Vuelta.
Y otra vuelta.
Y otra vuelta más.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, duerme.
- Si no dejas de dar vueltas no puedo dormir. ¿Qué te pasa?
- Nada, no pasa nada. Duerme.
- Que no puedo, no me dejas con tanta vuelta.
- Hay demasiada luz.
- Baja la persiana.
- Nah, da igual, si no es por eso.
Vuelta.
Más vuelta.
- Son las cuatro y cinco. Tengo que dormir. ¿Qué c*ñ* te pasa?
- Es que respiras fuerte.
- Ya. Vete al sofá, no puedo hacer nada.
- ES QUE RONCAS COMO UN COCHINO JABALÍN, NENA, Y SE TE OYE DESDE LA CALLE. EL SOFÁ NO ESTÁ SUFICIENTEMENTE LEJOS.
- Bueno... puedes irte si quieres (puchereando)...
- No, no te preocupes, ya dormiré cuando te vayas a trabajar. Smuaks.
- Cabrón...
Cuando volvió, a las cuatro de la tarde, el dinosaurio aún estaba respirando fuerte con la persiana subida.
jajajajajajjajjajajajaja.
ResponderEliminar¡ me encanta!!!
¿Quién sabe si ronca?.
ResponderEliminar¿Eh?.
¿Eh?.
Es fácil que te coman la moral de esa forma....
Yo sé que ronco. Me han grabao.
EliminarYo no ronco, pero nadie me cree. :)
ResponderEliminarPues eso, TODO EL MUNDO ESTÁ EQUIVOCADO.
Eliminar