martes, 30 de julio de 2013

El súpercuñao

Por razones que no vienen al caso, lo de las redes sociales me apasiona. Y es casi la única cosa que me ha apasionado en la vida. Aún no sé bien por qué, pero, mira, cositas que tiene una.

Como me ha pegao tan fuerte, mi TOC ha hecho con estudie muchísimo. Que no es que sepa mucho ni nada pero, oye, que he estudiao. Y también impide que me lo tome con tranquilidad y distancia, y me suliveyo que es una barbaridá. Sí, amigos, soy de esas tróllers que se indigna cuando se da cuenta de que cualquier cuñao con un ordenador gestiona páginas de Facebook mientras se toca. Que se indigna y lo dice.

Especialmente en Facebook, como mujer de colegio de pago que soy*, siempre comento de manera educada y respetuosa y, lo que son las cosas, quién me lo iba a decir, contactar con algunos community manageres** para decirles cosas que hacen muy malamente sólo me ha traído buenas experiencias, varios contactos profesionales muy interesantes, una oferta laboral y hasta dos amigos. SHIT UP LITTLE PARROT.

Hasta hoy.

Hoy me he encontrado con el SUPERCUÑAO de los community manageres, en forma de un tipo que lleva una página de Facebook que borra los comentarios que no le gustan Y QUE ME HA BLOQUEADO A LA PRIMERA, por preguntar por qué había borrado un comentario que ni siquiera era mío. Me ha pillado tonta y he enviado un correo electrónico. Un correo, en singular. Él me ha respondido con seis, y me ha dicho perlas como estas (todo sic):
  • (...) los que realmente compran y nos siguen de verdad (...) les parece correcto que en nuestra casa se elimine a los moscones.
  • Si quereis cambiar las normas de una casa, empezad por miraros el olbigo, me parece deleznable la opinion y vuestro libertinaje (...)
  • (...) no queremos hacer de una pagina de fb, en donde entendemos que por la red circula mucho inutil un salsa rosa que se escape de las manos.
  • Si se borran comentarios y se bloquean a usuarios tenta por seguro que es con total seguridad lo mejor que podemos hacer. Lo demas es falacia y palabreria. (...)
  • La educación la discreccion y la humildad es bien venida, pero si alguien intenta hacer de su capa un sayo y creer que la libertad pasa por hacer lo que uno quiera en casa ajena es que no entiende nada, ni de libertad, ni de pasion ni de coherencia y por supuesto, nunca entenderá nuestro trabajo. Usted no lo ha entendido.
  • No haga una unica aparicion estelar (la primera vez que la veo por la página) para escribir un comentario digno de borrar. Usted disfrute, veo que es rubia y que se ha hecho seguidora y a mi me gustaría que disfrutara de lo que hacemos de verdad. 
O sea, que ha necesitado seis correos para llamarme:
  • Moscona.
  • Libertina.
  • Inútil.
  • Lers.
  • Y RUBIA.
Mira, yo es que a veces no tendría bastante sólo con un Día del Apaleamiento.



* Y porque sale mi carita y todos mis amigos pueden verlo, que todo hay que decirlo.
** O gestores de comunidades on line, lo que venía siendo un presidente de finca pero en la Internec.

lunes, 29 de julio de 2013

Los gafes

El mundo está lleno de gafes, de esas personas a las que todo les sale mal, que aunque parezca que no, que es imposible, van a cagarla cada vez. Todas las veces.

Por lo general, los gafes dan penita a la gente. Hay cierta tendencia a excusarles, diciendo "ay, pobre, si es que todo le sale mal", a sentir esa lástima tonta, a prestarles ayuda porque están solitos en el mundo y no van a sobrevivir. Despiertan un paternalismo caduco y protector, que hace que nos esforcemos por intentar cambiar su suerte, por hacer que las cosas les vayan mejor, lo que se traduce en que les ponemos las cosas más fáciles para ver si no la cagan. Pero sí, lo consiguen.

Pero no lo consiguen por alguna maldición bíblica o algún rayo divino malvado que que pone al mundo en su contra, no, qué va. Suelen serlo porque toman malas decisiones, una y otra vez.

Son personas fantasiosas y egoístas, que creen que tienen tanta importancia, para bien o para mal, que no vale la pena tener en cuenta otras variables, y que no aceptan consejos o sugerencias. Están tan enfadados con el mundo que no soportan que nadie les diga, otra vez, lo que deben hacer. Y están tan ensimismados que no se dan cuenta de que lo que les lleva al desastre no es que otros les digan siempre lo que deben hacer, sino que nunca les hacen caso, por sus santos cojones.

Los gafes lo son porque se esfuerzan por serlo, ni más ni menos. Si pusieran tanto empeño en salir de cada agujero que construyen a su paso les iría mucho mejor.

Pero lo peor de los gafes es que, aún no sé muy bien por qué, te arrastran a su mierda, incluso aunque te alejes a una distancia prudencial en cuanto empieza a oler mal. Es como si, en el colmo de las paradojas, no supieran hundirse solos y necesitaran la compañía de cuantas más personas mejor para cagarla bien, con fundamento.

No acabo de entender qué coño hace la selección natural esa de mierda que aún no se ha llevado por delante a los gafes...

miércoles, 24 de julio de 2013

¿Sabes?

¿Sabes cuando tienes esa sensación en la tripa de que estás haciendo algo mal, muy mal, pero no sabes por qué, y tampoco sabes cómo hacerlo bien, ni cómo dejar de hacerlo mal o, simplemente, dejar de hacerlo?

¿Sabes cuando eres consciente de tu incapacidad extrema para algo, de que tus conexiones neuronales se han roto y no ves más allá de lo obvio, de lo que parece que deberías ver, pero no? ¿Sabes cuando te sientes como una cría de catorce años que tiene sobre sus hombros la responsabilidad de salvar el mundo con un chicle y un clip, con la absoluta seguridad de que explotará de todos modos?

¿Sabes cuando no entiendes nada de lo que lees porque parece escrito en un idioma de esos asiático con patitas de mosca, mientras tienes la impresión de que es como el abc para todos los demás y te sientes muy tonta, muy tonta? ¿Sabes cuando alguien te explica una y otra vez cómo hacer algo y te das cuenta de que tu mente es incapaz de procesarlo?

¿Sabes cuando te imaginas tu propia cara para evitar que se note que estás pensando en evitar que se note que estás imaginándote tu propia cara, mientras ves cómo se mueven los labios y oyes lo que debe ser algo que deberías estar entendiendo, pero no, porque estás pensando en tu propia cara?

¿Sabes cuando tienes la sensación de que lo único que haces durante el día es disimular para que nadie se dé cuenta de que no entiendes nada, y que parezca que eres la persona razonablemente inteligente que deberías ser?

¿Lo sabes?

Yo sí.

lunes, 22 de julio de 2013

Besos de amor

Echo de menos los besos de amor. Esos besos intensos que se dan porque sí, no por un saludo, una despedida, o porque es el pistoletazo de salida para el sexo. Porque los besos de sexo no son lo mismo, no, señor. Que también están muy bien, no nos engañemos, pero no son lo mismo.

Echo de menos esos besos de domingo tranquilo en el sofá, a media luz, con una peli de fondo y olor a palomitas. Esos besos sin prisa, sin la urgencia de tener que ir directamente al grano porque no hay nada que hacer después ni ningún sitio adónde ir. Esos besos sin promesas, que da igual que acaben en siesta, en merienda o en sexo. 

Echo de menos esos besos de amor que no se esconden, que no se piensan, que no se analizan, que no se aguantan, que se dan sin razón, sin esperar nada a cambio, más que otra boca y otro beso. Y otro. Y otro.

O igual es que echo de menos al alguien de esos besos.

domingo, 21 de julio de 2013

Lo de la reproducción asistida

Hace unos días, la noticia de una nueva aberración del gobierno encendió las redes sociales, una vez más. Es lo que tiene este gobierno, que enciende. Porque, una y otra vez, se salta a la torera un derecho fundamental recogido en la Constitución Española:
Título I. De los derechos y deberes fundamentales 
Capítulo segundo. Derechos y libertades 
Artículo 14 Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Pues eso, este gobierno nos tiene acostumbrados a pasarse por el forro el derecho fundamental de los españoles de ser tratados como iguales ante la ley, así que no debería sorprendernos que discrimine a ciudadanos y ciudadanas que no le molan.

Hasta aquí, lo tengo claro: me horroriza este nuevo ataque a la ciudadanía.

Sin embargo, me dio qué pensar. ¿Por qué debe el Estado asumir como propio el deseo individual de las personas a ser padres/madres, sean parejas heterosexuales, homosexuales, sean personas solteras, casadas como dios manda o lo que sea?* ¿Hasta qué punto debe el Estado, a través de las instituciones sanitarias, correr con el coste de las personas que desean tener un hijo y no pueden hacerlo naturalmente? 

Como seres vivos, la reproducción es una capacidad, el truco biológico para garantizar la pervivencia de las especie. Pero no es un derecho. En el caso de los humanos, es un deseo, el deseo de procrear. A este deseo es al que responde la legislación que incluye la cobertura pública de la reproducción asistida.

En algunos casos, supongo, será más necesidad vital que deseo. No sé si desde el punto de vista médico habrá casos en los que procrear sea cuestión de vida o muerte, o que palíe una enfermedad. No lo sé, ya digo, y supongo que en estos casos la cobertura pública de la reproducción asistida estaría justificada pero ¿lo está en todos los casos? ¿Todas las personas que deseen tener hijos y no pueden naturalmente deben ver satisfecho este deseo? No lo tengo claro.

Porque me da qué pensar aún más: ¿por qué el Estado no asume también la cobertura sanitaria de otros deseos? ¿Por qué no asume la corrección quirúrgica de mi miopía? A estas alturas, soy tan topo que soy discapacitada sin gafas. ¿Por qué no cubre las caries, los aparatos dentales? 

La cuestión es que los recursos son limitados y por eso el Estado no puede garantizar los deseos de los individuos, ya tiene bastante con intentar cubrir las necesidades. 

Supongo que a muchos se les ocurrirán un montón de fisuras a este argumento. Es posible: no soy abogada, ni filósofa, ni médica, ni gestora pública. No tengo la solución a estos problemas. Si la tuviera estaría desarrollándola como una loca, a ver si salíamos de una vez de este pozo sin fondo porque, aunque no tenga la respuesta, sí tengo claro que este gobierno no sólo no es la solución, es parte del problema.



 * Mira que me da un por culo infinito lo del género.

martes, 16 de julio de 2013

La columna de la derecha

Las desgracias nunca vienen solas.
Anónimo
Esto debería ser el eslogan de Youtube que, como todo el mundo sabe, es esa trampa mortal en la que uno sabe cuándo entra pero nunca podría garantizar la hora de salir, con un error de más/menos 186 minutos. Que, hay que ver, por favor, demos un aplauso al hijodelagranputa procrastinador que pensó "voy a crear una red donde cualquiera pueda subir vídeos de cualquier cosa o artista, que fijo que lo peto"

Y vaya si lo petó...

A ver, que hablábamos de Youtube. 

Yo tengo una relación de amor-odio-muerte con Youtube. Como no soy nada obsesivo-compulsiva ni poliadicta ni curiosa ni masoquista ni nada, los enlaces de la columna de la derecha no significan nada para mí, puedo dejarlos cuando quiera y tengo que pincharlos todos.

Y así es como a veces me sumerjo en sitios en los que de normal ni mearía: los flashmob wedding proposals, los vídeos de Tyra Banks, las actuaciones de Britains got talent, las operaciones de estética fallidas de las celebridades, las japonesas que se maquillan como Candy y esas cosas... y los vídeos de canciones que me suenan de cuando era pequeña y mi padre llevaba un magnetofón en el coche y que no tienen fin, porque fui pequeña muchos años. 

Empecé a fijarme en las letras ya de bastante mayor, por culpa de Youtube. Supongo que algunas de ellas no las había escuchado en 30 años o así y descubrirlas de nuevo fue... cuanto menos curioso. Casi tanto como darme cuenta que aún me las sé enteras. Sí, doy pena.

Pero no puedo evitarlo. Me encantan esos bodrios setentochenteros de música ligera. Nunca las añadiría a una de mis listas de reproducción pero una vez estoy dentro no puedo salir. Pero como todo el mundo ¿no? NO ES POSIBLE SALIR DE AHÍ.

Y no es posible salir porque MOLAN MOGOLLÓN.


¿Quién coño es Charly? ¿Es una metáfora y este tipo recogió a una prostituta drogadicta que pasó el mono en su casa y luego se largó? Aunque tiene toda la pinta de que Charly es, efectivamente, una paloma. ¿¿¿UNA PALOMA??? ¡¡¡QUÉ ASCO, MAN!!!



"Libertad de una señora, que ha pasado la treintena (...) ¿Señora que ha pasado la treintena? Mira, Miguel, vete a tomar por culo*.


"Hoy busco en la noche el sonido de tu voz y donde te escondes para llenarte de mí,  llenarme de ti, llenarme de ti". Mira, no lo entiendo, este lío de continente-contenido no lo entiendo. Y ¿qué habrá sido de este chico, pobre?


Lo siento mucho, la vida es asi. No la he inventado yo. Qué pedazo de cabrón, el italiano de las narices...



A mi madre no le gustaba que escuchara esta. Vete a saber, cosas de madres. A mí la canción me recordaba a Tippy Hedren...


Poca broma con este, que no bajó ni medio tono para cantar en directo y casi se muere varias veces en las flores y aún está cantando lo mismo. Los siglos pasan sólo para algunos.

Y entonces me canso de tanto maromo llorón y termino con mi favorita.



DE NADA. 

*Anónimo, este es impepinable, y lo sabes.

domingo, 14 de julio de 2013

Domingo de verano

Entra una luz naranja por la ventana que me dice que ya es mediodía. Tamizada por las cortinas, diría un cursi. Rayada por el estor, diría yo.

La cama está deshecha, muy deshecha, como si hubiera pasado un pequeño ciclón, lanzando la sábana y un par de almohadas al suelo. O como si hubiera sido un campo de batalla durante la noche, vete a saber.

Aún dormida, creo, doy media vuelta e intento dormir de nuevo pero mi cuerpo me dice que ya tiene lo que necesita de lo de dormir, que ahora necesita ir al baño. Y rapidito, que es gerundio. 

Y voy y vengo, sin saber si estoy dormida o despierta, con esa sensación extraña de hacer las cosas por inercia, como en sueños, con esa felicidad inútil que da tener todo el día por delante. Un domingo de verano para mí sola. Entero. 

Vuelvo a la cama a sabiendas de que no podré volver a dormir, que la luz es ya demasiado fuerte, que las cigarras están onfaya y hacen tanto ruido que no voy a poder concentrarme en el sueño, que mi cuerpo ya ha dormido cuanto necesitaba, que el domingo está para disfrutarlo, que faltan demasiadas cosas en la cama, que volverá a sonar el despertador, que...

viernes, 12 de julio de 2013

TOC, TOC

Hola. yo he venido aquí hoy a confirmar mi TOC y a mandar un mensaje a quien corresponda:

 

Y aún no tengo claro que se me haya entendido bien.

jueves, 11 de julio de 2013

Del nacionalismo

La necesidad de pertenecer a un grupo básico de identidad es universal. 
Hemos tenido estos días una conversación muy interesante en Twitter (con la brevedad que exige el canal, claro) sobre el nacionalismo. Como ya no pienso en pensamientos, sino en postststs, en seguida me tiré a la piscina, chula como la madre que me parió, y dije que como me interesaba mucho el tema iba a escribir sobre el nacionalismo. Ahí, sobradita, que no se diga, dándome golpes en el pecho rollo xé, per l'amor de Deu, serà per diners! esta polseguera la pague jo.



Y hete aquí que me pongo a escribir y va y necesitaría un libro. Y ¿para que voy a escribir un libro si ya hay uno del que soy muy fan, de un señor que sabe más que yo de esto y de muchas más cosas? Pues me voy al libro en cuestión, porque resulta que este señor ya dijo todo eso que yo pensaba de forma desordenada cuando era una pipiolilla y me daba miedo leer cosas de nacionalismo por si me liaba con lo de la kale borroka y me quedaba mal el pelo.

Y sigo estando de acuerdo con todo: que el nacionalismo es una expresión de la necesidad del ser humano de ser parte de un grupo para sentirse seguro y protegido por la masa frente al otro. Y que si el otro es más grande y más fuerte se siente oprimido (probablemente porque lo está, en alguna de sus manifestaciones públicas y/o privadas, léase, lengua, tradiciones, cultura, etc) y, como forma de resistirse a la opresión e intentar no sucumbir al dominante se reafirma en lo suyo pero, ojo, no olvidemos, siempre frente al otro. ¿Resultado? conflicto, mal rollo, pitadas ante el himno del otro y esas cosas.

Lo peor es que, con los años, estoy  convencida de tres cosas:

  • Que sólo tiene una solución: la supremacía definitiva de uno de los dos nacionalismos en conflicto.
  • Que el nacionalismo más poderoso tiende a minimizar el daño, porque no entiende que los del más pequeñito no quieran integrarse, si es el mejor del mundo mundial, bueno y qué y we are de champions, my friend.
  • Y que las banderas, los himnos, las selecciones de fútbol y todas esas chorradas relacionadas con el orgullo patrio son una gelipollez como la copa de un pino.

La pertenencia, y por tanto la dignidad, no son ningún problema, cuando se poseen de manera suficiente, clara y segura. Pasa como con el dinero y con la salud: un exceso puede llevar a descuido, o la prepotencia y al avasallamiento; un defecto, a la angustia obsesiva, oa ser arrinconado y avasallado. La gente de esta especie somos así, y no valen optimismos sobre la bondad natural: el pobre es despreciado por quien no lo es, el cojo y el sordo son objeto de burla brutal o disimulada ... , Y más aún cuando el pobre quiere «ser tanto" como el rico, o cuando el cojo intenta correr como los que tienen buenas piernas. Y tal ocurre con los pueblos de identidad prepotente, respecto a los otros. Lo que no es ninguna novedad, ni en general ni en algún caso concreto que nos afecta. Ya escribía Cristóbal Despuig en el siglo XVI que los castellanos «quieren ser tan absolutos y tienen las cosas propias en tanto y las extranjeras en tan poco, que parece que son ellos solos venidos del cielo y que el resto de los hombres es lo que ha salido de la tierra » (Los coloquios de la insigne ciudad de Tortosa). No sé si han cambiado demasiado las cosas.
Joan Francesc Mira. Crítica de la nació pura. Edicions Tres i Quatre. 1984. 

Si les interesa lo de los nacionalismos y esas mandangas les recomiendo el libro, claro que sí, aunque no sé si está en castellano. Cosas de los minoritarios, ya saben, que necesitan reafirmarse en lo de escribir en su lengua materna y eso.

Y tienen algunas reflexiones más aquí (espero que salga en castellano).  

miércoles, 10 de julio de 2013

Los días

- Abuelo, ¿por qué las semanas tienen siete días?
- Eehhh... La pregunta le cogió por sorpresa.

Aunque ya estaba acostumbrado a sus “por qué” (estaba en esa edad y era capaz de aburrir a cualquiera) resultaba algo chocante para su edad preguntarse eso.

- Eehhh...pues verás, Irene -hizo tiempo para pensar la respuesta-. Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, hubo un hombre que tenía siete hijos, todos buenísimos.
- Haaala, abuelo, ¿sieeete?
- Sí,Irene, siete. -dijo sonriendo-. Era un hombre trabajador y se esforzaba mucho para que a su familia nunca le faltase de nada. Trabajaba de cualquier cosa que pudiera proporcionarle algo de dinero...
- ¿Tú trabajabas mucho, verdad abuelo?
- Sí, mi niña, pero no como él. Te decía que trabajaba en cualquier sitio y, aunque no podía pasar todo el tiempo que quería con su familia, cuando llegaba a casa intentaba compensárselo de cualquier manera...
- Sí, abuelo, pero los días.
- Ya va, ya va, no seas impaciente. Sus siete hijos crecieron y uno a uno se fueron marchando de casa, dejando solos al hombre y a su mujer, que fueron envejeciendo poco a poco, juntos y felices aún. Cuando eran muy mayores ya, el pobre hombre se puso muy enfermo, mucho, tanto que su mujer pensaba que se iba a quedar sin él...
- ¿Cómo abuela, que se fue?

Le cogió desprevenido. Aún lloraba a solas en su habitación acordándose de su mujer, a la que tanto echaba de menos todavía, seis meses después.

- Sí, como abuela -intentó no llorar.
- Ah... Sigue, abuelo.
- Te decía que el hombre se puso muy enfermo, estuvo mucho tiempo en cama y los médicos no eran capaces de averiguar qué le sucedía. Cada día que pasaba estaba más tiempo dormido y ya casi no era capaz de hablar con nadie. Uno de esos días tuvo un sueño, en el que se vio a sí mismo caminando por un sendero que parecía perderse en la oscuridad. Un poco más adelante le esperaba una mujer que le acompañó hacia la oscuridad. “Espero que te despidieras de tu familia. No volverás a verlos más”, le dijo ella. “Pero eso no es posible, todavía no”, se quejó él. “Es lo que toca. No puede ser de otra forma”. ”No, no, tiene que haber algo que pueda hacer, no me puede pasar eso” dijo el hombre, llorando. “No lo hay”. “Te lo ruego, déjame todavía un poco más con ellos”. “Está bien”, aceptó la mujer, pensando. “Te dejaré un tiempo con ellos, pero, a cambio, serás incapaz de recordar tu vida anterior”. Él dejó de andar. “¿Cómo” preguntó. ”Olvidarás que tienes hijos, sólo recordarás a tu mujer, pero nada de lo que hayas vivido antes”. ”No, no...déjame al menos que recuerde sus nombres...”. La mujer vaciló. “Está bien, pero sólo uno cada día. Al ponerse el sol, mirarás al cielo y, durante unos instantes, recordarás el nombre de uno de tus hijos. Sólo uno cada vez. Y al día siguiente ya lo habrás olvidado. Así durante algún tiempo. Transcurrido ese tiempo volveré a buscarte”.

El hombre iba a hablar cuando se dio cuenta que estaba despierto. Los médicos le preguntaban algo, pero, en su aturdimiento, no era capaz de hablar. Intentaba recordar dónde estaba, pero no lo conseguía. Tampoco reconocía varias caras detrás de los médicos, expectantes, al lado de su mujer. Acertó a oír “pérdida gradual de memoria”, pero no sabía a qué se referían. Sólo sentía una necesidad acuciante de levantarse y ver la puesta de sol, a punto de llegar éste al horizonte. Sacudiéndose como pudo los brazos de los que le sujetaban, llegó a la ventana y miró afuera. Y, por un momento, una sonrisa asomó a su cara, cuando, un instante nada más, recordó una cara y un nombre. Y esa es la razón por la que... 

En ese momento descubrió que estaba solo. Su nieta se había marchado y su voz llegaba clara desde el salón, jugando con su hermana mayor y riendo como una loca. Y no pudo evitar echar una mirada fugaz a la ventana entreabierta y darse cuenta de que estaba atardeciendo. Y, también él con una sonrisa, recordó una cara. Y un nombre.




Isi H.

martes, 9 de julio de 2013

Cara de póker

Los últimos meses no sólo han sido muy duros desde el punto de vista laboral, que me pesa mucho, lo han sido también personalmente. Ah, ¿que no lo sabían? mira por dónde si al final va a haber cosas que no cuento en el blog y todo... Venga, va, voy a dejar el recochineo, que si no se me van a enfadar y yo vengo aquí a que me digan cosas bonitas.

El caso es que llevo un rato intentando explicar la obviedad esa genérica de que los dos meses antes de las vacaciones de verano son un infierno porque todo el mundo quiere dejarlo todo cerrao, que si ya llevamos muchos meses seguidos muy intensos, que si las vacaciones están tan cerca que una se agobia más... pero no, no es sólo eso, es más profundo.

La cuestión es que tengo un cansancio vital. Igual podría interpretarse tanto como que me he cansado de vivir como que estoy tan cansada que no me da la vida, claro, pueden tomárselo como quieran pero el caso es que tengo cansancio vital. Lo único que me apetece es dormir. Apagar las neuronas, desconectar y dormir, sabiendo que cuando despierte no voy a tener que encenderlas de nuevo. Cuando suena el despertador por las mañanas sólo puedo pensar en todas las cosas que me quedan por hacer el resto del día, que siempre son muchas, y salgo de casa ya agotada y con lágrimas en los ojos. Porque yo lo que querría es volver a la cama y no puede ser. Y me frustra muchísimo.

Me da igual que a los demás también les pase, no puedo hacer nada con eso, pero a mí me pasa, y lo mío lo llevo yo. Y lo llevo mal.

Intento explicar a las personas de mi entorno que necesito descansar, dormir, desconectar, pero me tratan de loca y aún me siento peor. Con su mejor intención, me dicen que lo dramatizo todo, que soy una exagerada, que lo que necesito es pasar un fin de semana dormitando, sin pesar en nada, y luego todo irá bien. Y yo me quedo mirando, con una cara que me gustaría que fuera de póker pero que me parece que expresa exactamente lo que estoy pensando: "oye, pedazo de imbécil, si pudiera no pensar en nada lo haría en cualquier momento y el fin de semana lo pasaría de fiesta"

Así que, cansada, insomne, agotada y frustrada, lo único que me queda es ensayar delante del espejo la cara de póker, porque si no, además del cansancio vital, antes o después me llevaré un par de hostias con la mano abierta de alguien que me haya leído lo de imbécil demasiadas veces en el rostro. 

lunes, 8 de julio de 2013

Supernatural, la crítica definitiva


Supernatural es una serie norteamericana que va de dos hermanos que son cazadores de monstruos, fantasmas, vampiros, brujos, demonios, ángeles... Son cazadores de cosas, en general. Cazadores y cazados, porque Los Winchester, ahí es ná, Sam y Dean, mueren y resucitan varias veces, van y vuelven del infierno, del purgatorio, del cielo, xé, que viajan más que el baúl de la Piquer. 

Podríamos decir que es heredera de una larga tradición televisiva de parejas de investigadores: Mulder y Scully, David Addison y Maddie Hayes, Starsky y Hutch, Charlie y Pope... pero no. Es otra cosa. Sam y Dean son como Cagney y Lacey pero sin faja. Y están muy buenos. Sobre todo Sam.

Como decía, y como se puede ver en la foto, Sam y Dean están muy buenos.
Y aquí vamos a lo realmente importante: los protagonistas de Supernatural están muy buenos. Da igual si  es incongruente como matan a los malos cada vez, si aparecen y reaparecen personajes que pensábamos muertos y quemaos, si se pierde una en las idas de venidas de los sitios, si se mezclan los ritos católicos, con los indios, con los judíos... da todo igual. Los Winchester están muy buenos. Ahora, eso sí, cada uno en su papel: uno en el duro ligón y gracioso y otro en el culto atormentado de voz grave y susurrante.

Y es que a mí esto me pone como las cabrME PONE TONTA. Las voces graves y susurrantes me cautivan. y los Winchester las tienen muy graves y susurrantes cuando quieren. Sobre todo Sam. Me da igual si matan cosas o mueren cosas. Hay voces graves y susurrantes dentro de cuerpos cincelados en mármol y eso es suficiente para mí. No necesito más. ¿Facilona? Sí. Pero facilona con criterio. Voces graves y susurrantes, es lo mío.

Y luego igual también habría que hablar de otros personajes secundarios que aparecen todo el rato y que dan colorcito a la serie: el ángel vengador, el demonio cruel, la demonia que no se sabe si es buena o mala, fantasmas que van y vienen... Pscheeee, vale, hay otros personajes, sí, pero ninguno tiene voz grave y susurrante. No como Sam.

¿Te gustará Supernatural?

Pues no sé. Si te gustan las series de acción fáciles en las que hay mucha sangre pero casi nada de casquería, con tramas demoníacas raritas y malos que a veces son buenos y buenos que a veces son malos, es posible.

Y si te ponen berracTONTORRON/A las voces graves y susurrantes, seguro.

miércoles, 3 de julio de 2013

La rutina

La rutina es eso que hace que se te pongan los pelos de la nuca como escarpias cuando te despierta el despertador del vecino, porque sabes que son más de las siete y media, llegas tarde a trabajar y ya no te quedan excusas. Te pone las gafas aunque aún andes con los ojos cerrados y te pone las zapatillas sin mirar. La rutina mola. 

Es eso que al salir de la ducha empieces a secarte siempre de la misma manera: el brazo izquierdo, el brazo derecho, la pierna derecha, la pierna izquierda... y que te bloquea si has dejado de hacer alguno de los pasos porque notas que te falta algo, aunque no aciertas a descubrir qué.

La rutina es eso que te lleva a la cocina incluso antes de que te des cuenta de que tienes sed, porque eso es lo que pasa todos los días, que tienes sed cuando te levantas, como hoy, como todos los días. 

Es eso que te lleva por la casa con el piloto automático puesto por las mañanas, que hace por tí lo que tú no eres capaz de hacer solo, porque aún no has despertado del todo. Es eso que decide por ti qué ropa te pones casi sin mirar, porque sabes que pega con los zapatos que ya ha decidido que vas a llevar.

La rutina te ayuda a coger el mismo autobús todos los días y a darte cuenta de quién está ya de vacaciones, quién tiene una reunión importante, quién se ha levantado tarde y no ha tenido tiempo de secarse el pelo y que la chica del pelo espantoso va al gimnasio los martes y los jueves. La rutina te avisa de cuándo llega tu parada cuando la chica del pelo espantoso se dirige hacia la puerta para bajar en la próxima. La rutina es tu amiga.

Es eso que te pone un capuchino a primera hora sin rechistar y que se pelea con el correo durante un rato mientras te despiertas, eso que mantiene una conversación intrascendente con tus compañeros de trabajo mientras tu cerebro arranca por completo, eso que te pone a trabajar aunque ni tú misma sepas que ya estás preparada.

La rutina nunca dejaría que te dejaras las llaves en casa.

Bendita rutina.

martes, 2 de julio de 2013

Compra en Sabadell

Hay veces que pienso que hay un gobierno digital en la sombra que ha conseguido que la pantalla del ordenador emita unas ondas ultrasónicas invisibles para el ojo humano pero que borran del ADN los genes de la prudencia y la reflexión cuando uno escoge un nick para registrarse en una página web. Especialmente si es alguna de las chorrocientas redes sociales existentes.

Estoy casi segura de que esa mano negra conspiranoide ha diseñado estas ondas para conseguir que un número cada vez más elevado de personas nutran de contenidos estúpidos y ridículos la Red, convirtiéndolas en pedazos de carne con orejas, descerebrados, inconscientes y desvergonzados a partes iguales.

Cuando esto se hace como algo personal... pscheeee... vale. Pero hacerlo en nombre de un municipio requiere de un grado de imbecilidad tal que no me llega la imaginación.

Y me da un poco de miedo, lo de la imbecilidad, porque además estas ondas tienen otro superpoder: dejar de tener amigos y familia que le quieran a uno y yo no quiero que me pase, claro.

Esta es la única explicación que se me ocurre para lo del vídeo de "Compra en Sabadell": las ondas conspiranoicas han barrido de un plumazo la vergüenza, el criterio y las neuronas (todas) de las personas responsables del vídeo y, además, les han dejado sin amigos que les digan que es una idea espantosa, que van a hacer el ridículo a escala mundial, que van a convertir la ciudad en el hazmerreir del mundo libre y que a partir de ahora va a tener que pasear por su pueblo con pasamontañas.

¿Que no saben a qué me refiero? Vean el vídeo y seguimos.


Al parecer, es un vídeo casero que han hecho unos cuantos vecinos de Sabadell para promocionar el comercio de la localidad.

Me da pena. Me da pena que las ondas malditas embrujaran a todas estas personas y les despojaran de su sentido del ridículo, de su inteligencia, de su vergüenza, de la capacidad humana casi intrínseca de calibrar el impacto de una acción. Porque esto no es fruto de la locura de una sola mente, qué va. Es colectivo. TE CAGAS.

Y no es algo espontáneo: hay un grupo de gente que se ha preparado el dancing, que ha ido de un sitio a otro voluntariamente, que ha escrito la letra, que ha cantado los coros,... De todas estas personas ¿nadie dijo a los promotores o al resto de participantes que era un error, que se iba a volver en su contra porque es cutre y salchichero, que puede ser ofensivo para los vecinos de Sabadell? ¿No tienen amigos, familia, alguien que les quiera y que quiera evitarles esa vergüenza ignominiosa?


Pero aún hay más estupidez en esta movida. Una vez se ha cometido el error de dedicar tiempo, esfuerzo, recursos y todas esas milongas, a grabar las imágenes y montarlas, alguien, especialmente afectado por las ondas del mal, ha subido el vídeo a Youtube y supongo que lo habrá compartido en Twitter o Facebook, orgulloso de su obra. WTF!!!



Y luego la Red ha hecho el resto. En menos de cinco horas ha tenido más de 25.000 visitas. Y comentarios negativos a cascoporro.

Resultado: Sabadell queda fatal porque no queda claro de dónde viene esto y al pobre que "canta" le están cayendo hostias como panes. Todo fatal.

Con la cantidad de gente preparada y competente que puede hacer una campaña de publicidad estupenda...

En fin, ¿qué podemos aprender?
1. En Sabadell tienen cámaras. Supongo que las comprarán en sus comercios.
2. En Sabadell saben subir vídeos a Youtube. Malos, pero vídeos.
3. En Sabadell cantan bastante mal.
4. Necesitamos un filtro para lerds en la Interné, YA. 

Señor, qué cruz...