Soy una persona intolerante y maniática, cada vez más.
Noto, casi a diario, como se endurecen mis manías y mi nivel de tolerancia baja un poquito. Quizás no mucho, un algo imperceptible al ojo humano, pero baja, sí, eso seguro.
Y es curioso como esto se recrudece debido a la blogosfera, las redes sociales, la Internet. Quiero pensar que es normal, que la sobreexposición a lo que dicen miles de personas tiene como consecuencia lógica recibir otros tantos inputs y que, por estadística pura, a más inputs, una mayor cantidad tiene que molestarme, obligatoriamente. Quiero pensar porque la alternativa me gusta menos, vaya.
La cuestión es que cada día noto que hay más cosas que me molestan y que, curiosamente, no son de esas que normalmente molestan a los demás. Pero me da igual, mis desazones son mías y las exploto cuando quiero.
Entre todas esas cosas, hay unas pocas que me irritan especialmente, pero voy a centrarme en una: el vampirismo digital.
Va más allá de la copia y del plagio, que ya me parecen rastreros per se. Mucho más allá.
Es esa gente que copia el estilo de otros, la forma de expresarse, el tema, los tics, el espíritu... ¿Que no se puede copiar todo eso? Sí se puede. Y hay vampiros digitales que lo hacen.
Son esos que se incorporan a una comunidad de coleguitas y empiezan a seguir, comentar, retuitear y esas cosas, que se integran y parece que se convierten en uno más pero en cuanto profundizas un poco te das cuenta de que no, de que sólo es fachada, que es un pegao... Que es falso pero ya se ha integrado y a nadie más parece importarle y es inevitable encontrarle en todas partes... No sé si me explico...
¿Les ha pasado alguna vez, leer un post y pensar que les recuerda a alguien, y luego leer un tuit y pensar que les recuerda a otro alguien... y así con todo, pero sin llegar a identificar exactamente a quién? Al principio esa persona identidad nos mola, porque, claro, imita a alguien que nos mola pero, poco a poco, vamos identificando a otros en esa identidad, cada vez a uno diferente... y un día, de repente, se aparece ante nosotros la verdad, y es que es un vampiro digital, que coge lo que cree que es mejor de los demás y se lo apropia. Se lo apropia. Y queda como la identidad guay, sabiendo que pisa a otro sólo por integrarse, sin importarle lo más mínimo.
No me interpreten mal, soy consciente de que no todos somos creativos innovadores. Todos tendemos a utilizar tics, palabras, #cosas, que nos gustan o nos parecen graciosas. Yo lo hago. Acabo de hacerlo. Pero es que va más allá. Y no lo aguanto. No aguanto a esos que vampirizan el talento, poco o mucho, de los demás, sólo porque creen que así van a tener un "éxito" que nunca tendrían por sí mismos.
Algún día alguien realmente creativo e innovador, harto de ser vampirizado, inventará algo para detectar a esta escoria y podremos sacarles a la luz para que mueran pero, mientras tanto, me temo que tendremos que aguantarles.
Qué ascazo.