Ya se sabe, lo malo de la familia es que nos toca y tenemos que jodernos con lo que hay, no podemos escoger. Ni siquiera cuando escogemos a alguien para formar nuestra propia familia podemos escapar, también viene con la propia.
Para mí sigue siendo un misterio inescrutable, esto de la familia. Son personas a las que conozco de toda la vida, literalmente, con las que he vivido lo mejores y los peores momentos de mi vida, literalmente. Son personas que diría que conozco como a mí misma y que aún acaban sorprendiéndome cuando menos me lo espero.
Es curioso lo de la familia, como se puede pasar del amor al odio y al amor y al odio en cuestión de segundos por rencillas no resueltas que se llevan pegadas a la chepa como una garrapata. Es curioso como se notan las oleadas de sentimientos aunque no se oiga nada, simplemente porque una sabe cómo se siente cada uno en cada momento. Es curioso cómo se pueden adivinar los pensamientos siguiendo sólo la dirección de una mirada.
Yo hace tiempo que dejé de ser conciliadora, porque me da igual y porque sé que es batalla perdida. No hay peor guerra que la que se mantiene en silencio entre personas que se han querido y lo último que quiero es que me pille en medio. Hace tiempo que dejé de preocuparme por que todos se sientan bien, porque sé que es imposible.
Sin embargo, a veces, miro alrededor y veo esas caras que conozco mejor que a la mía, pienso en lo fácil que es romper un vínculo que creíamos sagrado y eterno y me dan ganas de lanzarme a dar hostias con la mano abierta, a ver si más de uno espabila.
Pero luego me acuerdo de que con violencia no se resuelve nada, me tomo un colacao y se me pasa.
Un sabio profesor me decía... si uno se siente así con su propia familia, la de sangre y apellido, imaginen convivir con alguien con quien no has crecido, y encima, con sus añadiduras de carne y hueso.
ResponderEliminarFamilias.
Yo estoy un poco hasta los huevos de la mía, en estos momentos desearía haber nacido de un huevo incubado en un orfanato. Y para eso no hay ColaCao que valga.
ResponderEliminar¿Por qué será que todos tenemos "historias" familiares? Yo tengo "revuelta" a la mitad de la familia, por lo que hace tiempo que considero familia a los que viven dentro de mi casa, literalmente.
ResponderEliminarPues Gordi, imagina por un instante que te apellidas Capone, Luciano o Corleone. O que tu primo es Tony Montana. O que tu hermano es Rajoy o tu tatarabuela era Elisabeth Bathory. Eso sí sería motivo de violencia o de insonorizarse.
ResponderEliminarAquellos que se han criado en un orfanato, seguro que quieren una. ¡Por qué tienen hijos los irresponsables!
Hola, Gordi.
Castizamente lo que se dice "en todas las casas cuecen habas y en la mía calderadas". Era así, no?
ResponderEliminarSe dice más con los silencios, séh...
Ah, la familia... ese gran desconocido :***
ResponderEliminarPor suerte, después de la batalla campal incluída en toda Navidad que se precie, te libras de ellos unos meses....
ResponderEliminarSabía yo que, como dice Bio, en todos sitios cuecen habas...
ResponderEliminar¡Comostalpatio, maris!