miércoles, 30 de enero de 2013

Canciones bonitas I

Oh there been times that I thought I couldn't last for long 
But now I think I'm able to carry on 
It's been a long, a long time coming 
But I know a change gonna come, oh yes it will 
Sam Cooke A change is gonna come

A veces pienso que no voy a poder aguantar mucho más. A veces no, muchas veces. Casi todos los días últimamente, hay que joderse pa no caerse. Otras, sin embargo, como hoy, ahora, me doy cuenta de que voy a ser capaz de seguir adelante, es lo que tiene no morirse, que a una no le queda más que vivir, sin dramatismos, oyes.

Y es que queda mucho por venir, que igual hay días que una se nubla un poco, pero son cosas que tiene la vida esta que no nos deja apagarnos un ratito y resetear, no, joder, CAGONLOSTIAPUTA, que una tiene que levantarse al día siguiente y hacer las cosas que le tocan. Y hay muchas cosas por hacer, a ver si se creen que esto se mueve solo... pero es que hoy, ahora, es otro día, y sé que algo va a cambiar, algo pasará que hará que este día sea diferente aunque parezca la misma mierda.

Oh, sí, algo va a cambiar, de eso estoy segura. ¿Ustedes no? El cambio es inevitable. Ya se lo voy contando, si eso.


Gracias, @Cuervajo, por tu inspiración.

lunes, 28 de enero de 2013

"Cosas"

Nunca he sido descuidada. Pueden contarse con los dedos de una mano las cosas que he perdido o no sé dónde han acabado. He tirado o regalado cosas y luego me he arrepentido, sí, pero eso no cuenta. Soy extraordinariamente desordenada pero suelo saber dónde está cada cosa en el enorme caos que domina mi vida.

Tampoco he sido olvidadiza. Apuntaba todo, y eso ayuda, pero aunque no lo hiciera tenía buena memoria y, por lo general, me iba bien. No he sido un genio despistao de esos. Genio, por razones obvias, soy de letras, pero despistada, tampoco.

Por eso me encuentro muy perdida últimamente. No me entiendo. Me pasan "cosas". "Cosas" muy raras en mi mismidad.

Cojo autobuses y metros que no debo.

Me paso de parada. Casi todos los días.

Olvido citas.

Me cuesta tomar decisiones.

Me estoy volviendo terriblemente piquismiquis e intolerante.

No hago cosas que debo hacer y hago cosas que no sirven para nada.

Me dejo mis cosas en cualquier sitio: las gafas en casa de mis padres, la cartera en el cajón del despacho, la tarjeta en un pantalón que no llevo puesto, mi crema de manos favorita en el autobús, el peine en el probador de H&M...

He dejado de remar. De tirar del carro de la gente y eso. Estoy cansada de estirar de todo el mundo y he decidido limitar a lo imprescindible hacer esfuerzos que sólo me traen sinsabores. O esfuerzos, vaya, en general.

Mal. MUY MAL.

Casi siempre estoy acompañada pero me siento sola y me cuesta ir, como si siempre hiciera mucho viento, viniera de cara y yo fuera cargada con la maleta a todas partes.

Es como si hubiera tirado la toalla y me dejara llevar, con el celebro siempre en off, esperando que alguien piense por mí .

He tenido momentos mejores, sinceramente.


jueves, 24 de enero de 2013

Cosas pequeñas que hacen la vida menos rubia

- Las bridas de plástico para sujetar los cables.
Yo me imagino a un señor inventor, un día en su casa, intentando entender la maraña de cables de detrás del mueble del comedor: la tele, el vídeo, el decodificador, la cadena de música, la lámpara de mesa, su reputa madre... Le veo dirigirse al pequeño taller que tiene en la salita y en el que puede trabajar cuando a su mujer no le da por utilizar la máquina de coser... Le veo enredarse ahí, durante horas, maquinando algo que le permita ordenar los cables con algo que no sea celo y cuando se quite se quede el pegamento ahí, dejándolo todo apegaloso... Veo su frustración tras varios intentos con pequeños mecanismos que se rompen, ceden, se lían... Y veo su cara de satisfacción al descubrir el milagro de las pestañas y el ganchito... y, oye, que se me pone la piel de gallina.

Briconsejo: si vas a jugar a ponértelas de pulseras... digamos... inmovilizadoras, procura tener a tu alcance unas tijeras.

- La medida estándar de los palos de escobas, mochos y eso blanco con pelusita.
La persona a la que se le ocurrió que las herramientas de limpieza doméstica, (a.k.a. fregona, mopa y escoba), tuvieran un agujero de tamaño estándar, con una rosquita en la que encajan TODOS los palos que se venden por ahí... merece una vida placentera como casi nadie.

Briconsejo: por favor, que alguien invente también la longitud estándar de los palos, los que medimos más de 1'50 cm. y nos fijamos sólo en tonterías lo agradeceremos MUCHO.

- Las cosas para sujetar el pelo: gomas, ganchos, diademGOMAS Y GANCHOS.
Mira, yo es que veo un gancho para el puto pelo y se me ponen los ídem como escarpias. Un aplauso a los inventores que han vivido por y para el bienestar de las mujeres, que como somos gelipollas nos da por dejarnos el pelo largo aunque no sepamos qué hacer con él.

Briconsejo: hay un sinfín de oportunidades en el mundo de la comodidad de las diademas detrás de las orejas, insistid ahí. Total, que es un trozo de algo curvadito, no puede ser tan difícil, por el amor de dios...

- Los imperdibles.
Que sirven igual pa un roto que pa un descosío. Literal. Cualquiera que tenga afición a estirar de los hilos que salen de la ropa sin pensar en qué sujetan está condenado a llevar varios imperdibles si no quiere que le denuncien por escándalo público.

Briconsejo: incluso aunque llevéis una caja de imperdibles en el bolso no estiréis de los hilitos que salen de la ropa, sobre todo si están en las costuras que sujetan las diferentes partes, véase, costuras laterales de lo que vienen siendo los interiores.

- Los paquetitos de toallitas mojadas.
¿Que tienes que salir corriendo después de almorzar a una reunión, te huelen las manos a bocata de tortilla de atún y hay cola para entrar en el baño del bar? Toallita mojada. ¿Que la lers de la perfumería no tiene nada para quitarte las pruebas de los 386.984 labiales que has probado en el dorso de la mano? Toallita mojada. ¿Que no hay papel en el váter? Toallita mojOJOCUIDAO.

Briconsejo: si vas a limpiarte el toto, mira a ver que no lleve colonia, que pica.

De nada.

¿Alguna más?

lunes, 21 de enero de 2013

Dame una señal

Pues es que, verás, necesito una señal.

Necesito saber si me lees, si te asomas de vez en cuando, para comprobar si sigo siendo yo o me estoy perdiendo por el camino. Necesito que me digas que todo va a ir bien, imaginarme tu sonrisa mientras soplas el café caliente y mueves el vapor a tu antojo.

Parece que has desaparecido pero te noto cerca. Por ti, por tu ausencia, he aprendido el significado de lo del aliento ese en la nuca del que se habla tanto. Que tiene huevos, que haya aprendido esto vestida y mientras escribo.

Como un fantasma, a veces noto tu mano cerca, como si fueras a darme en el hombro así, con el dedito. Me vuelvo rápidamente y no estás. Pero no sé si no puedo verte porque te has fantasmalizado completamente o porque realmente no estás. No sé y eso me mata.

Porque, verás, yo querría intentar que no me afecte, pero tengo el intentómetro saturado últimamente. Diría que no me da la vida para ocuparme de estas cosas, pero me ocupan.Y me perturba más de lo que me gustaría. Que no me gusta nada, te lo digo ya.
Necesito saber si estás.

No hace falta que te guste, no hace falta que te parezca bien, no me importa tu opinión, sólo necesito saber si estás o no.

C*ñ*, manifiéstate, haz el favor.

jueves, 17 de enero de 2013

Circulen, hoy no hay post.

... y hoy no hay post porque no me salen cosas bonitas y estoy muy emo y muy negativa y me echan la bronca con razón y me hacen pensar y ya pienso demasiado y sólo me faltaba andar maquinando en que sí tienen razón aunque me dé rabia que la tengan y sepa que lo dicen porque me quieren pero es que no tengo fuerzas ni ganas para poner buena cara a los días que ya tengo bastante con levantarme por las mañanas y no llorar todo el rato incluso aunque no tenga motivo y a veces incluso no sepa por qué... *

Pero estoy bien. No, en serio, estoy bien.

Como decía, hoy no hay post.



* Aquí van las comas que faltan: ,,,,, Y aquí los puntos: ..... Las y pueden buscarlas ustedes mismos, no querrán que lo haga yo todo.

miércoles, 16 de enero de 2013

Obsesión

No sé si se habrán dado cuenta pero soy pelín obsesivo-compulsiva. Nada. Un poquito. La puntita nomás. Xé, un no res.

No tengo del todo claro si es un estado permanente o tratable porque una vez que tenía ronchas en las manos, cuando el psiquiatra empezó a escribir su informe me di cuenta de que tenía las manos sucias, salí a lavármelas y nunca más volví pero, vaya, que se me quedó mirando por encima de las gafas y me dijo "esto tiene toda la pinta de ser un comportamiento obsesivo-compulsivo y vamos a tener que trat..." y aquí fui a lavarme las manos y a ponerme hidratante.

El caso es que, entre otras chorradas, esto significa que cuando se me mete algo en la cabeza no hay manera de pensar en otra cosa. Todo gira en torno a eso. Eso domina mi vida, tiene la culpa de todo y es consecuencia de todo. Eso me quita el sueño, me desvela cada noche, durante horas. Eso es el principio y el fin, el alfa y el omega, el Pi i Margall.

Y ahora llevo un tiempo pensando, compulsivamente, en tres cosas:
  • Que he tardado demasiado tiempo en decidir que quería ser madre y ahora no hay manera. Soy demasiado mayor. Es demasiado tarde. Ya está. No está de dios y me cagonlaputa de oros.
  • Que estoy condenada a quedarme sola el resto de mi vida, que envejeceré sin un compañero que me quiera y a quien querer, que nunca volveré a decirle a nadie "te quiero". Que soy el animal mitológico favorito de nadie.
  • Que han cerrado el Ann Summers de Valencia y voy a tener que comprar on line*. Y LO ODIO


* Recuérdenme que les cuente frente a una cerveza la intensa relación epistolar que mantengo desde hace casi tres meses con Emma, responsable de atención al cliente de una conocida marca de zapatos británica.

martes, 15 de enero de 2013

Escribe sobre lo que conoces

¿Sabes esas frases que escuchas no sabes dónde un día y se te quedan incrustadas en el celebro para siempre?

Una de las mías es "escribe sobre lo que conoces". Me suena a Mujercitas pero podría ser de Stephen King o del Don Miki, vete a saber. Aunque estoy casi segura de que es de Mujercitas, tengo en la cabeza a Gabriel Byrne dándole a Jo March-Winona* el mejor consejo de su vida: que se deje de zarandajas, de dragones y castillo y escriba sobre lo que conoce. Y Jo sólo se conoce a ella y a sus hermanas. Sí, creo que es de Mujercitas, de Lousie May Alcott.

Pues eso, que soy muy fan de esta frase, creo que es uno de los mejores consejos que se le puede dar a alguien que escribe, además del "pon los signos de interrogación y exclamación del principio".

Por eso, en días como hoy, me resulta especialmente difícil escribir en este blog personal.





*La peor versión de todas, aunque salga Christian Bale. Mucho mejor las versiones de 1933 de George Cukor o la de 1949 de Mervin LeRoy.

lunes, 14 de enero de 2013

Frivolidades

Los regalos molan. Molan mucho. Cuando alguien te hace un regalo significa que se ha acordado de ti y, aún más importante, que con motivo o sin él ha consumado la cuestión práctica: ha comprado o hecho algo para ti. Esto mola mucho. Es una evidencia clara de cariño.

La repanocha es que alguien te haga un regalo que te guste de verdad, porque se nota que te presta atención cuando dices que te hace falta no sé qué o que te gusta mucho no sé cuántos. Entonces MOLA MUCHÍSIMO.

Yo soy muy facilona: me pongo muy contenta con cualquier cosa y todo lo guardo, aunque hay cosas a las que tengo un cariño especial, claro: un rimmel, un libro, una taza, un ángel, un retrato a retulador, una Señora Increíble... Ya saben, tengo un Diógenes de libro y lo mío son los pongos.

Sin embargo, aunque agradezco muchísimo cualquier regalo, hay veces que me perturban, porque tengo la sensación de que las personas que me los han hecho o no me conocen nada, o les da un poquito igual que me gusten o no. La pena es que se convierten en pongos que almaceno y que, antes o después yo misma regalaré a alguien. Soy muy del reciclaje y la reutilización.

Todo este rollo viene porque hace unos días me regalaron una plancha para el pelo. 

Tengo el pelo liso. Muy liso. Nunca me he planchado el pelo. Normalmente no uso ni el secador. Aprovecho la mínima oportunidad para ir a la peluquería y todo el mundo lo sabe. ¿Para qué coño iba yo a querer una plancha para el pelo? Me sorprendió mucho el regalo pero, oyes, lo que cuenta es el detalle.

Intenté usarla pero sólo conseguí quemarme unos pelos de la ceja izquierda (no pregunten) y se me quedó el pelo... digamos, raro. Hacía un ruidito raro, como cuando se queman las gambas en la plancha, y me dio cosita. No creo que vuelva a usarla.

Cuando guardaba la caja de la plancha en el armario de los pongos vi la caja de spa de pedicura, la almohada masajeadora y el torno para la manicura. Y me di cuenta de que todo me lo había regalado la misma persona. Un pequeño esfuerzo me trajo otros regalos: unos pendientes, un pack de esos de fin de semana relax en una casa rural... una pulsera de Tous.

Ajá.

Yo no llevo joyas, especialmente de Tous, igual pendientes, de vez en cuando, pero casi nunca llevo nada en las manos. No soporto el campo, NO LO SOPORTO. Y estoy sola ¿con quién coño pensaba que iba a ir a la casa rural esa? Y, los demás, pues eso, voy a la peluquería, a la esteticien y al fisio habitualmente. No utilizo nada de eso.

Todo esto me llevó a reflexionar cómo me veía esa persona que yo pensaba que me conocía tan bien para regalarme todas esas cosas a lo largo de los años y la respuesta era clara: pensaba que soy una hedonista preocupada por mi imagen y mi bienestar. Nada de regalos intelectualoides, al grano. Jotía, qué fuerte.

Al cabo del rato me concluí a mí misma que tenía razón y me hice la manicura.

viernes, 11 de enero de 2013

Cosas que no sé hacer a la primera

Abrir una lata de refresco
Abrocharme el sujetador
Aceptar un cumplido
Aceptar una invitación
Acertar en la Primitiva
Beber de un botijo
Besar sin lengua
Calcular números: personas, metros cuadrados, veces que pierdo el autobús...
Calentar la leche a la temperatura perfecta
Callar
¿Capital de Australia?
Decir Que te den
Decir Te quiero
Desmelenarme
Despedirme para siempre
Detectar a una mala persona
Dividir con decimales
Doblar un papel por la mitad exacta
Enhebrar una aguja
Entender los porqués de otros
Escribir relaziar
Escuchar una canción sin cantar
Explicar mis porqués
La maleta
La regla del tres
Levantarme cuando suena el despertador
Mandar a la mierda
Multiplicar con decimales
Nadar a mariposa
No oler la comida
Olvidar las malas experiencias
Perfilarme los labios
Planchar la raya del pantalón
Reconocer las canciones de Alejandro Sanz
Recordar el nombre de esta que sale en Premonición… sí, la que hace de hada algo en El señor de los Anillos... sí, hombre, sí, la delgaducha rubia…
Ser
Usar la mano izquierda


(Publicado el 15 de mayo de 2010)


Odio este post. 

jueves, 10 de enero de 2013

Mañana será otro día

Deseadme suerte. Apretad los puños y pensad muy fuerte en que todo va a ir bien. Cruzad todos los dedos que podáis, los brazos, las piernas, las orejas, poneos bizcos. Encended velas y rezad a los santos, si tenéis fe. Mandad buenas vibraciones a cascoporro. Porque no puedo más y me siento todo el tiempo como si fuera a saltar al vacío.

Y es que cualquier día de estos me da por mirar el santoral y descubrir que es San Veteatomarporculo, me cago en tó lo que se menea, se me olvida que tengo miedo de quedarme en la puta calle y no servir pa ná más, cojo la bolsita donde guardo mis cosas y me largo sin mirar atrás. 

Que luego igual me muero del susto, me arrepiento, me suliveyo, me doy de cabezazos contra la pared porque la cosa está mu malita, lloro, pataleo y me compro un loro pero, OYE.

O no.

A lo mejor cualquier día de estos sólo es otro día* y todo puede ir a mejor.


Quién sabe.



Agradezco la inspiración a @Cuervajo y @NewIlluminatus. Mañana será otro día.

miércoles, 9 de enero de 2013

En tensión

Ay, estoy muy tensa. ¿Ustedes lo notan? Válgame, estoy fatal.

Estoy cansada. Derrotada. Necesito dejar de sentir esa preocupación que tensa la espalda, contrae los omóplatos y se queda ahí, todo el rato. Siempre. 

Hago los estiramientos estos que mandan los fisios y, aún así, a veces estoy en una situación conceptualmente relajada y me doy cuenta de que estoy en tensión, que nunca descanso. Y me siento frustrada porque no soy capaz de relajar la espalda y disfrutar el momento. Así que, además de tensa y frustrada, me enfado.

Y vivo enfadada. Intento que se me note lo menos posible, controlar el mal humor, las salidas de tono, la bordería. Y casi siempre me sale bastante bien pero, claro, todo eso se va quedando, se va quedando... y las madalenas no dejan sitio nomás que ahí arriba, bajo el cuello, en la curva que construye los hombros. Y...

Y entonces, cuando llega la hora de acostarme y no sé cómo ponerme del dolor, recuerdo el casete aquel que me regaló una amiga loca de mi madre cuando era pequeña, que tenía poderes para matar a los mostruos que vivían en el armario y no me dejaban dormir. 

Recuerdo el sonido del mar y las gaviotas de fondo, que se convertían en susurros del viento entre las copas de los árboles, hasta que volvían a un mar más calmado y lejano. Recuerdo aquella voz mejicana masculina, grave, modulada, perfecta, que me guiaba lentamente desde los dedos de los pies hasta los pelos de la cabeza, en un recorrido que entonces no entendía, pero que me ayudaba a dormir, porque hacía que me olvidara de las terribles amenazas que se escondían por todas partes. 

Y entonces, mientras agradezco a la loca aquella que me regalara aquella tontería de grabación relajante, me duermo pensando en el sonido del mar.


lunes, 7 de enero de 2013

Por fin

Han terminado las fiestas del horror. Por fin.
Sí, POR FIN.
Cuando una sufre tiene una familia disfuncional con problemas de relación, emocionales, sentimentales, drogas, alcoholes, pérdidas, enfermedades varias y esas cosas las fiestas navideñas son una bomba de relojería a punto de explotar cada cinco segundos: tenemos que pasar demasiado tiempo juntos. Es un estrés del copón. Una puta mierda vaya.

Fíjense si chez Gordi debe emanar mal rollo que no hemos tenido Reyes Magos. O igual es porque hemos sido más malos que la tiña, vete a saber.

La cuestión es que, a pesar de lo mucho que me gustan conceptualmente estas fiestas llegado este punto me alegro de que se acaben. Al menos el resto del año no vemos reflejada la mierda en la purpurina de los adornos navideños ni en el espumillón dorado. En Navidad parece que todo canta más, que es todo más mierder, si cabe.
Al final van a tener razón los Grinch del mundo y esto de los buenos sentimientos y las alegrías es una chorrada que no vale la pena celebrar. A lo mejor sería más sensato olvidarnos de todo, dejar de hacer de tripas corazón y ponernos mode Mister Scrooge on cada año, que parece que mola más. No sé...

Lo pienso cada año. Me lo repito en silencio cada año, cuando un día como hoy ayudo a mi madre a recoger los adornos que ponemos con ilusión unos días antes de Nochebuena: el año que viene no me pilla el buen rollo, ya verás, me invento un viaje de trabajo que va a impedirme estar aquí en Navidad, o algo, porque no quiero volver a pasar por esto. El año que viene, otra vez, no.

Pero luego, un día que como en casa de mis padres a pocos días de Nochebuena mi madre me pregunta si le ayudo a adornar la casa. Veo los adornos, miro a mi madre, sonriente porque sabe cuánto me gustan y me siento arrebatada por una ola de esperanza que me sube desde las rodillas hasta la mitad del pecho. No sé por qué, pienso que este año va a ser diferente, que alguno de nosotros ha cambiado, que todo va a ser normal, al menos.
Y no. Sigue siendo igual.
Año tras año. 
No sé cuándo dejaré de sentir esa esperanza, ni si algún día se acabará pero, de momento, tengo la sensación de que me pondré muy triste si pasa. A pesar de todo.

viernes, 4 de enero de 2013

Me gustas

Me gustas porque nombras a Gramschi, a Marx, a Habermas, a la Escuela de Frankfurt, para rebatir mis argumentos de rubia teñida. Me gustas porque te levantas de la cama de repente para recolocar el edredón exactamente como me gusta. Me gustas porque me traes la cerveza al sofá antes de que yo misma sepa que me apetece. Me gustas porque me acaricias la espalda cuando remoloneo por las mañanas, para animarme a salir al mundo. Me gustas cuando te quejas del frío que hace pero dejas la ventana abierta porque sabes que lo necesito. Me gustas cuando te pegas a mi cuerpo para que entre en calor. Me gustas cuando sonríes y te acaricias la barba mientras me ves luchar contra el abrefácil. Me gustas cuando me pides permiso para usar mi portátil. Me gustas cuando te quitas las botas. Me gustas cuando me mandas un mensaje para comentar lo que escribo. Me gustas cuando te ríes de mis manías pero las respetas todas. Me gustas cuando me dices que de tonta no tengo un pelo. Me gustas cuando paras la botella de agua a mitad de camino y coges un vaso. Me gustas cuando intentas rebajar la tensión con un beso y un cachete en el culo. Me gustas todas las veces que estiras la toalla cuando yo la dejo hecha un guiñapo. Me gustas cuando me ayudas a buscar las gafas. Me gustas cuando te levantas a comprobar que la puerta está bien cerrada. Me gustas cuando apareces con la cerveza que me gusta. Me gustas porque quitas tu móvil y pones a cargar el mío antes de dormir. Me gustas porque no me dices lo que debería leer. Me gustas porque sabes qué es el hipotálamo. Me gustas cada vez que me dices lo sexy que estoy. Me gustas porque dices que me conoces y es cierto. Me gustas cuando me ayudas a quitar los adornos de Navidad aunque te rías de mis niñerías. Me gustas cuando apagas la velas junto a la ventana para que no huela a quemado. Me gustas porque tu piel es suave.

Por el amor de dios, pedazo de animal ¡no riegues las plantas con el culo de la cerveza!

miércoles, 2 de enero de 2013

100 cosas mejores que comprar con menos de 70 euros

Hace unos días, aún no sé bien cómo ni por qué, me metí en un fregao en Twitter de esos que luego no te acuerdas cómo ha sido, pero que colea. 

El resumen es que se conoce que llega una edad en la que a los hombres una estación metereológica de sobremesa les parece LO MÁS. WTF!!! Estáis de coña.

Yo no soy muy de listas y no sé de quién fue la idea pero nos retamos a hacer una lista de "100 cosas mejores que comprar con menos de 70 euros". Para un hombre. Bichejo y yo juntas. 50/50. Ahí es ná. Es un buen comienzo para dominar el mundo.

Esta es nuestra lista:
  1. Abono transporte
  2. Afinador de guitarra/púas/funda
  3. Albornoz
  4. Alcohol
  5. Altavoces para el ordenador
  6. Balón de baloncesto/fútbol
  7. Barrilito de cerveza de 5 litros
  8. Batín de Calvin y Hobbes
  9. Billete de avión
  10. Bolígrafo molón
  11. Braga (para el cuello, de esas de forro polar)
  12. Caja de herramientas
  13. Calendario personalizado
  14. Calzoncillos de Calvin Klein
  15. Camiseta del equipo favorito
  16. Camisetas de superhéroes y/o grupos heavies
  17. Cargador de móvil para coche
  18. Cartera monedero
  19. Casco de bici
  20. Cata de GinTonic
  21. Cena para dos
  22. Cepillo de pelos eléctrico
  23. Champagne del bueno
  24. Chándal
  25. Cheque de 70 € de la FNAC
  26. Cien gramos de angulas
  27. Cocktelera
  28. Condones
  29. Contador de pulsaciones cardíacas
  30. Corbata
  31. Cortapelos eléctrico
  32. Cremita para las arrugas
  33. Decantador de vino
  34. Depósito de gasolina
  35. Disco duro externo de chorrocientas teras
  36. Dominio para el blog durante siete años
  37. Dos meses de tarifa plana de Internet
  38. E-book
  39. Entrada de concierto
  40. Entrada de partido de algo
  41. Entrada para la ópera
  42. Entradas para el zoo
  43. Esas cosas acolchaditas que se ponen en los cinturones de seguridad de los coches
  44. Esposas
  45. Forro polar
  46. Funda para el ipad
  47. Funda para la cámara de fotos
  48. Gafas de sol
  49. Guantes para moto/bici
  50. Guantes para móvil táctil
  51. Guitarra barata "para aprender y romper la mano"
  52. Juego de la Play
  53. Juego de liar tabaco
  54. Juego de ordenador
  55. Juego de poker: tapete, fichas...
  56. Juego para medir la temperatura del vino y esas cosas
  57. Kilo de jamón
  58. Lamparita de pinza para leer
  59. Libros
  60. Lijadora eléctrica
  61. Loro (de los de música)
  62. Mando a distancia universal
  63. Máquina de afeitar eléctrica
  64. Marco digital
  65. Masaje sin final feliz
  66. Mascota barata (tipo conejo o hámster)
  67. Miles de dados frikis
  68. MP3
  69. Mueble archivador
  70. Pack serie TV completa
  71. Palomitero
  72. Panderetas
  73. Parque de atracciones
  74. Patines
  75. Perfume
  76. Pijama de Superman
  77. Porno
  78. Putas
  79. Quinielas para todo el año
  80. Radio-despertador de diseño
  81. Ratón gamer de mil botones
  82. Reposa ordenador para portátil
  83. Seis botes de Nesquik de vainilla
  84. Set de botellas de vino
  85. Set de teclado y ratón inalámbrico
  86. Siete entradas para el cine
  87. Siete muñecos de PacMan para decorar estanterías
  88. Suscripción a la revista favorita
  89. Tablet de segunda mano para leer cómics
  90. Taladro eléctrico
  91. Teclado para el ipad
  92. Tomtom baratero
  93. USB de diseño
  94. Vale de "experiencia inolvidable", tipo conduce un Ferrari
  95. Vasos chulos para los cubatas
  96. Visita a una exposición
  97. Zapatillas de ir por casa
  98. Zapatos
  99. Zippo personalizado
  100. Zurrón
Vamos, como dice Bichejo, básicamente cualquier cosa que no sea una estación meteorológica.
 
¿Alguien tiene algo que decir? Sí, eso pensaba.