.

Nos guardamos secretos que nos dan vergüenza un tiempito, pero luego nos los contamos por sorpresa, cuando ya no aguantamos más o cuando se ha pasado el drama. Y nos reímos. Y nos reímos de las metidas de pata del otro. Nos pisamos al hablar y nos terminamos las frases. 

Me riñe cuando digo palabrotas con una frase que le enseñó mi madre: "hablar bien no cuesta una puñetera mierda". Y de vez en cuando me recuerda que ya de pequeños mi madre le decía que no se dejara llevar com cagalló per cèquia (o como puta por rastrojo), que yo era una marimandona y él un alma cándida.

Me hace de rabiar cuando estamos con mis hermanos, y hace pedorretas cuando me agacho para que parezca que me he tirado un pedo y la que se muera de vergüenza sea yo. Pero se hace el escandalizado cuando le cuento cosas de chicos y siempre me dice que tenga cuidado, que los hombres son muy malos. Cuidado con los penes, me dice antes de colgar y decirme que me quiere.

Su despedida de soltero la celebramos él y yo, ciegos como pelotas a base de todo lo que encontramos en el mundo. Acabamos en la playa, mirando el mar con ojos miopes, nos contamos cosas que nunca nos habíamos contado y nos dijimos que nos íbamos a echar de menos porque todo iba a cambiar. 

Bueno, todo no.

Aún me abraza antes de que empiece a llorar y me dice que me entiende. Y sé que me entiende.

Es la mejor persona del mundo.

lunes, 12 de mayo de 2014

#Noviodeverdad 3: Desconectada

Hace unos días desinstalé la aplicación de buscar novio del móvil y la tablet. Ya conté por qué es un HÓRROR. Y, al parecer, esto funciona para la gente como una especie de whatsapp: te escriben porque ven que estás conectada y tienes que contestar. 

Si no respondes, están enviando hola, estás ahiiii? hasta que se cansan. Y cuando ven que te has conectado (porque la página dice la última vez que te conectas) vuelven a la carga. Insistentemente. 

Y a mí eso me agobia que es una barbaridad. No aguanto que me pregunten que qué hago, o por qué no contesto o si es que estoy "muy ocupada". Pasan a caerme mal inmediatamente.

La cuestión es que desisntalar la aplicación del móvil y la tablet supone que sólo puedo conectarme cuando estoy en casa. Y, mira, no. No me mola nada, tengo demasiadas cosas que hacer.

Aún así, con mi negatividad a tope con la cope, he quedado con dos chicos con los que he contactado a través del rollo este. No es que me impactaran especialmente pero eran los únicos con los que el chateo ha sido más o menos interesante.

No han sido encuentros desagradables, ni mucho menos, sólo han confirmado lo que ya sabía: que estos muchachos no me interesaban nada. Nada de nada. Cerveza y a casa. Y fin.

Y me he decepcionado mucho. No (sólo) porque estas citas hayan sido así, sino porque no he sentido el más mínimo interés por ninguno de los chicos con los que he contactado. ¿Soy demasiado exigente? ¿Quiero algo que no existe? ¿Soy impaciente?

Mis amigas dicen que la respuesta a casi todas esas preguntas es que sí pero, vete a saber.

De momento, estoy en stand by, no me apetece nada meterme de nuevo. Igual es que no estoy suficientemente motivada.

O no. No sé.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Post de hoja perenne

Hace unos días Molinos se preguntaba cuándo muere un post

Y lo primero que se me ocurrió es que son efímeros. Duran hasta que se publica el siguiente. Si siguen publicados no es que mueran, simplemente pierden protagonismo frente a los que se publican después.

Pero, reflexionando, me doy cuenta de que no es verdad. Los post son de hoja perenne. Igual se quedan ahí olvidados, con poco lustre, pero se quedan. A mí algunos se me quedan tanto que sería capaz de repetir algunas frases, aunque no los haya releído. Y me consta que a otras personas les pasa igual. 

Yo recuerdo el primer post que me llamó la atención lo suficiente como para seguir con fruición algunos de mis blogs de cabecera. Y, aún así, me ha sorprendido mucho cuando alguien ha recordado alguno de los míos, porque me cuesta aceptar a veces que algo salido de estos deditos  haya podido impresionar tanto a alguien como otros post lo han hecho conmigo.

Me dan pena los post de hoja perenne que se quedan ahí arriba, invisibles al mundo, siempre son el resultado de una reflexión muy personal lo suficientemente relevante como para contarlo. Sin embargo, prefiero ese concepto de lo efímero, de la fugacidad del último post, a la alternativa, a que no haya uno nuevo, porque eso significa que el blog ha muerto. ¿Es esa última entrada un epitafio, como dice Molinos? A veces, sólo si hay una despedida, un adiós verbalizado. Si no parecen más un accidente, un "igual lo retomo algún día". Pero ese "algún día" nunca llega y el blog muere, irremediablemente.


 Los post no mueren, mueren los blogs.

sábado, 3 de mayo de 2014

Mi madre

Mi madre es un ama de casa de las antes, que cose, borda, canta como dios, cocina como los ángeles, sabe arreglar un enchufe o pone un ladrillo. Y luego se sienta a leer a la Poniatowska, comenta a su hija en Facebook o le explica a sus amigas qué es Twitter. Mi madre es una señora ya de la tercera edad, de piel muy blanca y muchas canas en las cejas, que sonríe cada minuto de su vida porque sabe, sabe, que todo en la vida tiene algo por lo que merece sonreír.

No puedo decir que haya tenido una vida emocionante, o que haya hecho cosas de esas que salvan a la humanidad. No ha descubierto la cura para una enfermedad chunga, ni ha ganado un Nobel, ni ha inventado la rueda. Pero tiene una curiosidad innata que hace que siempre quiera saber cómo funcionan las cosas y por qué. Es una mujer excepcional. Sin reservas. EXCEPCIONAL.

Mi madre es esa señora que guarda el bocadillo que mi sobrino no quiere para almorzar y, tres horas después, cuando ve a un señor rebuscando en la basura, se acerca, le explica que el niño no lo ha tocado, que el pan es de hoy, y se lo ofrece cariñosa y casi con vergüenza, porque sabe que es poco lo que puede hacer por él. Siempre gana una sonrisa de vuelta.

Mi madre es de risa fácil. Nos sentamos en la cocina después de comer a tomar el café y nos descojonamos de casi todo. Y luego me llama por la noche para decirme que ha visto no sé qué que le ha hecho mucha gracia y sigue riéndose, ignorando los reproches de mi padre por llamar para tonterías.

Mi madre siempre me dice que llevo el pelo fatal pero que estoy muy guapa. Y cuando le cuento alguna decisión que ya he tomado siempre me apoya con un tajante pues me parece muy bien

Mi madre está muy malita pero nunca lo dice. Todos tenemos que morirnos, eso es así, dice con una sonrisa. Que es triste, la sonrisa, pero la tiene. Conociéndola, no es falso estoicismo, ni valentía de esa que sale en las películas. Es que es así de práctica. Todos nos morimos, sólo que ella ya va sabiendo que lo suyo va en marcha y no tiene vuelta atrás. Sin dramas.

Me gustaría que todos conociérais a mi madre. Vuestra vida sería mucho mejor.