Puede que sea un poco megalómano PERO. Este año ha sido tan difícil que no me salían #14cosas como para hacer una lista. Se me ocurrió revisar los post del año, a ver, y va y tampoco: casi no he hablado de algunas de las cosas que más me han pre/ocupan y que van a seguir pre/ocupándome en 2015.
Qué cosas...
Sin embargo, esta revisión sí me ha recordado algunas cosas que no me gustaría olvidar y, aunque no soy muy de listas, aquí va lo más importante para mí de este año:
En enero, Sinior ihggg me regaló a Chrissy y un nombre, El efecto Gordipé, que es uno de los que más me gustan. Seguro que vuelve.
En febrero empezó el principio del fin, aunque hace long, long time ago que se gestaba.
En marzo, este cuerpo grande y rotundo que me sostiene se fue a girar desnudo por la vieja Europa, colgado en paredes que nunca veré y en sitios que quizás nunca tendré la oportunidad de conocer. Aún no sé cómo me siento respecto a eso.
En abril, lo que pensaba que era el fin ya había empezado. Y me lancé como una loca a buscar... no tengo claro qué buscaba, la verdad, #noviodeverdad queda un poco corto. Aborté la misión porque era todo muy raro. Y porque no estaba yo preparada y receptiva, algo que, al parecer, todo el mundo sabía menos yo.
En mayo tuve una tarde de esas de epifanía, de esas que te das cuenta de repente de algo que has tenido delante todo el tiempo. Y me sentí afortunada por la suerte que tengo, por tener a mi alrededor algunas personas personas que me quieren.
En junio tenía un monazo que me moría. Que me quería morir, vaya. Y no hacía más que pensar en un cepillo de dientes que ya no estaba. Y me quería morir.
En julio lloré mucho. Mucho. Pero también reí mucho. Mucho. Espero seguir llorando y riendo mucho con él, aunque esté tan lejos y sea tan inaccesible casi todo el tiempo.
En agosto tuve la suerte de volver a mi paraíso personal. Es un sitio muy normal, nada sofisticado ni nada. Pero es mi paraíso. Y soy absolutamente feliz allí.
En septiembre tuve el primer gatillazo ausente de mi vida, y tuvo que pasar durante el sexo con otra persona. Yo estaba, pero no estaba. Y me dio qué pensar.
En octubre desee muy fuerte la muerte o, en su defecto, la desaparición instantánea, de algunas personas a las que se supone que debería querer pero que no. Ya veremos el karma que opina de esto.
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En noviembre me avergoncé tanto de mí misma que espero haber recapacitado y aprendido muchas cosas.
En diciembre hemos tenido las #14cosas. Ha sido muy bonito: un montón de personas han querido compartir con la blogosfera las cosas bonitas que han tenido en su vida en 2014. ¿Es bonito o no? Pues sí. Recordadme que agradezca mucho a todos su participación.
Así, por resumir, aunque ha habido cosas muy chulas, ha sido un año de mierda. O así lo recordaré yo, como todos los años pares.
Espero que el 2015 sea algo mejor, o mucho mejor, especialmente para las personas que lo merecen.
Feliz Año Nuevo.