lunes, 19 de diciembre de 2011

Recuerdos

Una vez escribí un post muy bonito sobre echar de menos. Lo he leído alguna vez, era muy triste. Muy triste.

Ahora vuelvo a echar de menos pero no quiero estar triste, ya hay demasiada tristeza a mi alrededor y no me puedo permitir más. O no quiero. 

Intento racionalizar mis sentimientos, me repito una y otra vez eso de que nadie se muere por echar de menos, me digo que no pasa nada, que la vida sigue, que pasan otras cosas que merecen mi atención, que hay otras personas a las que quiero prestar atención... me miento...

En este ejercicio de racionalización extrema me digo que no echo de menos a la persona, que lo que me atora las arterias hasta quitarme la respiración a veces es ora la ansiedad, ora el colesterol, ora el recuerdo mitificado de aquel que estuvo a mi lado y se ha ido.

El colesterol y la ansiedad me preocupan poco. Una se medica o se muere y a otra cosa, mariposa. Es el recuerdo, lo jodido. Porque, si llegamos a ser conscientes de que echamos de menos el recuerdo de alguien, sabemos que nunca nada volverá ser lo mismo. Es posible que no le queramos igual, que no nos gusten las cosas que antes nos gustaban de esa persona, que nada sea igual.

Así que no me queda claro que es menos malo, seguir echando de menos a alguien desesperadamente, manteniendo viva la esperanza de que vuelva algún día, o saber que echo de menos su recuerdo y que nunca volverá.


Barbra Streisand, The way we were

jueves, 15 de diciembre de 2011

Amor de blog

Querida Gordi:

Hoy es mi cumpleaños.

Naaaada, no te preocupes, casi se te olvida, lo sé, andas un poco distraída últimamente, no pasa nada, lo entiendo, en serio. Yo te quiero igual, ya lo sabes.

Pero en una fecha como hoy quería recordar contigo cuánto hemos vivido juntos y animarte a que sigamos disfrutando de lo que c*ñ* vaya a convertirse esta agonizante blogosfera. Hasta que la muerte nos separe.

No soy muy de listas, ya sabes, pero por ti, por mí, hoy voy a hacer un esfuerzo por recordarte algunas cosillas por las que vale la pena cumplir algunos años más:
- Chorrocientas mil palabras.
- Más de 7.000 comentarios.
- Unas 2.000 horas de conversaciones.
- Más de 600 entradas.
- Cerca de 150 borradores.
- Más de 100 cervezas.
- 26 títulos de blog.
- 20 listas. Ejem. 
- 10 kg. Ejem, ejem.
- 2 blockouts.
- 2 urls. 
- 2 rosas.
- 1 Día Intergaláctico del Anónimo Cabrón.
- 1 Twitter. 
- 1 amenaza de soltar la toalla.
- 1 troll. Sí, patético, lo sé, sólo he sido capaz de conseguir uno en todo este tiempo.
- 1 taza de desayuno.

Y amor infinito.

Gracias.

martes, 13 de diciembre de 2011

Excesos

Parece mentira, con lo mayor que soy ya, que siga cayendo en los mismos errores, una y otra vez: el alcohol, el sexo desenfrenado, el rock & roll, hablar, el sushi... excesos, excesos, excesos...

Parece mentira que no aprenda que no vale la pena, que siempre pago muy caro la decisión de dejarme llevar, de soltarme la melena, de perder el control. Siempre lo pago muy caro. Y luego me arrepiento. Y me avergüenzo mucho. No es que llegue al extremo de jurar que nunca volveré a hacerlo ni nada de eso pero... me arrepiento, sí. Porque siempre me pasa factura.

En mi mundo, cuando me doy un dedo, me como hasta el hombro.

Por un mundo encorsetado y sin tequila.

Mierda.