Pues me pasa una cosa. Sospecho.
Llevo meses sospechando. Malpensando. Flagelándome por malpensar. Felicitándome ante cada evidencia, por pequeña que fuera. Sintiéndome mal por seguir sospechando. Y, oyes, me está matando.
Resulta que me muero de ganas de contar una cosa a los doce vientos pero no puedo. Que no es que no pueda aquí (que tampoco: es muy largo y difícil de contar y no tiene gracia ni nada), es que no puedo en el mundo carnal. A los implicados en la sospecha porque puedo liar un pollo del cáguense en dos tiempos que me joda la vida y a los no implicados porque no creo que me entiendan (excepto Sil, ella creo que sí me ha entendido), y eso me jode infinito.
La cuestión es que es una sospecha. No tengo pruebas. No sé cómo demostrarlo. Ni siquiera sé si quiero estar segura de nada. Preferiría no saber, pero no saber nada.
Sospecho que una persona lleva meses haciendo una cosa digamos... no sé cómo explicarlo... perjudicial para otras. Durante muchos meses. No es algo vital, nadie corre peligro, pero es una putada como un camión. Como digo, no tengo la fuerza de la prueba y no había dicho nada a nadie en todo este tiempo. Me lo había quedado para mí, ahí, jodiendo. Creo que es el único secreto de verdad que he tenido en mi vida, que no le he contado a nadie de nadie, ni siquiera en el blog. Y fíjate, ni siquiera tiene que ver conmigo.
Supongo que me lo había callao porque pensaba que era una sospecha basada, fundamentalmente, en el asco que me da esa persona. Que si decía algo iba a ser incapaz de explicarme sin que trascendiera la repulsión que me provoca y eso iba a hacer que mi exposición de los hechos perdiera fuerza y credibilidad. Que decirlo en voz alta sólo podía ratificar que todo era fruto de mi imaginación. Creo que me daba miedo pensar que se me estaba yendo la cabeza.
Hasta ayer.
Resulta que no soy la única que sospecha. No soy la única que se ha dado cuenta de movimientos extraños. Es más, no soy la única que está dando vueltas a este tema desde hace meses.
Descubrir que no estoy sola en esto me provoca sentimientos encontrados: o soy menos hijadeputa de lo que pensaba y es que realmente canta demasiado, lo que me alivia un poco porque me da la sensación de que mi percepción no es errónea y no estoy loca de atar; o la otra persona es igual de hijadeputa que yo, que también me alivia un poco porque, oyes, mal de muchos...
Lo que pasa es que compartir esta sospecha ha abierto la caja de Pandora. Es como si mi celebro dijera "eh, que no estás loca, los demás se han dado cuenta, coméntalo y sal de dudas". Y me muero de ganas de largarlo todo el rato, de saber si hay más como el otro hijodeputa* y yo.
Hace un par de días, por primera vez, verbalicé todo lo que sospechaba pobre Sil. Como esperaba, sonó todo más ridículo y surrealista de lo que era en mi cabeza. Si cabe.
Y ahora me da miedo que, una vez abierta, la caja de la Pandora esa no sea capaz de contener la sospecha, se me escape algo y no poder controlar las consecuencias.
Ay.
* Desde el cariño, siempre desde el cariño.
Qué quieres que te diga... Ni pobre Sil, ni na. Yo encantada de que me confíes estas cosas. Estoy intrigada con el nuevo episodio.
ResponderEliminarAins, cuando escribes cosas que yo ya sé me siento como la fan que ha estado en el camerino de su estrella favorita y ya sabe qué vestido lleva antes de salir al escenario xD
¡Muas! ¡Guapa!
HEMBIDIA DE SIL. Y qué quieres que te diga, darte cuenta de algo chungo que nadie más ve no es ser hijaputa, sino intuitiva.
ResponderEliminarY yo la liaría parda, pero es que yo soy muy impulsiva y lo de contar hasta diez se me da fatal.
Pues yo creo que si la sospecha ya se empezó a extender, no tienes que preocuparte de liarla parda. Ya lo harán otros.
ResponderEliminarAl menos así de principio, sin saber de que vá la cosa......
Yo no valgo para esto xD. Que no es que se lo cuente a otra persona, es que voy directamente y le digo, "oye, que mira, que creo que haces tal..." xD y claro, qué van a contestar?
ResponderEliminarPues no voy a decir nada, ya he tomado la decisión.
ResponderEliminarOye, a mí me lo tienes que decir. Aunque sea al oído. Tengo todo el derecho. Y el izquierdo también.
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