martes, 19 de febrero de 2013

La chica de ayer

Ayer, medio centenar de jóvenes hicieron que pasara de ser una "chica" a ser una "señora mayor". Ni de mediana edad ni pollas. Una señora mayor.

A cuatro meses de finalizar su formación universitaria, sólo cinco han hecho prácticas alguna vez y dos se las han dejado porque no les pagaban lo suficiente. No tienen experiencia laboral, ni conocimientos al margen de los aprendidos para los exámenes, no han participado en acciones formativas complementarias y cinco han escrito "q tenga" y "¿Xq? "en un ejercicio escrito.

A cuatro meses de salir a venderse son incapaces de mantener un argumento coherente y defenderlo. No tienen ni idea de retórica. Utilizan palabras de cuatro sílabas con la pomposidad de quien no sabe qué significan pero cree que quedan bien y quiere impresionar. He tenido la impresión de que hasta cometían faltas de ortografía mientras hablaban atropellándose unos a otros.

A cuatro meses de convertirse en buscadores activos de empleo ninguno sabe a qué quiere dedicarse, ninguno ha detectado su habilidad especial, esa que podría hacer que les seleccionara para su primer empleo. Todos creen que la ilusión y las ganas son entradas VIP para ser contratados en el trabajo que ellos elijan cobrando un pastizal indecente. No saben qué van a saber hacer pero sí saben cuánto quieren cobrar.

A cuatro meses de ser licenciados no se han tomado la molestia de saber cómo es el sector laboral al que quieren incorporarse, no saben qué servicios ofrecen las empresas en las que creen que merecen trabajar, no se han preocupado en detectar qué capacidad deben cultivar para aumentar su valor de mercado ante los contratadores. No se plantean qué pueden ofrecer a una empresas para que les contraten, sólo se plantean qué quieren hacer y cuánto deben pagarles por hacerlo.

No me interpreten mal. Es admirable que tengan tanta confianza en sí mismos, aunque denota una absoluta falta de análisis de la realidad y crea unas expectativas completamente inalcanzables. Seguramente no se dan cuenta pero parece tontos de remate. De remate.

Francamente, descorazonador.

Mientras hablaba veía su actitud desafiante y recordaba los meses que pasé trabajando a 60 km. de casa antes de acabar la carrera. Las prácticas laborales no remuneradas. Las clases de repaso para pagar el transporte y los libros. Las noches en vela cuidando niños a los que odiaba. El morro que le echaba a las entrevistas de trabajo como si me fuera la vida en ello para trabajar sin cobrar, porque lo que quería era aprender y ser la mejor candidata para el siguiente trabajo. 

Hablaba siguiendo el guión y me preguntaba si yo era así de orgullosa, de exigente cuando no tenía nada que ofrecer a cambio, de confiada. Y me respondía que no. Para bien o para mal, no.

Y me he sentido muy mayor y muy desesperanzada.

24 comentarios:

  1. Mayor no, eres ¡grande!, Gordi, gracias por tu divertida sabiduría...

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  2. Bueno, tampoco creo que todo sea tan distinto, yo no sabía por qué estudié lo que estudié, simplemente pensaba (erróneamente)que con esa titulación ganaría un pastizal. Tampoco me maté por conocer lo que era el mundo laboral y sí, hice prácticas mal remuneradas porque todo el mundo las hacía, tampoco traté de posicionarme en nada. Y asi me ha ido claro.

    Simplemente no estaba preparado para darme cuenta, lo mismo que tus alumnos.

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    1. No sé si fue tu caso pero ellos tienen la oportunidad de que alguien que les sacuda y le ponga la realidad en la cara para ver si se ponen las pilas. Y muestran una pasividad insultante que hace que piense que no se merecen ninguna oportunidad.

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  3. Convertirse en pienso para ganado también tiene mucho futuro...

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  4. Yo les tengo cierta envidia , por que ellos aun tiene ilusiones , yo ya conozco tan bien este puñetero mundo laboral en el que llevo sumergida intentando no ahogarme hace 15 años , luchando por demostrar que siendo mujer, madre, separada y con una carrera de letras no es sinónimo de tonta y/o incompetente , que ahora que llegan las nuevas hornadas ,sin estudios superiores, con sus ganas de comerse el mundo , su prepotencia y su no se hacer mi trabajo pero para lo que me pagan que esperen a que aprenda ,... me siento un autentico dinosaurio y con muchas papeletas de hacer cola en el INEM y escuchar , de nuevo a una jovencta decirme , que no doy elperfil por que a mi edad no sirvo para trabajar bajo presión.

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    1. Algún día alguien se lamentará de haber despreciado tanto talento y tanta experiencia. Y será demasiado tarde.

      A mí no me da envidia su ilusión, porque ni siquiera tienen.

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  5. ¿Es merecedor de más reconocimiento el que ha tenido que sacrificarse dando clases de repaso o caminando distancias indecentes para poder licenciarse? Si bien es algo meritorio, no me parece que sea algo para esgrimir en contra de los jóvenes de los que hablas.
    El tema de saber o no saber qué hacer, hablando de gente de 23 años me parece que nos da para bastante discusión porque, francamente, no sé si ninguno de nosotros está en posición de poder afirmar con rotundidad qué quiere de la vida a esas edades.
    El tema de no saber de retórica o de directamente no saber escribir ya ni lo voy a mencionar porque ahí sí que sí.

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    1. No busco reconocimiento, eso ya lo he tenido llegado el momento. Sí creo que es algo meritorio esforzarse para conseguir algo, y ellos no están por la labor porque creen que lo merecen simplemente por el hecho de ser licenciados, mostrando un desprecio insufrible por la experiencia y el talento ajenos. Y aso sí que no.

      A esa edad, después de haber pasado cinco años en una universidad, si creo que, al menos, deberían saber qué no quieren hacer, o deberían tener una inclinación hacia algo. Y no, esperan que se lo den todo hecho because they worth it, sin más.

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  6. A veces me siento igual que tú excepto en que más que mayor, me siento fuera de lugar. La situación actual solo se explica por un análisis de la realidad propio de Hitler en el búnker de la cancillería del Reich por parte de todos los estamentos del país. Ya no solo por los universitarios de los que hablas, sino por gentes de todas las edades, formación y clases sociales, criados en distintas décadas, que pensaron que los pisos nunca bajan, que eramos europeos, que los bancos son solidarios, que la dictadura era solo cosa de un señor, que con el euro los precios no suben, que la tierra es del viento, que somos hijos del estado, que esto va pa´rriba y que el mundo está hecho de regaliz y piruleta.

    La actitud que describes en ese grupo de futuros extras de "Callejeros" es la misma que muestran sus padres, sus tíos, sus abuelos y demás parientes, con las consiguientes y multitudinarias excepciones que corresponden a tamaña generalización. El problema es que nos ha tocado vivir en un sitio que no nos corresponde rodeados de capullos.
    Besos!

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    1. Estoy de acuerdo en todo contigo. Especialmente en lo de los capullos.

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  7. Resumiendo:
    La asignatura de la vida que uno tiene que aprender al margen de la academia, está fuera del ámbito de intereses de una generación criada de manera sobreprotegida. Aunque seamos serios, en todos los momentos esas actitudes inconscientes y valientes en proporción muy variable son parte del bagaje de la juventud.

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    1. Pues entonces es que yo no he sido joven nunca porque no era tan inconsciente respecto a mi futuro.

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    2. No seas tan dura, Gordi. El grado de inconsciencia y/o" estaba muy en relación con el punto de partida. El que tuvo que dejar atrás una situación de dificultad o carencia no podía permitirse ser inconsciente. Pero los que se habían criado entre algodones podían permitirse el lujo. Suelen ser los que recuerdan su etapa de estudiantes como una etapa feliz....
      PS: yo también me pregunto a veces si fuí joven.

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  8. Gordi suele decir cada vez que nos vemos que me pega unas chapas tremendas. Pero yo pregunto: ¿a quién no le puede gustar escuchar lo que tenga que decir esta mujer? :)

    Estoy con el primer anónimo. Eres grande. ¡Mua!

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  9. A mi me asusta esa ignorancia, se van a hacer taaaanto daño.

    Un besote, mujer que no niñata.

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  10. Egoístamente, espero que toda la gente de mi edad sea así, porque eso implicaría que yo soy la excepción y tendré más oportunidades de encontrar trabajo en alguna de las tres salidas que tengo en mente. Así, quitándole hierro al asunto y eso. Muajajaja.

    PD/ Qué penita lo que cuentas, ahora ya en serio.

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  11. Un día de éstos tendría que contar lo de mi becario, a punto de terminar una doble licenciatura y que parece que se ha caído de un guindo. Y que me frustra infinito por su concepción de la vida, del mercado laboral y por la altísima estima que se tiene.

    Que yo no hice grandes alardes: dar clases durante la carrera para pagarme mis caprichos, una beca muy bien remunerada (75.000 pelas del 97 trabajando cuatro horas al día), un contrato de obra dos años de casimileurista, y de ahí a la GRAN empresa...creo que he tenido suerte laboralmente, por lo menos al principio, luego también algo habrá influido el hecho de currar bien.

    Y ahora, leo los comentarios y veo que cuento algo muy parecido a algo que has dicho más arriba, pero no lo voy a borrar.

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  12. En mi carrera nos insistían mucho para que fuéramos los mejores y nos dedicáramos a la ciencia, con único pago esfuerzo y vocación. A mí me gustaba lo que aprendía, pero me daba cierto asco que nos quisieran "estigmatizar" a los que no éramos tan brillantes. Mi aspiración era sencilla: trabajar en un laboratorio. Sin más aditamentos, ni parafernalias como papers, prestigio, expediente y tal... con lo cual, hacer una tesis doctoral ni se me pasaba por la cabeza. A día de hoy pienso que esos profesores me verían como alguien con pocas probabilidades de éxito o excelencia, como les gustaba decir, en la ciencia. El saber que me/nos veían así me repelía mucho. Mi mentalidad es humilde, tampoco aspiraba a grandes cosas, ni tampoco lo hago ahora. La diferencia con tus chavales supongo, es que yo no tenía claro cuánto cobrar. Sólo pensaba trabajar. Y sí pensaba en que la voluntad, las ganas y el hacer bien las cosas serían mi mejor tarjeta de presentación.
    Y heme aquí, que sin querer hacer una tesis, terminé haciéndola (muy felizmente, tengo que añadir), y podría decirse que estoy en la arena de la que tanto hablaban nuestros profesores, que si prestigio, que si factor de impacto, blablablá... yo lo único que sé, es que menos mal que no me dejé llevar por el rechazo que me inspiraba su idea elitista, porque al final he acabado haciendo una cosa que pensaba que no me iba a gustar y resulta que me apasiona y trabajo con gente más humilde -no por ello sin objetivos, claro- de la que yo pensaba que había.

    No sé, yo tampoco creo que sea ni mucho menos el caso de tus alumnos. Pero me has recordado cómo me sentía los últimos años de la carrera...

    Un abrazo, chavala ;-)

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  13. Lo mejor es ser funcionario. O... no sé, director de la Guardia Civil; cosas así. Me acuerdo que en la Universidad, los profes, le daban mucho al Ballantine's.

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  14. El último chaval que vino preguntando al taller:
    - ¿Aquí se curra los sábados por la mañana?.
    - No.
    - Vale. ¿Hay trabajo para mí?.

    La fiesta, lo primero....

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  15. Acabo de enterarme que mis informes son esperados en la territorial para reirse y mofarse pasandoselo de un "lisensiado LADE" a otro porque usar palabras como concomitante o adolecer, es hablar castellano antiguo. Uno de ellos lo corono cuando reconocio que necesito el diccionario.
    No han leido mas de un twitter y sin ganas de mas, eso si con corbata!!

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  16. en mi tfno no tengo acentos.

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