Cuando era más joven no me cuestionaba gran cosa esto del compañerismo. Quiero decir, de esto de tener un compañero con quien compartir la vida. No me preocupaba el futuro, mantener a alguien a mi lado. Sabía que conseguir esa complicidad que convierte a una pareja en un compañero era difícil y laborioso, pero tenía todo el tiempo del mundo.Y cuando algo se acababa pues... lloraba amargamente y penaba por las esquinas, guardaba con cariño o desdeñaba con rencor los recuerdos que me quedaban, recogía los pedazos y esperaba a tener las fuerzas necesarias para volver a empezar.
A veces buscaba desesperadamente y otras encontraba sin querer y llevaba como podía los embites del enamoramiento fugaz o profundo. A veces me tiraba en plancha, las menos, y otras me dejaba llevar, las más, con la esperanza de encontrar la mitad.que me faltaba para hacer mi macedonia.
Incluso a veces me comí algún postre sin ganas. Qué ilusa...
Como buena drama queen lloraba mucho. O gritaba mucho. O pegaba mucho. O me cortaba el pelo, lo que tocara en cada momento pero, en el fondo, siempre sentía que habría algo mejor esperando a la vuelta de la esquina. Con eso me consolaba, supongo.
Pero... han pasado los años, el fondo está cada vez más cerca y la esperanza se me ha terminado.
No dejo de pensar en por qué no hay nadie para mí, en dónde estará mi media naranja, mi medio melón o mi media ciruela, que ya me da igual.
No dejo de pensar en cuantas frutas enteras tienen la suerte de madurar juntas. De pudrirse juntas durante años. Coño, si hasta hay de quien hace macedonias a diario...
No dejo de pensar dónde está la tara de esta rubia peliteñida, gorda, divertida, egocéntrica, cultivada, excéntrica, irreverente, curiosa, maniática, cariñosa, ciclotímica, inquieta, excesiva, ingenua, alterada...
No dejo de pensar...
Creo que este post podría haberlo escrito yo. No tan elocuentemente, pero sí.
ResponderEliminarEso sí... el fondo, como dices, todavía no está cerca. No desesperes: tú no puedes tener tara. Yo creo que son los hombres quienes la tienen.
Pues yo no te encuentro tara,
ResponderEliminarSin duda, los tarados son ellos.
Paqui.
Como ya te han dicho, no creo que sea cosa tuya... Tú no tienes ninguna tara, simplemente, que (aún) no has encontrado el compañero ideal, el que te trate como mereces, el que te entienda, sepa escucharte y satisfacer tus necesidades.
ResponderEliminarA estas alturas no voy a decirte "ten paciencia, seguro que lo encontrarás", porque no lo sé, sinceramente. Espero que sí, te lo mereces.
Y es normal lo que te pasa. Eres exigente, no te conformas con el primero que pasa, porque tú no mereces cualquier cosa.
Un beso!
Ayer le decía a un amigo justo eso: por qué no he coseguido que nadie se enamore de mí como para quedarse? (bueno, los hubo, pero yo no pude enamorarme de ellos)....
ResponderEliminarVerdad como puño!!!!!!!
EliminarYo pedía, encontrar a alguien que me amara intensamente, tanto como para querer quedarse conmigo a pesar de mis infinitos defectos.
Muchos intentos fallidos después, se que debo pedir encontrar a alguien que me ame intensamente, tanto como para querer quedarse conmigo a pesar de mis infinitos defectos y de la que yo pueda mantenerme enamorado.
Llegará un día en el que todo te encaje, incluso las medias naranjas, que haberlas haylas...
ResponderEliminarBesos.
Yo me agarro a eso que suele decir mi madre de vez en cuando: siempre hay un roto para un descosido. Ella lo encontró a los 38 años. Y le dio tiempo de tener otra hija. Así que no perdamos la esperanza, que la vida da muchas vueltas y por eso estamos todos mareaos :P
ResponderEliminarDespués de los últimos meses no soy la más indicada para dar ánimos o darte argumentos para que dejes de pensar así..es más, me uno a la causa:-\
ResponderEliminarPero digo yo que si Paquirrín pudo XDDDDDD
En una de esas vueltas que dice Sil, nos chocaremos con nuestro destino, o él con nosotras, verás, verás tú que risa;)
Un besico