martes, 31 de diciembre de 2013

Suerte

Llevo unos días pensando en qué escribir para el último día del año, de este año de mierda.

Ya he hecho una lista de cosas favoritas (aunque algunas se me han quedado en el tintero) de este 2013, agárramela que me crece, así que tiene que ser otra cosa. Y no quiero que sea nada malrollista, que para eso ya tengo dos orfidales preparados para esta noche y muchos días por delante.

Pues eso, que llevo unos días pensando, pensando... cuando la respuesta la tenía justo delante de las narices.

A pesar del año miérder, a pesar de las pérdidas, del mal rollo infinito, de los vaivenes de la vida, acabo el año con la sensación, o la esperanza, de que el 2014 será mejor. Y que nos traerá algo de suerte.

Porque la suerte, o el azar, como prefieran, es necesaria en la vida. Esquiva e impredecible, pero necesaria.

Y es que la suerte, o el azar, como prefieran, una poquita, puede dar un giro a nuestras vidas y hacer que todo sea un poquito mejor. O un muchito, depende, pero yo con un poquito a veces me conformo.

Pues eso que deseo buena suerte para todos para el año nuevo que empieza.

Suerte de verdad de la buena.
 

Feliz Año Nuevo


Bich, te quiero, pero sabes que tenía que acabar así. No había otra manera.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Sé feliz. Se pega

- Tía, a mí me gusta estar contigo porque juegas mucho conmigo y siempre estás contenta y me pones contento pero cuando me voy no, que yo tampoco estoy contento cuando me voy. Me voy a llevar el dibujo para no estar triste.


Y a mi me parece lo más bonito que se le puede decir a una persona. Que le pones contenta, que le das buen rollo, que cuando se acuerda de ti o algo le recuerda a ti se le olvida la tristeza, manque sea un poquito nomás.

Me van a perdonar pero me he quedado una de las sugerencias de Newland23 para las Trece cosas para mí porque quiero que se quede aquí, recordándome lo importante que es andar por la vida dejando buen rollo, porque siempre vuelve. SIEMPRE.

 

Y para 24 horas de felicidad, pueden visitar www.24hoursofhappy.com.

martes, 24 de diciembre de 2013

Estos días

Qué difícil es poner buena cara cuando las cosas van mal. Y cómo jode cuando todo a tu alrededor te empuja, casi te obliga, a ser feliz. Especialmente cuando tienes la sensación de que todo va mal. Cuando faltan personas a las que quieres. Cuando tu situación económica es realmente mala. Cuando echas de menos a personas a las que quieres. Cuando, simplemente, no tienes el chichi pa farolillos. 

Yo lo sé, como lo sabemos todos.

Lo sé, en serio. 

Sin embargo, un año más, este año que se acaba y en el que había puesto Glandes esperanzas, me sigo resistiendo a rendirme al mal humor y a la tristeza.

Un año más, quiero sumarme a eso que parece tan demodé de desear felicidad. Me gustaría mandársela en un paquetito a cada uno, pero no va a poder ser. Pero pueden darse por felicitados y queridos. No sólo para estos días, qué va. Me siento generosa y les deseo que sean felices y les quiero siempre.


lunes, 23 de diciembre de 2013

Pensemos

A lo mejor la cuestión no es si tengo que empezar a pensar o no en conformarme con cualquiera. A lo mejor es que tengo que empezar a pensar en conseguir que cualquiera se conforme conmigo.

El 2014 va a ser el Año Internacional de la Búsqueda de un Parejo para Gordi. 

Voy a necesitar vuestra ayuda. Empecemos a pensar. Caris.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Estamos trabajando en ello

Qué quieren que les diga, hace poco más de una semana que hemos empezado con las trece cosas de dar buen rollo y, hoygan, yo estoy encantada. ¿Se podría mejorar? Rotundamente, sí. ¿Estamos poniendo mucho amor? Rotundamente, también.

Aunque parezca increíble, además de Bichejo, que se ha sumergido con servidora en el proceloso mundo del bloguerismo comunitario buenrollista, una veintena de tuiteros y blogueros han querido sumarse a esta tontería de recordar cosas chulas y/o graciosas y compartirlas con el resto.

A veces me queda la cosica de que alguno se desanime, porque ya ha enviado su colaboración y no ha sido publicada aún pero luego pienso que esto va del buen rollo y que todos van a entender que no se puede publicar todo a la vez. Tengan paciencia,




Nos quedan los últimos días del año y, aunque yo no soy muy de listas, espero poder publicar alguna que recoja lo que ha significado el 2013 para mí y me encantaría contar con las vuestras. Se conoce que lo de las listas triunfa en la Red, aunque no entiendo muy bien por qué...


¡Sigamos jugando!

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Lo del karma

Hace un par de días me dieron una noticia que me puso muy contenta, MUY CONTENTA, instantáneamente, pero que me está trayendo una poca de desazón posterior.

Es una noticia que a mí me pone muy contenta pero que resulta que es muy chunga para la otra persona, a quien, por abreviar, llamaremos Personaquemásascomedadelavida. 

A ver si lo explico bien:
Personaquemásascomedadelavida=
MUY MALA NOTICIA
Gordi=MUY BUENA NOTICIA

El caso es que tras la euforia inicial me ha dado por pensar en lo del karma. Porque si una cosa he aprendido en esta vida es que lo malo siempre vuelve, sin dramatismos ni misticismos ni mierdas, siempre vuelve, y yo le deseo lo peor. Y que igual me vuelve.

Yo no he hecho nada para que esa persona experimente esta circunstancia desfavorable en su vida pero me alegro. Me alegro tanto que es una de las mejores noticias de esta mierda de año. Tampoco es que pueda medir cuánto me beneficia: no va a suponer ninguna mejora tangible en mi vida, simplemente, voy a sufrir menos. Que no es poco, eso sí.

Es ruin, rastrero, mezquino, rencoroso... me da igual como queramos llamarlo. Dice muy poco en mi favor. Quizás debería sentirme un poco mal, pero no. Me siento fenomenal. Sólo estoy un poco así por si lo del karma.

Pero un poco. Un poco sólo porque no me importa. No me importa parecer una perra rencorosa o cruel.

Me alegro. Me alegro mogollón. Y nada, quería compartirlo con ustedes.

martes, 17 de diciembre de 2013

Oscar

Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.
Oscar Wilde 
Oscar Wilde es uno de los pocos ¿artistas? ¿personas? ¿ideas? por los que he sentido pasión verdadera. pero pasión, pasión. Curiosamente, hasta ahora era algo así como un secreto: aunque lo he comentado en alguna ocasión, no tengo demasiadas oportunidades como para hablar de la vida y obra de alguien como Oscar. Y no sé si esto dice mucho o poco sobre mí y sobre mi capacidad para rodearme de personas con las que no tengo nada en común...

A lo que iba.

Para mí es Oscar. 

Oscar me fascina. Me fascina la idea que siempre he tenido de él, de cómo creo que era, de lo que espero que pensara sobre determinadas cosas. Durante muchos años pensé que era por su indiscutible talento literario, por su soberbia, su inteligencia, su valentía, su esteticismo, su imaginación sin límites, su personalidad excesiva o su decadencia calculada. pero con el tiempo me he dado cuenta de que no.

Oscar me fascina porque se construyó a sí mismo como personaje. Vivió casi como quiso y retó a su tiempo. Se rebeló contra las normas o se aprovechó de ellas según le vino en gana. Ganó unas veces, con fingida indiferencia, y perdió otras muchas con descuidada elegancia. No fue un inadaptado, fue un adaptador. No sólo no se escondió, se mostró al mundo, ufano, orgulloso de su brillantes plumas. 

Oscar fue un superviviente y, escuchando cuidadosamente este documental, con mi maltrecho inglés floreciendo a cada paso, me ha recordado que las cosas que se hacen con pasión perduran en el tiempo, por mucho que el tiempo cambie.


Y esta página ha tenido la culpa de que haya empezado a leer de nuevo De profundis.

Por favor, disfruten de Oscar. Disfruten con pasión. De todo.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cinco años

Hoy este blog cumple cinco años. Y un lustro es un momento tan bueno como otro cualquiera para hacer balance. 

En estos cinco años he cambiado de dirección, de plantilla, de avatar, de nombre... varias veces. Lo dejé un ratito y volví. He provocado un par de black outs fruto de la histeria y, aunque ahora me arrepiento, no voy a volver atrás, porque ya me gusta donde estoy. La he cagado con la cosa técnica un trillón de veces pero es que una es rubia y, qué quieren no da para más. A pesar de todos estos cambios, de la incoherencia de muchos de ellos, ustedes han estado ahí, leyendo, comentando, dando amor. Porque dan amor, que lo sepan. ¿Se han ido ustedes? No. Ahí siguen, dando amor.

En estos cinco años he conocido a personas maravillosas gracias a este espacio y, aunque cuando empecé no podía siquiera imaginarlo, a algunas de esas personas puedo considerarlas amigas, pero de verdad, que han hecho caca en mi casa, o yo en la suya, y eso une mucho. 

En estos cinco años he contado tantas cosas que a veces tengo la impresión de que ustedes me conocen mejor que yo misma. Pero luego me pongo a escribir y me doy cuenta de que no, de que no he contado casi nada, de que hay muchas cosas que no quiero contar, o no puedo, o no me sale...  y que quizás esto se queda cojo. Pero no, es lo que tiene que ser. Porque un blog, al menos este, es sólo una parte. No sé si la mejor, la más amable, la menos vergonzante... es sólo una parte.

Para explotar las otras partes he tenido (y tengo) devaneos, con otros blogs, lo confieso. A veces he tenido la sensación de que se me quedaba pequeño y he salido a echar unas canas a los aires. Y se me ocupa tanto el tiempo con las otras cosas que lo abandono un poco y me siento culpable, como si estuviera poniéndole con cuernos. Me siento así: como si estuviera engañándole. Pero siempre vuelvo. Como un señor que se cepilla esporádicamente a una prójima por la excitación de la novedad pero siempre vuelve a dormir con su mujer.

Y vuelvo porque es aquí donde me siento como en mi casa, porque es mi casa, y porque están ustedes, que lo tenía que decir aunque parezca una folclórica.  

Gracias por estos cinco años de felicidad bloguera. Muchas gracias.

jueves, 12 de diciembre de 2013

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Trece cosas

Lo que más me gusta de la blogosfera es que es el coño la Bernarda. Y que todo el mundo, antes o después, se toca con cariño. No himself (no sólo), sino al prójiYA ME ENTENDÉIS.

El caso es que me gusta mucho que haya roce. Ya lo sabéis, en este espacio hay un montón de ejemplos. Me gusta que los tuiteros compartan los poststs que les gustan de los colegas. Me gusta que los blogueros comenten historias de Tuiter. Me gusta ver nuevos comentaristas en los blockses de los colegas. Me gustan las estrellas invitadas, que anden unos y otros escribiendo y publicando por ahí. Gracias a estas cosas cada día es todo un poco más grande y más divertido. Y hay más cariño y más roce.

Pero debería haber más. O a mí me gustaría que hubiera más. Porque ese roce enriquece una barbaridá. Y es más divertido y hace que se nos olviden las cosas chungas que nos pasan todos los días. Un poquito, al menos, ¿no?

Y, sobre todo ahora, pues viene bien: se acaba el año y parece que llega el momento de hacer balance. Y yo quiero que haya un balance buenrollista. Con todas las mierdas que llevamos todos encima todos los días no necesitamos más mal rollo. Necesitamos cosas que nos hagan sentir bien, o un poco mejor, al menos, cosas que hagan que sonriamos, que nos acordemos de personas que nos gustan. Parafraseando a mi queridísima Bichejo, necesitamos cosas bonitas.

Así que aquí va mi propuesta. Os propongo compartir esas cosas que nos han hecho felices en 2013, esos tuits, canciones, libros, pelis, situaciones... lo que sea, que nos han puesto contentos en algún momento y han hecho que sonriamos o, mejor, que nos descojonemos, pa ver si lo contagiamos un poco al resto de prójimos y acabamos este año del HÓRROR con buen sabor de boca.

Había pensado hacer un blog para recogerlo todo. Imaginad: un blog en el que cada día haya cosas muy chulas que, como mínimo, van a hacernos sonreír, cantar, carcajearnos, quizás mover el esqueleto discretamente en el autobús, de camino al curro... de aquí a final de año. Mola, ¿eh? Pero, claro, mola si hay participación, si os enrolláis y compartís las cosas, si nos reímos juntos.

Que tampoco es pedir mucho, y que más triste es robar... eh, ¿qué decís? ¿os animáis? Venga, va, que cuanto más, mejor, de todalavidadedios.

Si decidimos de que sí, de que nos ponemos, podéis empezar a mandarme cosas a la orden de JARL! y programamos. ¿Que qué tenéis que mandar? Pues eso, un post, largo, corto, con vídeo, sin vídeo, con foto, sin foto, un tuit, una canción, un lo que sea, que haga que nos salga una sonrisa. 

Soy consciente de que me he explicao fatal pero es que no tengo claro cómo hacerlo y necesito saber que, al menos, hay 13 personas a las que les gustaría participar para ponernos en marcha. 

Y eso. Que me apetece mucho. Va. Venga.


jueves, 5 de diciembre de 2013

¡Tetas, tetas everywhere!

Sinior I es un señor amigo estupendo y me ha hecho el regalazo que toda tuitera quiere tener: UN GIFT CON EL AVATAR NAVIDEÑO. A mi casa ya han venido los Reyes Magos. a ver si se frinkaban a esta, pero este es otro tema...

A lo que iba:

¡EL CÁGUENSE EN DOS TIEMPOS!


A mi un hombre que escribe como él, que tiene el tumblururur que tiene, que hace las fotos y las fotos que hace, que es tan generoso y tan de todo, es que me puede y le tengo que querer. Hasta el infinito y beyond.

Demos por inaugurada la temporada de tetas navideñas.

¡Gracias, HAMOR!

Por si no ha quedado claro, el Tumblr de Sinior I.  

martes, 3 de diciembre de 2013

El dinosaurio

Vuelta.

Y otra vuelta.

Y otra vuelta más.

- ¿Qué te pasa?

- Nada, duerme.

- Si no dejas de dar vueltas no puedo dormir. ¿Qué te pasa?

- Nada, no pasa nada. Duerme.

- Que no puedo, no me dejas con tanta vuelta.

- Hay demasiada luz.

- Baja la persiana.

- Nah, da igual, si no es por eso.


Vuelta.

Más vuelta.


- Son las cuatro y cinco. Tengo que dormir. ¿Qué c*ñ* te pasa?

- Es que respiras fuerte.

- Ya. Vete al sofá, no puedo hacer nada.

- ES QUE RONCAS COMO UN COCHINO JABALÍN, NENA, Y SE TE OYE DESDE LA CALLE. EL SOFÁ NO ESTÁ SUFICIENTEMENTE LEJOS. 

- Bueno... puedes irte si quieres (puchereando)...

- No, no te preocupes, ya dormiré cuando te vayas a trabajar. Smuaks.

- Cabrón...



Cuando volvió, a las cuatro de la tarde, el dinosaurio aún estaba respirando fuerte con la persiana subida.


lunes, 2 de diciembre de 2013

El fin de un derecho

El 9 de octubre de 1989 era sábado. Lo recuerdo porque pasamos el día en el chalet de mis abuelos, y solíamos ir los sábados.

Recuerdo la expectación con la que nos sentamos todos frente a la tele, una de esas pequeñas con antena de cuernos, para ver el primer día de emisión de una televisión en valenciano. Quizás parezca poco para los castellano hablantes pero piensen por un momento cómo se sentirían si TVE empezara a emitir todos sus programas en catalán, durante años.

Recuerdo también que mi abuela lloraba, emocionada porque salió su pueblo por la tele, y porque, por fin, podía ver programas en su lengua materna. Y a mi padre, que disimulaba su emoción contándonos cómo les pegaban con una vara en el seminario si hablaban en valenciano, y que llamó a sus primos de Oliva para celebrarlo.

Mi abuela no era especialmente progresista. No pensaba en la protección de la cultura de la región. No tenía en la cabeza que la tele podía ser un instrumento político. Simplemente, estaba muy contenta porque empezaba una nueva era para ella: iba a tener la posibilidad de ver y escuchar las noticias en su lengua materna, ya no tenía que traducir mentalmente. 

Pero es que, además, iba a enterarse de las noticias más importantes de su pueblo y de los pueblos de alrededor porque, por fin, iba a haber una televisión que tenía como principio fundamental acercar la lengua y la cultura valenciana a los ciudadanos de la Comunitat. Iba a poder disfrutar de esas noticias que le eran más cercanas, pero que nunca salía en el Telediario porque no eran suficientemente importantes para todo el país. Iba a saber qué tiempo hacía, cómo iba la cosecha de mandarinas, cómo había ido la campaña de pesca, quién había salido reina de las fiestas. Y todo en valenciano.

Mi abuela tuvo la oportunidad de ver a varias de sus nietas dando ruedas de prensa, y se pavoneaba orgullosa por el barrio como si hubieran hecho algo importante. Vio a su yerno y a uno de sus nietos recibir premios. Vio a su hija cantar por toda la Comunitat. Y todo desde su casa, gracias a una televisión autonómica que retransmitía esos pequeños eventos que nunca tendrán cabida en un canal nacional.

Para mi abuela, igual que para miles de personas en la Comunitat Valenciana, ver las noticias en la lengua en la que pensaba y en la que siempre acababa expresándose porque al final se le olvidó el castellano, era un derecho. Y eso es exactamente lo que han quitado en la Comunitat Valenciana con el cierre de Radio Televisión Valenciana: un derecho.

No confío en que lo recuperemos.



En mi opinión, el medio que mejor seguimiento ha hecho de todo lo que ha pasado sobre RTVV es www.valenciaplaza.com, por si alguien tiene interés en saber cómo se ha desarrollado esta aberración.

martes, 26 de noviembre de 2013

El pedo

Me enfrento a cada día como si fuera el enemigo. Algunos podrían decir que siempre venzo, porque es él quien claudica y deja paso a la noche pero, vaya tontería, eso son cosas rotatorias. Aunque no quisiera, aunque me dejara vencer (que vete a saber qué coño querrá decir esto), se haría de noche y luego de día otra vez. Y así hasta que la palme.

Podría inventarme una metáfora de esas que parecen tan poéticas en las que una habla de sí misma en tercera persona y se pone de Xena, la princesa guerrera, luchando a brazo partío con valentía para vencer a las huestes del terror  y que siempre gana  pero, no. ¿Pa qué? No soy una guerrera. Ni siquiera soy valiente. Y, desde luego, no me voy a plantar un taparrabitos de esos de piel. NI DE COÑA.

Es, simplemente, que cada día se me hace más difícil ir p'alante. Hasta hay días que voy p'atrás. Lo que viene siendo una mierda, vamos. Y es todo lo peor. Y blablabla...

Pero luego va y, volviendo a casa en el autobús, tras un día de mierda, en una temporada de mierda que parece que no va a acabar nunca, una treintañera estupenda, monísima, con unas gafas ideales y manicura francesa, que está poniendo a parir a sus compañeras de trabajo delante de otras compañeras de trabajo, se agacha porque se le ha caído el foular y se escucha un pedo, un pero maravilloso, sonoro, rotundo, casi milenario.

Y una tiene que aguantarse la carcajada, porque mira la cara de estupor de la treintañera estupenda y de sus compañeras de trabajo y siente pena porque sabe que entre ellas nunca nada va a ser lo mismo. Y una siente pena también porque la pobre treintañera se baja en la siguiente parada, casi sin despedirse, avergonzada como nunca.

Y una tiene que bajarse en la parada siguiente porque ya no aguanta más la carcajada, que explota antes de que el autobús camine Gran Vía abajo.

Es curioso como un pedo, un pedo ajeno, es capaz de hacer que una se olvide de todo lo demás, y que camine el resto del camino acompañada por sus propias carcajadas.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Sénsación

Hace ya un tiempo que tengo la sensación de que estoy viviendo desde fuera, de que estoy viendo una película antigua con música de pianola de fondo. Intento prestar atención, para no perder detalle, pero pasan demasiadas cosas y no acabo de entender el argumento.

Y me pierdo. 

Esta sensación se ha hecho más fuerte con la llegada del frío. Es más gris, más luminosa. Y es tan grande que hasta podría tildarla dos veces.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Conversación inventada

- Y ¿dice usted que es votante del PP?
- Sí, de siempre.

- Pero, ¿vota usted por costumbre o porque le parece bien las decisiones de toma, su política social, las medidas económicas, los recortes, la corrupción...?
- Oiga, no me haga demagogia con la pregunta ya directamente. Yo voto al Partido Popular porque, aunque no estoy de acuerdo con algunas decisiones que toma, son más las cosas con las que estoy de acuerdo que con las que discrepo.
Algunas de las medidas económicas que está poniendo en marcha me parecen bien. No, bien, no, son necesarias. Y Europa las exige. Y ahora manda Europa. El PP se ha atrevido a hacer cosas que otros no han sabido cómo afrontar. Sobre todo se ha atrevido a tomar medidas para reducir gasto público, que era insostenible, y reducir el déficit, que también era insostenible. No podemos gastar más de lo que ingresamos, no indefinidamente.

- El gasto público paga servicios que presta el estado, que deben ser universales, como la Sanidad y la educación. Es cierto que las políticas sociales son más caras, pero son también más solidarias y... 
- Mire. Las políticas sociales se usan para captar voto fácil de los más desfavorecidos. De los pobres, vaya. Que son más pero, sinceramente, pintan menos. El Partido Socialista utilizaba el dinero público para ampliar la cobertura social a más personas pero, seamos francos, eso genera dependencia del papá Estado que, a su vez, aumenta el gasto, que genera más dependencia porque la gente se acostumbra a que el estado resuelva sus necesidades básicas incluso cuando no son básicas. ¿Por qué se tiene que dar ayudas para vivienda a gente sin trabajo? A mis hijos, que trabajan, nadie les da nada. No se premia el esfuerzo, y eso es una mala enseñanza para la sociedad.

- Hombre, las políticas sociales tienen como objetivo que haya más personas independientes, dar a todo el mundo las mismas oportunidades.
- Ya, pero es que todo el mundo no tiene por qué tener las mismas oportunidades. Es duro decirlo, pero la vida no es justa: se debe premiar el esfuerzo, si se premia a quien no tiene nada sólo porque no lo tiene, todo el mundo dejaría de esforzarse por tener un poco, porque sin esforzarse nada tendría más.

- Uf... Muchos dicen que una parte muy gorda de la responsabilidad sobre el déficit es de la corrupción política, del despilfarro, de los grandes eventos...
- Seguramente podría hacerse mejor, pero siempre hay quien va a llenarse la mano y no se puede generalizar. Cuando haya pruebas, que se juzgue y se condene, pero no se puede generalizar. 
En cuanto a los grandes eventos... digan lo que digan, son acciones que benefician claramente a las ciudades donde se hacen. Emplean a muchas personas en el sector servicios: limpieza, restauración, comercio. No me va a decir que es lo mismo que en una ciudad haya un millón de personas a que haya medio millón más si hay una carrera de motos o un macroconcierto...

- Es posible pero ¿no habría que priorizar y destinar primero recursos a otras cosas más necesarias como personas necesario en Sanidad, o en las escuelas, o en los servicios de limpieza, con salarios ajustados y en condiciones laborales del primer mundo?
- Hay que destinar más personas a la Sanidad pública y la educación porque aquí todo el mundo es bienvenido y tiene los mismos derechos, sea español o no. Yo no soy racista pero primero los españoles y luego los demás. No hay para todos, hay que priorizar. Y luego, supongo que se refiere usted a trabajadores públicos, un colectivo anacrónico que disfruta de prebendas que ya no nos podemos permitir. Y lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el Estado, las Administraciones Públicas, no son, no pueden ser, una agencia de colocación. Nos deben a los ciudadanos el mejor servicio por el menor coste y esto no pueden garantizarlo con funcionarios.

- También me gustaría hablar sobre cómo se posiciona el PP en el aborto o la religión.
- Pero, vamos a ver, el Partido Popular es un partido de derechas, conservador, confesional de facto, ¿qué pensaba, que iba a quedarse calladito en temas tan peliagudos como estos, tan importantes para la Iglesia Católica, un apoyo imprescindible para que tenga el poder? Venga, va, no me sea lechuguino... EL Partido Popular hace lo que haría cualquiera que tenga el poder: creerse legitimado para tomar decisiones. Yo también lo haría. ¿Usted no?

- ¿Y no le parece autoritario, poco democrático?
- Autoritario, sí, pero es necesario. Hace falta mano dura, si no esto sería un sindiós. ¿Poco democrático? No, el PP ha sido elegido con mayoría absoluta. 

- Vaya... me temo que usté y yo no vamos a estar nunca de acuerdo...
- No tenemos que estarlo.

- En cualquier caso, le agradezco que haya compartido conmigo sus pensamientos sin haber recurrido al cochino y tú más.
- Pues de nada, oiga, de nada.



Si alguien conoce a alguien del Partido Popular con quien pueda tener una conversación así, por favor, que me lo presente.

martes, 19 de noviembre de 2013

Multipersona

Querida doña Elena.

Tengo un poglemilla  y espero que sus lectores puedan ayudarme.

Voy a  intentar explicarme con claridad, que esto de escribir no me se da bien.

Resulta que tengo dos cuentas de Tuiter: una de Gordipé y otra de Personapé.

La de Gordipé me gusta mucho. Ha dejado de ser anónima en una dirección natural: he conocido a muchas personas a través de Gordipé (que es ideal, todo hay que decirlo) que ya se han incorporado a mi vida, a mi Facebook, a mi Linkedin y a mi cuenta de Personapé. Confío en ellos, no hay más, así que hasta aquí todo muy bien, cuando ha pasado en el sentido contrario pues, mira, no me mola, pero lo he aceptao y ya está, qué vamos a hacer. Es lo que hay (¡hola, Bich!).

Yo amo a Gordipé y ella me tiene cariñito. Y todo ha sido perfecto.

Hasta ahora.

Por cuestiones que no vienen al caso, resulta que tengo que usar la cuenta de Personapé, desde el punto de vista profesional. Y no me da la vida. No tengo tiempo para hacer de Personapé una cuenta respetable en Tuiter, manteniendo la diversión de Gordipé. Porque yo a Gordipé vengo a divertirme, no me jodan. Pero ahora no me da tiempo. Pa todo, no.

Así que tengo la sensación de que voy a tener que elegir, antes o después. Está muy bien ser Gordipé en Tuiter y Personapé en Facebook, eso soy capaz de llevarlo pero no me apaña ser todo en todas partes, no me acaba de gustar porque pierdo el oremus y lo mezclo todo. Hoy he estado a punto de decir caca en mi cuenta de Personapé Y ESO NO PUEDE SER. 

Toooootal, que así, bote pronto, se me ocurren algunas opciones, todas con sus pros y sus contras:
  • Mantener las dos cuentas. Las dos tendrían poca actividad pero la tendrían. También empezaría a desarrollar algún tipo de trastorno, eso seguro. Y a mí me parece raro. No sé que les parece a quienes me leen con dos cuentas, ni siquiera sé si se lo plantean. ¿Os lo planteáis? 
  • Abandonar la cuenta de Gordipé. El blog se quedaría sin el apoyo de Tuiter y sería un hachazo mortal, estoy segura. No podría decir muchas cosas que ahora sí me permito pero podría dedicarme más a Personapé, lo que podría beneficiarme en el aspecto profesional. Probablemente empezaría a escribir otro blog, de esos que pueda leer mi madre y poner en el curriculum, con todo lo que eso significa: no sería personal. Con el tiempo, tendría que elegir entre ambos blogs, el personal y el no personal. Esto me da tal pena que lloro mucho pero es una posibilidad muy fuerte. Hasta ahora siempre ha ganado Gordi pero sin el apoyo de Tuiter... no sé yo.
  • Dejar la cuenta de Personapé. Perdería oportunidades laborales, aunque me divertiría mucho más, como hasta ahora. 
  • Traspasar a los amigos de Gordipé a Personapé y volarme la tapa de los sesos en unos meses. Esto ya está pasando. Y mola, porque es gente que ya conozco pero me doy cuenta de que se me escapa la Gordipé que llevo dentro que, a lo mejor, es lo que no debería hacer. Aunque tampoco lo tengo claro, igual se me va la pinza y no pasa nada.
  • Engancharme a otra cosa. Naaaaa... esto no va en serio, no hay nada mejor que Tuiter.
Pues mira, estas gelipolleces llevo en la cabeza estos días. De momento no voy a tomar ninguna decisión. Voy a probar un tiempo a ver qué tal se da la cosa. Y cuando digo de momento supongo que igual pueden pasar meses, vete a saber, que no tengo prisa. Pero llevo unos días pensando en esto, y yo vengo aquí a hablar de mi libro.

En fin, con la coherencia que me caracteriza, es el post perfecto después de que justo ayer se me llenara la boca diciendo lo de que soy independiente para tomar decisiones y todo eso, claro. Pero me mola tener la opinión de personas con criterio. Y, ya que no se da el caso, de uztede vuzotro que estáis al otro lado. Algunos, a los dos lados.

Gracias de antebrazo.

Una Virgo preocupada.

NOTA: Comprenderán que no vaya a decir aquí la cuenta de Personapé, el objetivo no es que pregunten y la sigan. Si preguntan, a algunos se lo diré, ustedes ya saben quiénes son. A otros no. No me se lo tomen a mal, hagan el favor.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Colgada

Por lo general, según el parecer general, soy bastante despegá. Que no se me entienda mal: quiero, y a veces quiero muchísimo, pero no soy de las que tienen que tener contacto diario con sus amigos, ni tiene que hacer siempre las cosas con las mismas personas. Me parece fabuloso que cada cual tenga planes que no me incluyan porque cada uno tiene su espacio y su propia red de amigos. Me gusta mucho estar sola y necesito estar sola. 

Claro que hay personas importantísimas en mi vida, con las que hablo, comparto y debato nis cosas y sus cosas pero soy muy independiente para tomar decisiones y muchas veces los demás se enteran cuando ya las he tomado. Hace tiempo. 

Por eso no entiendo cuando alguien se me cuelga. 

No sé si le pasa a todo el mundo, supongo que sí, pero yo lo llevo regular. De vez en cuando conozco a alguien que se me cuelga de repente y me convierte en su confesora y su consultor particular. ¿Qué harías en este tema? ¿Cómo puedo solucionar esto? ¿Conoces a alguien que pueda ayudarme en nosequé?

El caso que nos ocupa empezó hace ya casi un año. Conocí a la mejor amiga de un colega una noche en una cena y la pareció fantástico todo lo que decía. No es que estuviéramos de acuerdo en todo pero fue una conversación muy interesante. Empezamos a vernos de vez en cuando. Muy buen rollo.

Este verano me llama un día porque, por fin, tras dos años y medio de paro, le llaman para una entrevista super importante y me pide que le ayude a prepararla. Yo no soy especialista en ese tema, le digo. No sé nada de entrevistas ni de Recursos Humanos, le repito. No sé en qué crees que puedo ayudarte. Pero insiste e insiste y preparamos la entrevista durante unos días. Confío mucho en tu criterio y cuando hablo contigo se me ocurren siempre un montón de cosas, me dice.

Me quedé flipada. Ella es una mujer inteligente, muy capacitada, que ha tenido trabajos de mucha responsabilidad. Es decidida, muy clara, segura de sí misma. Tiene amigos, pareja, familia, no está sola en el mundo, no es una loca de los gatos. Puede acudir a más gente ¿por qué acude a mí, que me acaba de conocer? Y estoy segura de que está mucho mejor preparada que yo para todo esto pero, oye, nunca se sabe y me atrae la posibilidad de conocer el proceso de selección de una multinacional. Y le digo que sí.

Y va y pasa la primera entrevista. Seguimos preparando. Y pasa la segunda. Seguimos preparando. Y va y la seleccionan. Ahora resulta que, haya sido porque le ayudé a preparar este proceso de selección o no (y yo estaba allí y estoy segura de que no fue para tanto), siempre va a estarme agradecida. Y flipo.  

A estas alturas, cuatro meses después, ahora me llama para todo. Me llama para preguntarme dónde me he comprado un bolso. O si conozco algún restaurante para una cena con sus amigos. O si sé de algún curso on line de no sé qué. O qué zapatero es el mejor. O qué me ha parecido el mercadito de no sé cuántos. Ella hace conmigo lo que yo no hago con nadie. Me flipa, en serio.

Y la cuestión es que tengo una sensación rara. Me siento como si me estuviera evaluando constantemente. No es desagradable, pero es raro.

¿Qué pasará el día que le falle? 

jueves, 14 de noviembre de 2013

Cosas que me pregunto todo el rato

- Canal 9 a tomar por culo.
- ¿Cómo es posible que, a estas alturas, sigamos creyendo que esto es una democracia, y que tenemos voz y voto? 
- ¿Cómo es posible que, con la situación que estamos viviendo, con la cantidad de veces que nos manifestamos, NO PASE NADA?
- ¿Cómo es posible que en este jodido país no haya habido una revolución con sangre?
- ¿Cómo es posible que estas personas que nos gobiernan, o que quieren gobernarnos, se mantengan en el poder, político y económico, durante décadas, impunemente?
- ¿Cómo es posible que ningún político haya sido apedreado en público, por tanta gente que dice no tener ya nada que perder?
 - ¿Cómo hemos llegado a serlas  personas rastreras, conformistas, pusilánimes, sometidas, indolentes, que somos?
- Corrupción política generalizada.
- Desempleo y miseria.
- ¿De qué pasta están hechas esos pedazos de carne con ojos y Rolex que nos gobiernan, que nos mienten, nos ningunean, nos utilizan, nos roban, nos utilizan y hasta nos matan?
- Economía sumergida.
- El Prestige, de rositas.
- ¿Es que aún no hemos tocado fondo?
- La privatización de la sanidad pública.
- Los medios de comunicación, cómplices en el meneo de la mierda.
- Mentiras, mentiras everywhere.
- ¿Por qué las leyes protegen a los poderosos?
- ¿Por qué los no poderosos hacemos algo para cambiar las cosas?
- ¿Por qué no nos organizamos e intentamos cambiar las cosas?
- ¿Por qué nos conformamos?
- ¿Por qué somos tan apáticos? 
- ¿Qué más tiene que pasar para que toquemos fondo?
-  Rescates a la banca, deshaucios a los ciudadanos.
- ¿Ya hemos tocado fondo?


¿Por qué COÑO no hacemos nada? 

Somos unos mierdas. Desde el cariño. Bueno, no. Desde la mala hostia.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Plagio

Hace días que tengo la sensación de que ya lo he dicho todo aquí y que cualquier cosa que escriba va a sonar a plagio de mí misma.

Y no sé qué hacer ni cómo tomármelo, la verdad.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Con el tiempo

Hace unos años me colé hasta las barrancas por los huesos de un muchacho que conocí trabajando.

Tras pocos meses todo acabó con lágrimas a cascoporro y una gorra british que olvidó en mi casa cuando vino a dejarme... un dolor... 

Supongo que ambos hicimos todo lo posible por no vernos, porque no coincidimos durante años: ni de copas, ni en estrenos, ni en conferencias, ni en saraos... No volvimos a vernos. Qué dolor... 

Hasta que un día nos encontramos comentando en un muro de Facebook ajeno. Y marcó "Me gusta" a todos mis comentarios. Sólo teníamos un amigo en común. Un amigo que ni sabía que nos conocíamos y que no nos pegaba a ninguno de los dos... Sólo uno... 

Un par de días después él me envió un mensaje preguntándome cómo estaba. Yo le contesté que bien. Él me dijo que estaba muy guapa en la foto. Yo le respondí que no podía saber si estaba guapo o no porque tenía a Benji, el de Oliver.

Varios días después le envié una solicitud de amistad. ¡GENSANTA, cuántas vueltas le di a aquello!

Varios días después la aceptó. 

Nunca hemos vuelto a hablar del pasado. Todo es nuevo, como si acabáramos de conocernos, como si nunca hubiera habido una nube negra sobre nuestras cabezas.

Yo le mando enlaces que pienso que pueden interesarle. El me manda canciones que sabe que no van a gustarme pero me harán gracia. Ninguno de los dos hemos hablado de volver a vernos. Nada de "a ver si quedamos a tomar un café" ni nada de eso. Nada. Lo pasado, pasado está y ya veremos qué pasa mañana.

De vez en cuando cambia su foto de perfil. Y ahora siempre es él. Y siempre sonríe.

Ha envejecido regular: muchas canas, muchas arrugas, grandes bolsas bajo los ojos... pero siempre sonríe.

Y se muestra siempre positivo, tal como le recuerdo. Abierto, generoso, amable, cariñoso... 

Hoy me he dado cuenta, mirando su nueva foto, de que, a pesar de que ya no nos conocemos, a pesar del dolor, tengo un buen recuerdo de él. Me he dado cuenta de que me alegro de que pasara por mi vida, aunque luego se marchara. Hoy me he dado cuenta de que es de esas personas en las que piensas con cariño con el paso del tiempo, porque aportan buen rollo a tu vida el tiempo que caminas junto a ellas.

Hoy he visto su foto, me he sentido bien y he sonreído. 

No lo sabrá nunca pero me ha alegrado el día.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Cosas que he hecho el fin de semana

- Bichejo me ha regalado una fascihorripilante cosa de Christian Bale.
- He alojado a tres mujeres maravillosísimas.
- He aprendido una nueva forma de decir MENCANTA.
- He bailado Time Wrap.
- He bebido cerveza.
- He bebido lambrusco.
- He bebido un chupito pero no recuerdo de qué.
- He comido arrós a banda, xé qué bo!
- He comido una pizza con patatas. WTF???!!!
- He desayunado ensaimada de Ibiza, gracias a Themila.
- He disfrutado del flow.
- He hecho de modelo de teletienda.
- He escuchado.
- He hablado de cosas muy importantes: de zombies, de cacas y de supervivencia ante un holocausto zombie.
- He hablado.
- He hecho el tonto en un chino.
- He hecho el ridículo.
- He hecho pipi en un váter de señores. Otra vez.
- He ido tres veces a la estación del AVE.
- He llevado bigote.
- He jurado cosas.
- He oído roncar a Bichejo, a la Fle y a Themila. Y ellas a mí. Ejem.
- He pasado mucho calor.
- He tirado arroz como en una boda.
- He visto a Sil un ratito.
- La Fle me ha regalado unos calcetines de no resbalarse PRECIOSOS que son PURO AMOR y un foulard que está siendo la sensación de la temporada.
- Me he aprendido un bolso por si me toca volver a buscarlo.
- Me ha dado igual que se me acabara la batería a media tarde.
- Me ha dado la pena gorda al pensar el tiempo que va a pasar hasta que volvamos a vernos.
- Me he reído hasta hacerme pipi.
- No he encerrado a nadie en la ducha.
- Se me ha olvidado Twitter.


martes, 5 de noviembre de 2013

Adiós, Canal 9

El gobierno de la Generalitat Valenciana ha anunciado el cierre de la radio y televisión públicas autonómica, tras conocer el fallo del Tribunal Superior de Justicia que declara nulo el expediente de regulación de empleo perpetrado en este ente público durante el último año. El Consell ha tirado la toalla y ni siquiera va a recurrir el fallo porque no podría asumir el coste de la reincorporación de los más de mil trabajadores ni los gastos de mantenimiento del personal

TE CAGAS.

Nunca he sido muy fan de Canal 9. No he sido espectadora más allá de los informativos, supongo que porque Canal 9 siempre ha sido para mí un reflejo demasiado fiel de algunas de las características que menos me gustan de lo que podríamos llamar idiosincrasia valensiana.

Sin embargo, más allá de la cuestión personal, lamento profundamente la desaparición de nuestra televisión autonómica. No sólo por el hachazo al Estatut de Autonomia y al compromiso que debería haber mantenido el gobierno valenciano con los ciudadanos, que también. Ni por los miles de trabajadores que van a perder o han perdido ya sus puestos de trabajo, que también. Tampoco por la lamentable imagen que ofrece de un gobierno del que somos tan responsables, porque ha sido elegido democráticamente, como víctimas, porque tenemos que sufrirlo aunque no le hayamos votado, que también. Ni siquiera por los miles de millones de euros que se han despilfarrado o robado, directamente, en sus veintipocos años de existencia, que también.

Lamento la desaparición de la televisión autonómica valenciana porque desaparece el último reducto de la difusión de la cultura, el folclore, la lengua y las costumbres autóctonas.

Habrá muchos que piensen que esto no tiene ningún valor, por lo de la globalización y todas esas milongas pero yo creo que sí tiene valor, y que podría haberlo tenido mucho más si se hubiera hecho una gestión responsable de los recursos, si hubiera estado menos politizada, ofreciera una programación de calidad y no se hubiera despilfarrado a manos llenas.

La cuestión es que la radiotelevisión pública era de todos los valencianos y nos la ha robado una panda de megalómanos ineptos. Así de simple. Y seguro que no hacemos nada.



lunes, 4 de noviembre de 2013

Lectores invitados

Este blog solo admite a lectores invitados.


¿Cómo sé si quiero ser invitada a un blog si no estoy invitada?

¿Qué criterios sigue un bloguero para invitar a su blog?

¿Qué cosas tan terribles, o tan íntimas, o tan vergonzantes, o tan sosas, o tan indecentes, contará un blog que sólo admite a lectores invitados?

¿Por qué habrá tenido que pasar el autor para que decida romper la sagrada regla de la blogosfera de compartir? 

¿Valoramos más un blog si tienen que invitarnos para leerlo?

Si alguien no quiere que le lean, ¿por qué escribe un blog?

Si alguien no quiere que le lean determinadas personas, ¿por qué no cambia de url, la comunica a quienes sí quiere que le lean y se acaba la cosa? 

¿Por qué tengo tantas preguntas sobre lo de los lectores invitados si, al final, no voy a solicitar que me inviten porque no me interesa alguien que no quiere que sepa lo que tiene que decir?

¿Me hice estas preguntas cuando privaticé temporalmente el blog?

¿A qué huelen las nubes?



jueves, 31 de octubre de 2013

Cuéntame

Cuéntame qué te pasa. Pero no demasiado. Sólo lo justo. Lo suficiente para que parezca que me interesa lo que te pasa, que me interesa, no lo dudes, pero no tanto como para que deje de tener ganas de volver a pedirte que me cuentes qué te pasa la próxima vez.

Cuéntame, ¿qué te pasa?

lunes, 28 de octubre de 2013

Imbécil

Hace unos días una un tipo que escribe en página web copió uno de los post de La Rizos y lo publicó como propio*. Vaya por delante que me indignó especialmente porque el imbécil plagió a una persona generosa e inteligente a la que quiero, con un talento innato para la blogocosa, pero me jodería casi igual si no la conociera.

Se pueden decir muchas cosas sobre el tema de los plagios en un blog personal: chica, no es para tanto, total, son textos quizás sin mayor propósito que entretener un rato. Quién lo escribe no cobra por ello así que si lo copio no hago que cobre menos porque ya no cobra nada. Además, todo el mundo copia, ¿por qué yo no voy a hacerlo? Y si lo lanza a la blogosfera es de todos, porque es gratis. Y, más además aún, debería sentirse halagada de que su texto le parezca tan chulo a alguien como para querer adjudicarse la autoría. Debería copiar más a menudo, incluso. ¿No?

Pues no.

Nos hemos acostumbrado tanto a ver los mismos textos repetidos por ahí que ya no nos escandaliza. Nos hemos inmunizado. Pero sí tiene importancia.

Personal o no, un blog es el reflejo de una personalidad, y lleva consigo el bagaje de esa persona: sus vivencias, sus conocimientos, su sentido del humor, su buena fe, su estado de ánimo y, sobre todo, su inteligencia. Plagiar un texto sólo es el reflejo de la pereza, la incultura, la estulticia, la soberbia, la falta de vida interior y, sobre todo, la estupidez, de la persona que lo copia.

No puedo imaginarme qué tipo de persona lee un post y se dice "oye, mira qué chulo, voy a cambiar un par de palabras y a firmarlo con mi nombre" a estas alturas y pensar que nadie va a darse cuenta. Seguramente piensa que la Internet es tan grande que ya tendría que ser casualidad. No llego a entender cómo alguien que escribe habitualmente, que se sienta delante del ordenador y mueve sus deditos para construit un texto y publicarlo tiene la poca vergüenza de copiar tranquilamente el texto de otro y atribuírselo. No se me ocurre qué grado de imbecilidad tiene alguien que se mueve por la Red para pensar algo así.

Porque alguien que copia un texto de un blog y lo publica como propio sólo es eso: un imbécil.


* Todo lo que pasó está muy bien explicado aquí.

viernes, 25 de octubre de 2013

Tu cumpleaños

Ya no me acuerdo de ti. Pensé en ti durante años, todos los días. Era parte de mi rutina, como cepillarme los dientes o peinarme, tan natural como respirar. Todos los días un ratito, todos los días el mismo esquema. Nos encontrábamos en cualquier sitio (el metro, en la playa, en la puerta del trabajo) y nos dábamos cuenta de los 3, 4, 5...de los 10 años perdidos. Tuvieron que pasar diez puñeteros años para que dejase de pensar en ti. 

Pero ya no me acuerdo. Tengo que esforzarme para recordar tu cara, recuerdo que estudiaba con la camisa de cuadros que olía a ti pero no soy capaz de recordar el olor, ya no sé cómo sonaba tu voz. No consigo recordar tus manos, ni de qué hablábamos para reirnos siempre tanto. No me acuerdo de qué tal aparcabas ni de tu letra. No me recuerdo durmiendo a tu lado ni sé qué cara tenías dormido. Ya no sé si te despertabas de buen humor, ni me acuerdo de tus manías. 

Sí recuerdo cómo dolía quererte tanto, y cómo no tuve más remedio que dejar de hacerlo a lo bruto, simplemente porque tú lo hiciste primero, rompiéndome de paso el corazón. Y un día, hace ya más de 7 años, casi sin venir a cuento, decidí que ya te había dedicado un montón de ratos para nada, que me dañaba fantasear pensando que volverías a por mí y que se acabó. Y dejé de acordarme de ti. Y no sé si fue casualidad, pero todo fue a mejor desde entonces. Y ha seguido yendo mejor.

Pero el día de tu cumpleaños sí que pienso en ti. Sólo unos minutos, casi de refilón. Y es agridulce. Me da pena haber sido tanto y ya no ser nada, porque además de todo eras de verdad mi mejor amigo...y también perdí eso. Y es esa parte la que echo de menos durante unos minutos al año. Nuestras vidas ya no son las que eran hace más de quince años, no sé en qué trabajas ni si tienes hijos, qué tal te tratan los cuarenta que acabas de cumplir, si eres feliz ni en qué ciudad vives. Tampoco quiero ya saberlo. Me vale con unos minutos al año. No quiero nada más. Porque a estas alturas ya sólo me acuerdo de cuándo es tu cumpleaños.



Este post no es mío pero podría serlo. Es de una amiga muy guapa que quiere permanecer en el economato. En serio. Es muy guapa.

lunes, 21 de octubre de 2013

Cosas que escucho varias veces todos los días que me están quitando la vida

- Estoy hecha un lío.
- Estoy hecho un lío.
- Me ahogo.
- Me siento desubicado.
- Me siento desubicada.
- Me siento muy sola.
- Me siento muy solo.
- Nadie me entiende.
- No entiendo a nadie.
- No me entiendo.
- No puedo respirar.
- No sé qué hacer.
- No sé que quiero hacer en mi vida.
- No quiero separarme pero
- Quiero cambiar mi vida pero no sé cómo.
- Sé que lo que estoy haciendo no está bien pero no puedo dejar de hacerlo.
- Siento que no he hecho nada de provecho en mi vida.
- Ya no aguanto más esta situación.
- Ya no quiero a mi marido.
- Ya no quiero a mi mujer.

La crisis de los cuarenta, que dicen.

Vaya mierda de generación.

viernes, 18 de octubre de 2013

vrneeeeeesssss

wapiiiiiiii
komo staaaaaaas
vienes el vrnssssss????

Hola. He perdido algunos teléfonos 
y no tengo guardado el tuyo. ¿Quién eres?

JJJJAAAAAAAAJAAAAAAJAAAA
JUJUJU
no sabes kien soiiiiiiii????
JUJUJU 
 No. 
vienes el vrneeeeeesssss 
tas olvidado de miiiiiiiii 


Bloquear contacto.

Y porque no se puede reportar por SPAM en Whatsapp.

Cualquiera que me conozca, cualquiera que me conozca un poquito, que me haya escuchado o leído, que se haya relacionado conmigo a través de una pantalla, de móvil o de ordenador, cualquiera que haya prestado la más mínima atención a las cienes de veces que me mofo del escribir como en Gandia Shore debería saber que odio el chonismo escrito. A MUERTE.

Escribir a un amigo por el móvil no es una excusa. Los amigos, precisamente, son quienes menos merecen que seas un gilipollas por el Whatsapp. Si tienes tiempo para poner doce ies en mi lo tienes para escribir viernes. VAMOS, NO ME JODAS.



Misia, querida, sé que no era para tanto, siento decepcionarte ;)

 

lunes, 14 de octubre de 2013

Cosas de pollo

No suelo comer carne así que cuando me apetece me apetece mucho y aprovecho la ocasión. Hace unos días tuve un ataque de proteína en cuanto vi a lo lejos las luces de una cadena de carnicerías que hay Valencia que se llama Pollos nosequé.

Pollos nosequé vende cosas de pollos: hamburguesas de pollo con queso, hamburguesas de pollo con dátiles y champiñones, pollos troceados, arreglos para cocido... Comida hecha con carne de pollos, vaya, que no quiero decir el nombre a no ser que me suministren durante un año (mínimo) cocletas de jamón con pollo Y AQUÍ ESTÁ LA TRAMPA.

Hace unos días, mientras esperaba a que llegara mi turno en Pollos nosequé, miraba el mostrador con ojitos, intentando decidir qué compraba para cenar. En pleno ataque de proteína las morcillas, las longanizas, los filetes de potro y los rollitos de primavera no acababan de parecerme atractivos y decidí que quería algo más proteínico. 

Y ni siquiera lo pensé, cuando me llegó el turno y la dependienta me preguntó qué quería le dije una hamburguesa de ternera

En Pollos nosequé. ¡¡¡QUÉ HAS DICHO!!!

Al parecer pedir una hamburguesa de ternera en el templo del pollo es una especie de sacrilegio. Yo intenté explicar que pensaba que tendrían carne de todo tipo, ya que había cloquetas de jamónfiletes de potro y embutido que, que yo sepa, es de lo que viene siendo cerdo, que tampoco es pollo.

Pero nada. De repente me encontré discutiendo sobre hamburguesas de diferentes animales más o menos emplumadas con dos dependientas y tres señoras indignadísimas, porque a una carnicería buenísima de pollos no se va a comprar algo que no sea de pollo

Y entonces, entre tanto cacareo y con el olor a pollo mojado metido ya en el entrecejo, me di cuenta de que estaba experimentando una de esas lecciones que da la vida, y que nunca voy a olvidar: cada uno llama pollo a lo que quiere, y no se puede ir a su casa a decir que está equivocado.

Y me llevé unos sanjacobos.

jueves, 10 de octubre de 2013

La hora del dolor

Hay pocas ocasiones en las que me siento tan indefensa como en una camilla de masajes.

Boca abajo, con la cara encajada en el agujero de la camilla, con el suelo como único horizonte y tapada con una toalla, me siento muy indefensa. 

Probablemente porque sé que durante una hora lo del umbral del dolor va a ser una milonga. No hay umbral del dolor posible. El mío es bastante alto y lo sé. No hay umbral del dolor que valga.

Y lo peor es que a partir de ahora no sólo voy a sentirme indefensa sino que, además, voy a sentirme mal porque la señora de 50 años con el culo como un campo de fútbol que me tortura va a poner un cubo debajo del agujero.

Voy a tener que ver un cubo durante la hora del dolor.

Un cubo. 

Porque la primera sesión de masaje vomité a los 15 minutos de empezar a tratar mis contracturas, pasé los 15 minutos siguientes llorando por la vergüenza mientras la señora (a.k.a. Yolanda) limpiaba el desaguisado y los 30 minutos restantes llorando de dolor.

Un cubo.

Esto promete.


viernes, 4 de octubre de 2013

Intimidad total

Hasta hace relativamente poco tiempo tenía bastante claro las cosas que no se hacen  delante de la persona con la que se comparte cama y las que sí. Por resumir, las cosas que se hacen en el váter se hacen con la puerta cerrada cuando hay otra persona y las que se hacen fuera del váter son indisolubles. Y así era feliz y me sentía segura. 

Los procesos depilatorios, evacuantes, higiénicos, de chapa y pintura y esas cosas se hacen en el baño, ¿no? Pues si hay otra persona se cierra la puerta y se queda uno con su mismidad. Y aquí paz y después gloria. Y Ambipur.

Pues parece que no. Y desde hace un tiempito, que convivo algo más con otra persona sufro una... digamos... circunstancia... una cosa..., sí, una cosa, que me perturba.

Porque el problema surge cuando sólo hay un baño en la casa y la otra persona tiene muy interiorizado el concepto de intimidad total que consiste, básicamente, en que compartir los procesos es otra muestra más de amor y complicidad y no pasa nada.

El concepto de intimidad total se fundamenta sobre una base filosóficoantropológica difícil de rebatir con una respuesta lógica y razonada, por lo simplista del planteamiento:

  • Tras el grito de horror al abrirse la puerta del baño de golpe, desnuda y en pleno proceso depilatorio: Si ya te he visto de todas las maneras ¿qué más te da que te vea así? No voy a ver nada nuevo.
  • Tras el grito de horror al abrirse la puerta del baño de golpe, en pleno proceso de cosas: Que ya sabía que tú también haces caca, tonta.
  • Tras el grito de horror al abrirse la puerta del baño de golpe, mascarilla verde mode on: Si ya te he visto haciendo cosas peores y más fea.

Todo fatal. No me salía una respuesta coherente para esto, sólo airados ¡porque no y punto!

Y la sutil indirecta de cerrar la puerta ostentosamente y decir "no entres, que tengo cosas que hacer" no surtía el efecto esperado. Ya empezaba a sopesar las consecuencias de poner un pestillo y plantearme dejar de pasar fines de semana juntos, porque no me molaba nada tener microinfartitos cada vez que tenía que hacer algo en el váter cuando descubrí (really true story) que el pomo de la puerta del baño ¡TENÍA PESTILLO! Nunca había sentido la necesidad de cerrar la puerta así que ni me había fijado. ¡UN PESTILLO! ¿Cómo no lo había visto antes?

ERA PERFECTO.

Se borraron de un plumazo todos los problemas. PODÍA CERRAR LA PUERTA Y HACER MIS COSAS EN MI INTIMIDAD. Podía evitar discusiones inútiles. Nunca más tendría que preocuparme por la intimidad total. Podía compartir sólo lo que quisiera, seguir siendo una diosa, mantener la magia. Y volví a ser feliz y sentirme segura.

Hasta que una noche me despertó un pedo que no era mío.

martes, 1 de octubre de 2013

Querer no es poder, es querer

Pasada ya la mediana edad, sigue sorprendiéndome lo casual que puede llegar a ser que una persona me atraiga o me repela. No sé cómo es en el resto del mundo pero para mí es cuestión de un microsegundo, o algo menor a un segundo, cómo se llame.

En un instante, con un simple vistazo, una persona puede gustarme hasta el infinito: deseo abrazarla, besarla, sentirla, escucharla, olerla, imprimirme en su piel, para saberlo todo de ella y formar parte de su ser. Este sentimiento puede durar un minuto o toda la vida, nunca se sabe, pero en ese instante quiero estar en esa persona.

Sin embargo hay otras que no, que con ese simple vistazo es suficiente para desear que dejen de existir o, en su defecto, se teletransporten a otro hemisferio, para tener la seguridad de que jamás volveré a tropezarme con ellas. A veces es su forma de moverse, o de hablar, o de mirar. Otras no es nada, pero me repelen. Para estas personas no hay segundas oportunidades, nunca me gustarán. 

Lo de que no tienen segundas oportunidades es importante: no importa lo que hagan, si su bondad intrínseca, su belleza o su inteligencia. No quiero estar cerca de ellas ni por si acaso. No sé si es justo o no, la justicia no tiene nada que ver con esto. No las quiero cerca.

A veces la Ley de la Compensación Universal se pone farruca, las quita de nuestra vista de un plumazo y nos da una alegría. Pasa poco, pero pasa. Una tiene la sensación entonces de que quizás es cierto eso de que quien quiere, puede, y que como ha querido mucho que esa persona desaparezca, pues desaparece.

Pero entonces, cuando una está la mar de tranquila, ¡ZASCA!, aparece otra vez. Y no de cualquier manera, no, sino haciendo algo propio de un psicópata, algo digno del propio Dexter. Una de esas cosas que una no hubiera imaginado ni en un millón de años, porque es tan mezquino y tan de estar como una cabra que, oye, no, que no se me hubiera ocurrido.

Y va y una se descompone y piensa que vaya mierda de compensación, que así avanzamos poco. Y que es mentira que querer es poder porque, si eso fuera cierto, una quiere que esa persona se muera  y, mira, no se muere.

Y es que querer no es poder. A veces querer es sólo eso, querer, pero de un querer flojeras y desganao, porque poder, se puede poco.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Dejarse llevar

Dejarse llevar por amor está sobrevalorado.



miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mi blog

Pensaba que había una especie de ley no escrita en la blogosfera sobre no comentar qué gustaba o no de un blog. Pensaba que era una cuestión de educación. No hablo del contenido de los post, sino del concepto del blog en sí: de su apariencia, del título, de la periodicidad... Creía que criticar un blog era como decirle a alguien que su casa es horrible, o cómo debería decorarla, y a mí eso nunca se me ocurriría.

Claro que tengo mis fobias y mis filias pero nunca se lo diría al autor. Si no me gusta algo o me aguanto o no lo leo, pero jamás se me ocurriría decir a alguien que no me gusta su casa o que la tiene que llevar de otra manera.

Pues a mí me lo dicen, fíjate. 

Desde el primer momento aparecieron quejas sobre el cambio del nombre del blog, porque así era difícil seguirlo y no sé cuántas cosas más. Y ya entonces me pareció una tontería. Claro que sé que puede ser difícil identificar el blog en otros blogroll, porque aparece el nombre que tenía cuando los demás lo compartieron. Claro que sé que es un pelín más difícil si se busca en Google cada vez. Claro que... claro que nada.

Me gusta cambiar el nombre del blog. Me parece muy chulo jugar con estas cosas. Me gusta dedicar el blog a personas a las que quiero y que me inspiran cosas bonitas. Y hay chorrocientasmil maneras de seguir un blog. ¡NO ME JODAS! 

Pero la cosa no ha acabado aquí. Ahora el tema es "los post de los colegas". WTF!


Resulta que, al parecer, hay de quién se siente "decepcionado" cuando el post que se publica es de otra persona, porque si sigue este blog es porque lo escribe Gordi, que si quisiera leer a otros, pues seguiría a otros. 

Y flipo.

Joder, ¡SIGUE A OTROS!

Acepto perfectamente los comentarios que me rebaten, que no están de acuerdo conmigo, que me sugieren hacer esto o lo otro en relación a los post pero no acepto que nadie venga a mi casa a decirme cómo tengo que decorarla o si una cortina no le gusta.

Este no es un blog colaborativo (odio esta palabra, pero se dice así ahora). No hay un consejo de redacción que habla sobre temas y decide cuándo y qué publica cada uno. Yo lo decido todo.

Pienso en las personas que lo leen pero, sobre todo, pienso en mí cuando lo escribo. Es mi blog. Precisamente por eso, y porque soy una gran defensora del medalagananismo, se publica lo que yo quiero. Y si lo que quiero es publicar un texto maravilloso que un colega tiene la deferencia de mandarme, pues se publica

Porque me da la gana.

Y porque, y aquí viene mi frase favorita de la blogosfera, mi blog es mío y me lo follo cuando quiero.

Besis.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Ousmane

Ousmane se hace llamar Juan. Lo hizo así para que sus clientas (la mayoría son mujeres) no tuvieran tantos problemas al recordar su nombre. Tiene una dentadura perfecta, y una sonrisa terriblemente amable. En cuanto consigue que alguien rompa la barrera de mirarle a los ojos le tiene ganado con ella. Aunque si se fijaran en su mirada más allá de los dos segundos de rigor, verían que hay un deje triste en ellos, un recuerdo de otros ojos y otros labios. 

Ousmane llegó hace ya cinco años, y se esfuerza cada día en pronunciar mejor el castellano. Vive en un pequeño piso de Las Pedroñeras con otros cuatro compatriotas, pero baja todos los días a hablar con la gente del lugar. Adiouma, su pareja, se ríe cada vez que habla con él por teléfono, y le dice que tiene un acento muy raro, que canta al hablar. Ousmane sonríe al oírlo, pues cree ir por el buen camino. Si consigue hablar como ellos, quizá el color de su piel no sea tan importante. La gente habla con él, le preguntan por su familia, le saludan por la calle, pero acaban mirando de reojo si él se acerca demasiado a ofrecer alguna toalla o sábana. Son esas miradas las que le enturbian el corazón. Jamás ha hecho mal a nadie, aunque sabe que seguramente intimide a esas pequeñas pero duras mujeres manchegas debido a su altura. 

En Senegal era pescador en una pequeña población al sur de Dakar, donde acudía cada semana para intercambiar pescado desecado por algunas verduras para complementar la dieta de su familia. La carne era todo un artículo de lujo y podía pasar algún año entero sin probarla. Vivía en una pequeña cabaña con su mujer y sus dos hijos. Joder, cómo les echa de menos. Las noches de verano en el pequeño pueblo manchego se hacen eternas entre los cantos de las chicharras y los jóvenes hablando sin mesura en el parque bebiendo litronas. Pasa las horas escuchando los ronquidos de sus compañeros de piso, y mirando las cicatrices de sus manos a la exigua luz de la farola que entraba por su ventana. Cicatrices muy parecidas a las que tenía en la parte interior del muslo derecho y del antebrazo. Cicatrices de alambre de espino.

Piensa mucho también en el dinero que lleva ahorrado, y que podría traer a sus seres queridos. Aunque lo que más le atormenta es que saber que tendrá que elegir quién vendrá, su mujer o sus hijos. Y sabe que será su Adiouma la que llegará. Quizá si ella encuentra trabajo, puedan traer a los gemelos antes.

Y en esas se encuentra pensando cuando ve pasar al viejecillo que tanta gracia le hace, con sus pantalones raídos de pana, remendados tanto o más que los que lleva Ousmane. Y con sus zapatillas de andar por casa, que lleva arrastrando a un ritmo casi armónico. Ras, ras, ras. Ya viene de comprar el pan. Ras, ras, ras.


Este post es del señor @cuervajo, y pueden deben leerle también aquí.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Lo del caralibro

Yo he venido aquí a hablar de mi caralibro.

No es un secreto que soy muy fan de las redes sociales. Todo lo que me han dado, y me dan, es mucho más de lo que nunca hubiera esperado pero, oye, tienen sus cositas. Si a eso sumamos que yo también tengo mis cositas... pues un no parar de risas y jalalala.

Coño, que me estoy encontrando con situaciones surrealistas que ríete tú de La Cúpula de los cojones.

Y la más mejor-peor es Facebook.

Al principio yo era como muy talibán de mi intimidad: "yo sólo acepto a mis amigos más íntimos". Gelipollas, vaya. Claro, un aburrimiento del copón, porque íntimos, lo que se dice íntimos, pues hay poquitos, y muchos no utilizaban el caralibro para nada. O para poner fotos de su perro y de sus niños. Un coñazo.

A medida que fui usándolo me di cuenta de que era MI SITIO. Me encanta el caralibro. Con sus altibajos y sus cosas, pero me encanta. Fui abriendo la mano e iba todo muy bien: uno que he conocido una noche nosedónde, otra con la que he hecho un curso, una con la que iba al colegio de pequeña, los compañeros de facultad, los ex compañeros de trabajo, la gente que iba conociendo en Twitter y del blog... Todo muy bien. Porque lo mejor de esto es que con botones se arregla todo. Así que como siempre he tenido el dedito igual de rápido para aceptar que para ignorar solicitudes o borrar contactos, pues sin problemas y sin rencores. Qué fácil es escaquearse en Facebook... Y luego los cambios de configuración, la posibilidad de poner a la gente lejitos... xé, el despiporre! Y yo feliz.

Hasta hace unos meses. Resulta que un día recibo una solicitud de amistad de la mujer de un señor que me estoy zumbando. Y me quedo muerta. La conozco, me conoce, tenemos amigos comunes y coincidimos comentando en algunos sitios. JODER.

Me apetece una mierda tener su carita ahí, entre los míos pero, tras una rápida consulta al comité de crisis de la panda de la mediana edad, la acepto, no se vaya a pensar lo que sí es, se mosquee y la liemos.

Y nada, ahí la tengo. No molesta demasiado, pero no me mola tenerla. 

Y cuando ya me había acostumbrado va y la historia se repite con otra esposa. ¡LAPUTADEOROS!

De hecho, me juré a mí misma que si recibía una tercera solicitud del mismo palo, las metería en una lista llamada "El Club de las Primeras Esposas" y publicaría cositas especialmente para ellas. A ver qué pasaba.

En fin, que ahí estoy yo y ahí estaban ellas. Y ellos. Todos ahí, al montonet.

Y en eso que se separan las dos parejas con unos días de diferencia y se eliminan vicevérsicamente de los Facebook. Y yo me quedo con todo: con ellos, que ya no tienen a sus esposas como "amigas", y con ellas, que me tienen de "amiga" a mí, pero no a ellos, claro.

Y entonces ellas no dejan de poner trozos de canciones miérder de esas de desamor, traición, perdones y milongas con palmitas y cajón. Que no sé pa qué, si ya no les tienen a ellos en el caralibro...

Pero eso no es lo peor. Lo peor es que me van a tener que atar los deditos un día de estos porque yo me espero una horda de rumanos en la puerta de mi curro el día que publique esto, a ver qué pasa:

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El mantla chino

Era un piso pequeño, horrible, con el pasillo lleno de plantas de plástico. 

Tenía las paredes estucadas, y estaban pintadas de amarillo chillón hasta la moldura del techo, que era blanca, muy blanca. Nunca me fijaba en el suelo pero el techo... pasé muchas horas mirando hacia arriba y era blanco como la madre que me parió.

Todo era siempre igual, tranquilo, lento, muy lento.

Dejaba el bolso en una percha. Me quitaba lentamente la ropa, la colgaba, me acostaba, me tapaba y cerraba los ojos.

Y entonces se abría la puerta lentamente, escuchaba unos pasos, el ruido de las persianas al bajar y una música rotunda y repetitiva, como un mantra. Notaba la oscuridad y a una figura silenciosa que deambulaba a mi alrededor, casi al ritmo de la música. Con los ojos cerrados, semiinconsciente, intentaba adivinar hacia dónde se dirigían los pasos. 

Y me relajaba escuchando el mantra. 

Hasta que notaba una mano en el hombro y oía el sonido de algo que se rompía, señal de que había llegado el momento, de que tenía que volver al mundo y saludar a esa cara arrugadita y sonriente, que me miraba como con curiosidad, aunque ya lo sabía todo.

Yo sonreía también y volvía a cerrar los ojos. No quería ver las agujas. Igual podrían haber sido diez que diez mil. Perdía la noción del tiempo, concentrada en el dolor y en la esperanza de que todo aquello sirviera para algo.

Después de un rato de mantra se iban como venían: despacio, liberando dolores que no sabía que tenía. Y me dormía.

Me dormía profundamente hasta que una mano en el hombro me decía, cada vez, que todo estaba bien, y que podía irme a casa.

Entonces me levantaba despacito, para no romperme, y tarareaba el mantra chino imposible mientras me vestía. Hasta que un día pregunté a la cara arrugadita y sonreía qué misterio repetía aquella música relajante, rítmica y cautivadora que hacía que me sintiera mejor, a pesar del dolor.

- No es un mantla, me respondió la china. Es una malcha milital china y habla de la victolia.

Y entonces me fijé en el suelo por primera vez. Era negro con vetas blancas.

martes, 17 de septiembre de 2013

Somos

Somos lo que comemos. Y lo que contamos. Y lo que no decimos. Y lo que cagamos. Y lo que no bebemos por temor a un control de alcoholemia.

Somos todas las veces que nos han acariciado y todas las veces que esperábamos que nos tocaran fugazmente al pasar. 

Somos el pelo que perdemos y los kilos que ganamos. 

Somos una historia que alguien cuenta cuando no estamos, un recuerdo que alguien tiene cuando nos hemos ido, porque somos cuando alguien sabe que somos. Cuando nadie sepa nada de nosotros dejaremos de ser.

Somos nuestra letra en un papel, nuestra copa a medio beber, una cucharilla de café sobre la mesa y una servilleta arrugada abandonada en el mantel. Somos la ropa en el suelo, el libro abierto por el capítulo seis, la toalla mojada en el baño, la cortina enredada en el sol.

Somos todas las palabras que conocemos, las imágenes que hemos visto, los sonidos que nos han roto.

Somos lo que nos mantiene pegados a nosotros mismos.