lunes, 24 de febrero de 2014

5 sobre 10

Siempre he sabido lo que quería. He cambiado de opinión, me he equivocado tomando decisiones, me he arrepentido, he vuelto a cambiar... pero siempre he sabido lo que quería en ese momento.

Soy de esas que dan indicaciones al camarero para que el café o el refresco está como me gusta, que entra en una tienda y no se lleva nada si no le gusta, aunque se lo pruebe todo, que no queda si no le apetece, que no pide si no está segura de que va a obtener lo que quiere.

Por eso ahora me desconcierto.

Estoy descentrada. No es que tenga más dudas de las que puedo manejar, que las tengo, es que cuando llega el momento de tomar una decisión me bloqueo y no sé qué hacer. Y no lo hago.

Intento consolarme diciéndome que si no sé exactamente qué hacer es que no debe ser el momento de decidir pero, claro, me engaño. En general funciona, porque soy capaz de abstraerme y evitar tener esas conversaciones conmigo misma que me obliguen a moverme en una dirección u otra pero de vez en cuando hay un día, uno de esos tontos que una tiene, que no es posible, que nada consigue alejar de mi cabeza que tengo que tomar una decisión, y que tengo que tomarla ya. Suele ser con una decisión de las gordas, claro.

Con las pequeñas me apaño. O, más bien, me apañan ellas a mí: me dejo llevar. Tengo suerte, porque de momento me va bien. Hasta que es una de las gordas. 

Ahora mismo estoy en una encrucijada, tengo que decidir entre callar y que todo quede como está, o hablar y el abismo de lo desconocido.

Si callo, mantengo una situación que me satisface digamos... un 5 sobre 10. No es la situación óptima, obviamente, pero es algo conocido, estoy acostumbrada, me tranquiliza y podría mantenerse así mucho tiempo. Y no sé si quiero que cambie, porque temo que cambie a peor, claro.

Si hablo no tengo ni idea de qué puede pasar. Igual que puede mejorar todo hasta el infinito y más allá, todo puede explotar y morir, y puedo perder mi 5 sobre 10 para siempre.

No tengo prisa, nadie me apremia, pero el no saber que decisión tomaré cuando llegue el momento me consume a veces. Y, antes o después, ese momento llegará, y me pillará en bragas.

Y aquí estoy, moviendo los muebles de la casa como si no hubiera un mañana para no tener que pensar en cosas realmente importantes...




12 comentarios:

  1. ¿Te gusta el riesgo? ¿Puedes perder mucho más de lo que puedes ganar?
    Si es algo reciente, es posible que se solucione. A veces pasa. Todo el mundo tiene temporadas malas,
    Si ya llevas tiempo en esa situación, y no va p'atrás ni p'alante, igual hay que darle un empujón. Pero teniendo claro todo lo que te juegas.
    Yo ahora estoy intentando escalar hacia el 6, y luego hacia el 7 o más arriba. Cuesta mucho. Y he estado a punto de rendirme un par de veces y no lo he hecho por miedo. Reconozco que soy un miedica.
    Al final te saldrá bien, ya verás.
    Besos

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  2. Tú eres de las mías.
    Lo harás. Cuando toque.
    Mientras tanto mueve los muebles.

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  3. Mientras no te engañes a ti misma, todo irá bien. Si ese 5 es realmente un 5, entonces con la calma. El tiempo te dirá qué quieres hacer. Cuando el 5 se vuelva 4, básicamente.

    Suerte y a darle duro al feng shui! :P

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  4. Pues no sabes cómo me consuela leer este post!Me esta sucediendo exactamente lo mismo, supongo que a ciertas edades las decisiones que tomemos condicionan imperiosamente el futuro, con lo cual, cuesta mucho mas decidir.
    Como siempre es un placer enorme leerte.
    Besos

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  5. Lo de mover los muebles tiene su qué. Yo lo hice sin tener nada que decidir y encontré cosas que creía perdidas. Sí, vale, llámame guarro.

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  6. Cuando llegue lo harás, mientras no te apures y mueve media casa, cambiate el peinado y ...cuando llegue lo harás.

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  7. Te imagino moviendo muebles. Plenamente.

    El resto, lo moverás cuando toque, si toca. Si tú eres feliz con tu cinco, tira. Eso es lo importante, no si es un cinco o un siete sino si a ti te hace feliz.

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  8. Aunque eso de decidir las cosas con el corazón suena a topicazo, creo que es totalmente cierto. Haz lo que te pida el cuerpo, sin darle demasiadas vueltas. Y sigue con los muebles mientras tanto.

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  9. Siento discernir, pues dependerá del grado de implicación de la otra persona en tu vida..

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  10. Esperaba menos condescencia, que es lo que tengo alrededor todos los días. Me caéis muy bien.

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  11. Yo es que soy más de arrebatos... pero lo que tenga que ser, será.
    Mover muebles me parece no obstante una buena táctica para evadirse. Yo me arriesgaría...

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